Un país, tres economías
Este ensayo responde a la inquietud ciudadana sobre el anormal nivel de consumo y la intensa actividad comercial en varias localidades salvadoreñas, lo cual no está en concordancia con los indicadores macroeconómicos y las estadísticas oficiales. Este fenómeno también se advierte al considerar que numerosas personas compran carros, terrenos y casas en efectivo, que grupos inusuales de personas comen y beben excesivamente en restaurantes y que inimaginables clientes compran compulsivamente en centros comerciales.
Lo llamativo es que estos patrones de consumo no corresponden a los salarios promedio del sector formal. Este análisis permite plantear que El Salvador tiene tres economías: formal, informal y criminal. Al reconocerse la existencia de la economía criminal surge la idea-fuerza que la violencia delincuencial es el modus vivendi de numerosos connacionales. Por otra parte, ingresan $11 millones diarios en concepto de remesas y circulan en las tres economías.
1. Economía formal. El PIB de El Salvador aumentó 2.5 % en 2015, 2.2 % en 2016 y la CEPAL estima que crecerá 2.2 % en 2017. El FMI subraya que el crecimiento ha tenido un promedio de 2 % en el período 2000-2014, por debajo del promedio centroamericano de 4,5 %. Entre las principales causas de ese bajo crecimiento se destaca la baja inversión. Adicionalmente, se calcula que el déficit fiscal se aproxime al 4 % y que la deuda pública supere el 70 % del PIB para el año 2021. En este marco, el ajuste fiscal es estimado en 3 % del PIB en un plazo de tres años (aproximadamente $750 millones). Es decir, habría que aumentar los ingresos (más impuestos) y reducir los gastos públicos en el corto plazo.
2. Economía informal. Comprende actividades que eluden los controles administrativos y fiscales del Estado, y favorecen la competencia desleal. Cerca del 70 % de la población ocupada se desempeña en trabajos informales. Este sector crece en la medida que la economía formal no logra generar 60 mil empleos anuales para absorber la nueva fuerza de trabajo (solo se crea 15 % del total de empleos requeridos anualmente). Apenas 1 de cada 4 personas
que un país petrolero y rico en minerales esté llevando al caos a la población. En cualquier medio de comunicación se evidencia la debacle.
La líder Lilian Adriana Tintori Bertolotti es una mujer incansable, con agallas y su lucha no es solo liberar a su esposo de la dictadura madurista, sino de devolver a Venezuela a la democracia. Lo justo sería que Maduro entregue el poder; aunque eso es difícil si llegó a través del voto.
Tintori ha viajado a muchos países para buscar apoyo y ser escuchada. En la cuenta de Twitter manifiesta: “El mundo está con el pueblo venezolano; es inaceptable la dictadura de Maduro en pleno siglo XXI. ¡Vamos a rescatar la Democracia!”
No conozco Venezuela, pero converso con ciudadanos que están hastiados de ver a su país fallido. Desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999 el rumbo democrático de ese país exitoso cambió. Obviaré el nombre de la persona que me mandó sus comentarios. “El proyecto chavista tampoco supo dar respuesta efectiva a la reforma educativa y del sistema de salud que demandaba la población venezolana. Cuando Chávez llegó al poder, lo hizo con la promesa del cambio que esperaban los venezolanos. La población, cansada de 40 años de un modelo bipartidista corrupto, vio en Chávez la solución a la desigualdad, a la desidia gubernamental y a la violencia; la triste sorpresa es que Chávez de la población económicamente activa está cubierta por el sistema de pensiones. Este sector también incluye a incontables trabajadores por cuenta propia y comerciantes que tienen importantes ingresos y pagan pocos impuestos.
3. Economía criminal. Abarca las actividades relacionadas con prostitución, tráfico de personas, lavado de dinero, comercio ilegal de armas, contrabando, narcomenudeo y otras. El crecimiento de los negocios ilícitos y la corrupción que le acompaña requiere del uso ilegítimo de la violencia. Así lo constatan las incontables empresas que son víctimas del crimen organizado (robos y extorsiones) y el hecho que El Salvador sea uno de los países más violentos del mundo. El punto es que el afán de la violencia delincuencial se sustenta en el crimen organizado, la descomposición social y la corrupción.
Conclusión: el patrón económico vigente lleva al país a la anarquía. Prueba de ello es la correlación entre la expansión de los negocios ilícitos y la escalada de la violencia delincuencial. Es decir, el auge de la economía criminal tiene un alto costo social. El reto es dinamizar la economía formal, frenar la economía informal y abolir la economía criminal.
no resultó lo que se esperaba. Solo aumentó la crisis a los niveles que hoy lamentablemente conocemos”.
En el caso de la libertad de expresión, la dictadura chavista cerró en 2009, 33 emisoras de radio; además de Radio Caracas Televisión (RCTV), etcétera. Maduro es una fiel copia de su antecesor y sigue la misma línea.
Venezuela es un ejemplo a nivel mundial de cómo una democracia es apabullada y aniquilada. Sería un “Faro de América” si un día hubiese elecciones y llegase un presidente que ordene todas las libertades y derechos humanos, los cuales están fracasados. ¿Hasta dónde podrá soportar la crisis el pueblo venezolano? ¿En El Salvador tenemos los mismos problemas políticos, sociales y económicos?
Tintori exclama a todo el mundo, su liderazgo hace que el poder de convocatoria para las marchas sea todo un éxito. El ciberactivismo que maneja a través de sus redes sociales es un referente para luchar por la democracia. Esperemos ver qué pasará en ese país. Si llegase otro líder, no será fácil recomponer a un país que ha estado sin seguridad social, sin democracia y con una libertad de expresión censurada.
Mientras tanto, estaremos observando la lucha incansable de Lilian Tintori y sus allegados por restablecer la democracia. Creo que en el futuro podría hasta ser una candidata a un Premio Nobel de la Paz o la presidenta venezolana.