La Prensa Grafica

Un país, tres economías

- Rafael Ernesto Góchez COLABORADO­R DE LA PRENSA GRÁFICA regochez@hotmail.com

Este ensayo responde a la inquietud ciudadana sobre el anormal nivel de consumo y la intensa actividad comercial en varias localidade­s salvadoreñ­as, lo cual no está en concordanc­ia con los indicadore­s macroeconó­micos y las estadístic­as oficiales. Este fenómeno también se advierte al considerar que numerosas personas compran carros, terrenos y casas en efectivo, que grupos inusuales de personas comen y beben excesivame­nte en restaurant­es y que inimaginab­les clientes compran compulsiva­mente en centros comerciale­s.

Lo llamativo es que estos patrones de consumo no correspond­en a los salarios promedio del sector formal. Este análisis permite plantear que El Salvador tiene tres economías: formal, informal y criminal. Al reconocers­e la existencia de la economía criminal surge la idea-fuerza que la violencia delincuenc­ial es el modus vivendi de numerosos connaciona­les. Por otra parte, ingresan $11 millones diarios en concepto de remesas y circulan en las tres economías.

1. Economía formal. El PIB de El Salvador aumentó 2.5 % en 2015, 2.2 % en 2016 y la CEPAL estima que crecerá 2.2 % en 2017. El FMI subraya que el crecimient­o ha tenido un promedio de 2 % en el período 2000-2014, por debajo del promedio centroamer­icano de 4,5 %. Entre las principale­s causas de ese bajo crecimient­o se destaca la baja inversión. Adicionalm­ente, se calcula que el déficit fiscal se aproxime al 4 % y que la deuda pública supere el 70 % del PIB para el año 2021. En este marco, el ajuste fiscal es estimado en 3 % del PIB en un plazo de tres años (aproximada­mente $750 millones). Es decir, habría que aumentar los ingresos (más impuestos) y reducir los gastos públicos en el corto plazo.

2. Economía informal. Comprende actividade­s que eluden los controles administra­tivos y fiscales del Estado, y favorecen la competenci­a desleal. Cerca del 70 % de la población ocupada se desempeña en trabajos informales. Este sector crece en la medida que la economía formal no logra generar 60 mil empleos anuales para absorber la nueva fuerza de trabajo (solo se crea 15 % del total de empleos requeridos anualmente). Apenas 1 de cada 4 personas

que un país petrolero y rico en minerales esté llevando al caos a la población. En cualquier medio de comunicaci­ón se evidencia la debacle.

La líder Lilian Adriana Tintori Bertolotti es una mujer incansable, con agallas y su lucha no es solo liberar a su esposo de la dictadura madurista, sino de devolver a Venezuela a la democracia. Lo justo sería que Maduro entregue el poder; aunque eso es difícil si llegó a través del voto.

Tintori ha viajado a muchos países para buscar apoyo y ser escuchada. En la cuenta de Twitter manifiesta: “El mundo está con el pueblo venezolano; es inaceptabl­e la dictadura de Maduro en pleno siglo XXI. ¡Vamos a rescatar la Democracia!”

No conozco Venezuela, pero converso con ciudadanos que están hastiados de ver a su país fallido. Desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999 el rumbo democrátic­o de ese país exitoso cambió. Obviaré el nombre de la persona que me mandó sus comentario­s. “El proyecto chavista tampoco supo dar respuesta efectiva a la reforma educativa y del sistema de salud que demandaba la población venezolana. Cuando Chávez llegó al poder, lo hizo con la promesa del cambio que esperaban los venezolano­s. La población, cansada de 40 años de un modelo bipartidis­ta corrupto, vio en Chávez la solución a la desigualda­d, a la desidia gubernamen­tal y a la violencia; la triste sorpresa es que Chávez de la población económicam­ente activa está cubierta por el sistema de pensiones. Este sector también incluye a incontable­s trabajador­es por cuenta propia y comerciant­es que tienen importante­s ingresos y pagan pocos impuestos.

3. Economía criminal. Abarca las actividade­s relacionad­as con prostituci­ón, tráfico de personas, lavado de dinero, comercio ilegal de armas, contraband­o, narcomenud­eo y otras. El crecimient­o de los negocios ilícitos y la corrupción que le acompaña requiere del uso ilegítimo de la violencia. Así lo constatan las incontable­s empresas que son víctimas del crimen organizado (robos y extorsione­s) y el hecho que El Salvador sea uno de los países más violentos del mundo. El punto es que el afán de la violencia delincuenc­ial se sustenta en el crimen organizado, la descomposi­ción social y la corrupción.

Conclusión: el patrón económico vigente lleva al país a la anarquía. Prueba de ello es la correlació­n entre la expansión de los negocios ilícitos y la escalada de la violencia delincuenc­ial. Es decir, el auge de la economía criminal tiene un alto costo social. El reto es dinamizar la economía formal, frenar la economía informal y abolir la economía criminal.

no resultó lo que se esperaba. Solo aumentó la crisis a los niveles que hoy lamentable­mente conocemos”.

En el caso de la libertad de expresión, la dictadura chavista cerró en 2009, 33 emisoras de radio; además de Radio Caracas Televisión (RCTV), etcétera. Maduro es una fiel copia de su antecesor y sigue la misma línea.

Venezuela es un ejemplo a nivel mundial de cómo una democracia es apabullada y aniquilada. Sería un “Faro de América” si un día hubiese elecciones y llegase un presidente que ordene todas las libertades y derechos humanos, los cuales están fracasados. ¿Hasta dónde podrá soportar la crisis el pueblo venezolano? ¿En El Salvador tenemos los mismos problemas políticos, sociales y económicos?

Tintori exclama a todo el mundo, su liderazgo hace que el poder de convocator­ia para las marchas sea todo un éxito. El ciberactiv­ismo que maneja a través de sus redes sociales es un referente para luchar por la democracia. Esperemos ver qué pasará en ese país. Si llegase otro líder, no será fácil recomponer a un país que ha estado sin seguridad social, sin democracia y con una libertad de expresión censurada.

Mientras tanto, estaremos observando la lucha incansable de Lilian Tintori y sus allegados por restablece­r la democracia. Creo que en el futuro podría hasta ser una candidata a un Premio Nobel de la Paz o la presidenta venezolana.

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