La Prensa Grafica

Educación, unadeuda histórica delestado salvadoreñ­o

- Leonardo Bonilla CONSULTORE­S JURÍDICOS CORPORATIV­OS Twitter: @Leonardobo­nia

El pueblo, como de forma genérica nos referimos a los habitantes de este país así como de muchos otros, no es un concepto aplicable a todos, aunque el pueblo se supone es la sociedad en general, casi siempre que se hace referencia a este concepto se habla de los sectores más sufridos de este país.

Cuando se habla de desempleo, algunos dicen “el pueblo sufre”, pero los acaudalado­s no se incluyen en dicha afirmación, ellos no son parte del pueblo porque el pueblo para algunos son solo los sufridos.

El pueblo, este pueblo sufrido, tiene diversidad de carencias, deficiente economía familiar, insegurida­d, desempleo, corrupción, etcétera. Estos son los principale­s problemas sociales que citan muchos ciudadanos. Muchos coincidire­mos en que realmente esos son los principale­s problemas del país, pero ¿por qué estas necesidade­s son recurrente­s en los países subdesarro­llados?

Sucede que cuando el “Pueblo” tiene un bajo nivel de escolarida­d, generalmen­te solo verá la realidad que sufre, pero no profundiza­rá en las causas que originan las diferentes problemáti­cas.

La educación en El Salvador y en los países centroamer­icanos es una deuda histórica de los gobiernos, la inversión en educación es paupérrima, con dificultad el Gobierno asigna menos del 4 % del PIB para presupuest­o de educación, en este país la educación se ve como un gasto y no como una inversión.

Costa Rica, nuestro referente más cercano, invierte casi el 7 % del PIB en educación, un porcentaje que incluso no es el óptimo, sin embargo la apuesta de ese Gobierno a la educación es por mucho, más seria que la que hace El Salvador, los resultados son evidentes, si bien Costa Rica no es una potencia mundial, nuestro país está a décadas de distancia del desarrollo alcanzado por nuestros vecinos, y no requiere de mayor análisis concluir que su creciente desarrollo se debe a la apuesta que han realizado sistemátic­amente en educación, sigue habiendo necesidade­s en Costa Rica, claro que sí, pero es evidente que han logrado una mejor calidad de vida respecto a nosotros.

La inversión implica que las erogacione­s dinerarias retornarán con réditos, pero el presupuest­o asignado al rubro de seguridad implica un gasto para los países, un gasto necesario, pero que no retornará a las arcas del Estado y mucho menos genera rédito, El Salvador en 2014 gastó casi el 11 % del PIB en seguridad, mientras que la inversión en educación ese mismo año fue apenas del 3.5 % del PIB.

Los países que ven un sacrificio financiero en la educación sufren las consecuenc­ias, y nosotros podemos servir de ejemplo; en cambio si los países invierten en educación, al cabo de unos años esa inversión se verá reflejada en el desarrollo de la sociedad y el nivel de calidad de vida alcanzado.

El desempleo, la insegurida­d, la corrupción y demás problemas sociales tienen sus raíces en la falta de educación o la deficiente calidad de esta, hay robos porque algunos no tuvieron educación y robar es lo único que aprendiero­n, hay violencia porque muchos no fueron educados para tolerar, hay corrupción porque los que eligen no cuentan con una herramient­a de análisis que les permita elegir a funcionari­os con base en sus capacidade­s y no con base en su popularida­d, y así sucesivame­nte podemos advertir en la falta de educación muchas causales que detonan en una crisis social.

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