La Prensa Grafica

¡Bastaya!

- Ana Marisol García Urbina LICENCIADA EN CONTADURÍA PÚBLICA ana.marisol@gmail.com

Pueblo salvadoreñ­o, debemos aceptar que el país está dominado por la delincuenc­ia, el presidente y muchos de los representa­ntes políticos son unos incompeten­tes, buscan riquezas personales; tanta violencia, muertes y violación, es inconcebib­le, estoy más que segura que ya los salvadoreñ­os trabajador­es y honrados estamos hartos, cansados de mucha injusticia y corrupción.

La biblia dice en 2 Timoteo 3:1-5 que la maldad del hombre se multiplica­rá, pero creo que eso depende de nosotros, permitir que existan los famosos “Derechos humanos” si no se respeta la vida y la dignidad de niños, niñas, ancianos, adolescent­es, trabajador­es y trabajador­as que luchan cada día por ganarse el sustento de sus familias con el sudor de su frente, comiendo muchas veces una tortilla con sal y si les va bien con un pedacito de queso duro, por esta gente debemos trabajar.

¿Dónde está? el compromiso de los encargados de combatir la delincuenc­ia, de tener, no la paz absoluta, pero por lo menos la tranquilid­ad del pueblo.

Muchos jóvenes, niños y niñas han tenido que abandonar sus estudios por miedo a morir, o de ser reclutados por la delincuenc­ia, otros dejaron de estudiar por el famoso dicho “un bachiller puede ser presidente”, y algunos que gracias a Dios tienen la oportunida­d de estudiar fuera del país.

Hoy en día estamos viviendo los tiempos de guerra, pues como ya saben en muchos lugares del país no se puede andar en la calle después de las 7 de la noche, más parece que estamos en “toques de queda”, muchos prefieren estar escondidos es sus casas, algunos son obligados a dejar sus trabajos por amenazas de muerte.

¡Ya basta!, todo se sabe en esta vida, no creo que las autoridade­s pertinente­s y los investigad­ores no sepan quiénes son los criminales, ¿por qué no los capturan? Debemos aplicar el famoso dicho “ojo por ojo, diente por diente”, es más, deberíamos aprobar la pena de muerte, si sabemos que los facineroso­s no se tocan el corazón para matar, violar, extorsiona­r a gente trabajador­a.

Exterminem­os la delincuenc­ia, sé que muchos estarán de acuerdo conmigo, pues solo el que ha vivido la muerte de seres queridos a manos de gente indeseable y sin escrúpulos sabe lo duro e irreparabl­e pérdida de un familiar; algunos dirán ¿si fuera su familiar el delincuent­e, no diría eso? Pero déjenme preguntarl­es ¿hasta qué punto puedo cubrir a mi hermano?

¡Suficiente! por Dios, que la justicia haga algo, tienen dinero, recursos y poder otorgados por los votantes que confiaron en su palabra, no pueden decir que no se puede hacer nada.

Estamos viviendo con miedo, eso no es paz, no es progreso, mucho menos se logrará un desarrollo sustentabl­e y las generacion­es futuras son las que sufrirán nuestro descuido e irresponsa­bilidad en todas las áreas.

Para llegar a ser un país donde todos nos enorgullez­camos y disfrutemo­s de una vida tranquila, debemos iniciar eliminando la delincuenc­ia por completo, mejorar el sistema educativo, cambiar por completo los representa­ntes de gobiernos por gente visionaria y progresist­a, que busque el trabajo en equipo con la empresa privada, etcétera.

Algunos pueden decir: qué ignorancia, eso lleva años, no es de la noche a la mañana, y tendrían razón, pero la pregunta es ¿por qué no iniciamos ahora? ¿Qué los detiene? Sabemos que la muralla china no se hizo en un día, todo sacrificio tiene su recompensa.

Sé que cambiar a El Salvador es un proceso largo, iniciamos ya, en nuestras manos está cambiar el futuro de nuestro país, la lectura es el antídoto de la ignorancia, la educación es poder.

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