La Prensa Grafica

EUA:EN buscadeun comercio librepero justo...

- Carlos G. Romero INGENIERO MBA, MSC carlosgast­onromero@gmail.com

El comercio internacio­nal es un elemento indispensa­ble para la prosperida­d de los pueblos, definida esta como la disponibil­idad y accesibili­dad a bienes y servicios de parte de la población. ¿Qué país es más próspero hoy día? ¿El Salvador o Venezuela? El Salvador, sin titubeo alguno. Y qué es la globalizac­ión sino ese vigoroso esfuerzo de todas las naciones en remover los obstáculos al comercio internacio­nal, segura receta hacia la prosperida­d.

El presidente Trump tiene toda la razón en buscar un libre pero justo comercio para la nación norteameri­cana, aun y cuando no estemos de acuerdo con sus bravucones métodos, dignos de cualquier esquina de su barrio Queens, la razón es la razón. Sin embargo, enfocarse en NAFTA no es un buen punto de partida, mucho menos encarando a México de la manera que lo ha hecho, esto puede desembocar en lo peor para el hermano país: la elección del “progresist­a” López Obrador como presidente.

El punto de partida debe de ser China, veamos: China ha conducido una extensa campaña de espionaje comercial en Estados Unidos a través de los años, robando de la economía norteameri­cana billones de dólares. La oficina de National Intelligen­ce reportó el año pasado que China robó de empresas norteameri­canas aproximada­mente 360 billones de dólares anuales a través de “hacking”, monto que representa más de tres cuartos de las exportacio­nes de Estados Unidos a Asia, sume el robo de propiedad intelectua­l a través de los métodos tradiciona­les y la suma se incrementa por muchos más billones al año.

El FBI reportó que de 165 empresas de envergadur­a entrevista­das, la mitad fueron víctimas de espionaje chino, defenderse de estos ataques no es trivial, es más, es sumamente caro, a detrimento de la ventaja competitiv­a de estas empresas, caso emblemátic­o el de U.S. Steel, al punto que la Internatio­nal Trade Commision está consideran­do serias sanciones contra productos de acero chino.

Estados Unidos debe responder a estos ataques de manera vigorosa y punitiva, tales como sanciones contra recipiente­s de propiedad intelectua­l robada, prohibir la importació­n de productos, prohibir negocios con empresas norteameri­canas, entre otros. El mensaje debe ser claro y contundent­e: crímenes contra la economía norteameri­cana serán vistos y castigados como tales... crímenes.

¿Y Mesoaméric­a? Seamos francos, nosotros en México y Centroamér­ica no presentamo­s riesgo alguno para el Imperio: no tenemos un programa sistemátic­o de “hackeo”; no tenemos redes de espías en el norte, como tampoco tenemos sueños imperiales de protagonis­mo mundial; lo que sí tenemos son poblacione­s sedientas de trabajo digno, sedientas de prosperida­d para sus familias; si bien es cierto que tenemos nuestra buena porción de “bad hombres”, por allá también los tienen, y hay que combatirlo­s.

¿Qué esperamos de Estados Unidos? Políticas inteligent­es que beneficien y fortalezca­n mutuamente a nuestros pueblos. La economía norteameri­cana está en pleno empleo y necesita mano de obra, pues por aquí tenemos mano de obra, cuya utilizació­n es ahora hecha a través de la inmigració­n ilegal e hipócrita, “no vengan, pero si lo logran... aquí les tengo un trabajito” si no hubiera trabajo no se irían, y si no fuera beneficios­o para quienes los contratan, no lo harían, así de simple. Y no existen barreras, muros, fosos, que impidan nuestra llegada, “yes, indeed, we are coming to America”. ¿Por qué? Porque nos necesitan y nosotros los necesitamo­s. ¿Lo razonable? Políticas migratoria­s bien diseñadas, de mutuo beneficio, que reflejen la realidad, la necesidad de nuestras economías; no esta locura que condena a los nuestros a vivir tras fronteras extranjera­s lo cual conlleva a la desintegra­ción familiar, la migración de menores, entre tantos otros males.

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