LA INSEGURIDAD HISTÓRICA EN EL CENTRO DE S. S.
La lucha por el control del centro capitalino entre vigilantes y pandillas rivales ha causado una espiral de violencia. Lo más reciente: una masacre con seis víctimas.
La violencia en el centro de San Salvador es histórica. Homicidios, extorsiones, acoso, lucha entre estructuras de pandillas rivales por el control de los mercados y puestos de venta callejeros, enfrentamiento entre vigilantes privados y pandilleros han sido una constante desde hace algunos años en el Centro Histórico. Comerciantes, taxistas, empleados, usuarios del transporte, vigilantes y hasta investigadores policiales reconocen el control que han mantenido las pandillas sobre toda la actividad que ocurre en esas 250 cuadras de la capital.
Quienes más saben de ese control territorial son los vendedores ambulantes y quienes tienen un puesto permanente. La razón: todos deben pagar una cuota de dinero en concepto de extorsión para poder comercializar sus productos. Los ambulantes, además, deben conocer cómo se han repartido los pandilleros sus operaciones en cada esquina del Centro Histórico. Desconocer esa frontera o desobedecer el límite se paga con la vida.
Estimaciones oficiales hablan de casi 11,000 vendedores ambulantes los que recorren a diario las calles repletas de ropa, zapatos, CD, ganchos para ropa, fruta, adornos, cuadernos, tortas mexicanas, relojes, celulares, cinchos, cigarrillos... casi todo lo que se pueda vender. Todos ellos saben por dónde caminar.
Uno de esos vendedores ambulantes es Armando, quien le