LA TINTA HECHA DEL HUMO
Gracias a las partículas contaminantes capturadas por el dispositivo Kaalink, ahora se podrá producir tinta para escribir.
Un grupo de científicos del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se ha propuesto convertir las emisiones nocivas de los tubos de escape de los carros en tinta ecológica. Graviky Labs es la compañía emergente que se encuentra detrás de este proyecto, y su objetivo es invertir el procedimiento habitual en la creación de la tinta que empleamos en los lapiceros; algo similar al combustible elaborado a partir de la contaminación.
Anirudh Sharma, estudiante estadounidense, tuvo la idea tras volver de la India de vacaciones, donde se dio cuenta de que la polución de los vehículos le había manchado al ropa. De vuelta en Estados Unidos creó un material para recoger partículas de carbono de una vela, a las que añadió una pequeña cantidad de alcohol y aceite. A partir de ese momento, nació la idea de su startup Air-ink.
Kaalink, como se conoce, es un dispositivo capaz de convertir la contaminación del aire en Air-ink: tinta para escribir. Se trata de un gran avance, ya que en la producción de tinta tradicional están implicados una serie de procesos que emplean combustibles fósiles, mientras que esta técnica es más amigable con el medio ambiente al convertir la contaminación en algo útil.
El proceso en profundidad aún no se ha hecho público, pero el funcionamiento ya puede comprobarse en Bengaluru, India, donde las oficinas de Gravinky Labs ya intercambian los desechos por tinta cada dos semanas, tiempo en el que calculan que cada conductor tiene que vaciar su instalación. Una vez comiencen a distribuir el dispositivo, esperan llegar a gran parte de la población para que el invento sea totalmente efectivo.