EUA:EN buscadeun comercio librepero justo...
El comercio internacional es un elemento indispensable para la prosperidad de los pueblos, definida esta como la disponibilidad y accesibilidad a bienes y servicios de parte de la población. ¿Qué país es más próspero hoy día? ¿El Salvador o Venezuela? El Salvador, sin titubeo alguno. Y qué es la globalización sino ese vigoroso esfuerzo de todas las naciones en remover los obstáculos al comercio internacional, segura receta hacia la prosperidad.
El presidente Trump tiene toda la razón en buscar un libre pero justo comercio para la nación norteamericana, aun y cuando no estemos de acuerdo con sus bravucones métodos, dignos de cualquier esquina de su barrio Queens, la razón es la razón. Sin embargo, enfocarse en NAFTA no es un buen punto de partida, mucho menos encarando a México de la manera que lo ha hecho, esto puede desembocar en lo peor para el hermano país: la elección del “progresista” López Obrador como presidente.
El punto de partida debe de ser China, veamos: China ha conducido una extensa campaña de espionaje comercial en Estados Unidos a través de los años, robando de la economía norteamericana billones de dólares. La oficina de National Intelligence reportó el año pasado que China robó de empresas norteamericanas aproximadamente 360 billones de dólares anuales a través de “hacking”, monto que representa más de tres cuartos de las exportaciones de Estados Unidos a Asia, sume el robo de propiedad intelectual a través de los métodos tradicionales y la suma se incrementa por muchos más billones al año.
El FBI reportó que de 165 empresas de envergadura entrevistadas, la mitad fueron víctimas de espionaje chino, defenderse de estos ataques no es trivial, es más, es sumamente caro, a detrimento de la ventaja competitiva de estas empresas, caso emblemático el de U.S. Steel, al punto que la International Trade Commision está considerando serias sanciones contra productos de acero chino.
Estados Unidos debe responder a estos ataques de manera vigorosa y punitiva, tales como sanciones contra recipientes de propiedad intelectual robada, prohibir la importación de productos, prohibir negocios con empresas norteamericanas, entre otros. El mensaje debe ser claro y contundente: crímenes contra la economía norteamericana serán vistos y castigados como tales... crímenes.
¿Y Mesoamérica? Seamos francos, nosotros en México y Centroamérica no presentamos riesgo alguno para el Imperio: no tenemos un programa sistemático de “hackeo”; no tenemos redes de espías en el norte, como tampoco tenemos sueños imperiales de protagonismo mundial; lo que sí tenemos son poblaciones sedientas de trabajo digno, sedientas de prosperidad para sus familias; si bien es cierto que tenemos nuestra buena porción de “bad hombres”, por allá también los tienen, y hay que combatirlos.
¿Qué esperamos de Estados Unidos? Políticas inteligentes que beneficien y fortalezcan mutuamente a nuestros pueblos. La economía norteamericana está en pleno empleo y necesita mano de obra, pues por aquí tenemos mano de obra, cuya utilización es ahora hecha a través de la inmigración ilegal e hipócrita, “no vengan, pero si lo logran... aquí les tengo un trabajito” si no hubiera trabajo no se irían, y si no fuera beneficioso para quienes los contratan, no lo harían, así de simple. Y no existen barreras, muros, fosos, que impidan nuestra llegada, “yes, indeed, we are coming to America”. ¿Por qué? Porque nos necesitan y nosotros los necesitamos. ¿Lo razonable? Políticas migratorias bien diseñadas, de mutuo beneficio, que reflejen la realidad, la necesidad de nuestras economías; no esta locura que condena a los nuestros a vivir tras fronteras extranjeras lo cual conlleva a la desintegración familiar, la migración de menores, entre tantos otros males.