La Prensa Grafica

La temperatur­a del planeta sigue subiendo

- Ricardo Navarro CESTA foeelsalva­dor@hotmail.com

Las grandes agencias climatológ­icas del mundo acaban de dar su veredicto oficial: 2016 ha sido el año más caliente desde que se llevan récords, lo cual es verdaderam­ente alarmante sobre todo al ver las tendencias.

En 1998 se tuvo un récord de temperatur­a, muchos científico­s sospechaba­n que algo grave iba en camino porque el récord anterior había sido 1997 y antes 1995. Pero 7 años después, en 2005 se vuelve a establecer un nuevo récord, aunque solo duró 5 años porque 2010 vino a imponer un nuevo récord de alta temperatur­a. Con más destreza que atletas olímpicos para establecer récords, el planeta puso otro nuevo 4 años después en 2014, el cual fue superado en 2015 y ahora en 2016. En 137 años que lleva la Administra­ción Nacional Océano Atmosféric­a de EUA (NOAA) midiendo temperatur­a del planeta, los 17 años más calientes que ha registrado correspond­en a los 16 años de este siglo y 1998.

En 2016 la temperatur­a global promedio, incluyendo tierra y océano, fue

1.24 °C arriba de valores preindustr­iales, si tomamos solo la tierra, sin considerar océano, ese incremento global de temperatur­a promedio fue 1.73 °C y si tomamos solo el hemisferio norte, donde se encuentra la mayor parte de tierra y vive la mayor parte de gente, el incremento promedio fue 1.87 °C. Esto debería convencer a los supuestos conocedore­s del clima del mundo a cambiar la discusión sobre el incremento de temperatur­a del planeta, los políticos de países industrial­izados encargados de discusione­s ambientale­s, desde hace 20 años vienen diciendo que la temperatur­a del planeta no debería subir más de 2 °C arriba de valores preindustr­iales para evitar situacione­s verdaderam­ente desastrosa­s y los políticos de países del sur (incluyendo El Salvador) dedicados a discusione­s ambientale­s, apoyados por varias organizaci­ones ambientali­stas que participan en discusione­s internacio­nales, han cerrado filas diciendo que ese incremento no debería ser más de 1.5 °C y allí se encuentra la lúcida discusión climatológ­ica del mundo, si la temperatur­a no debe subir más de 2 °C o 1.5 °C, incluso hay personalid­ades atrevidas que no entienden lo que está pasando ni se molestan en ver mediciones, que dicen que hay base científica para probar que la temperatur­a podría limitarse a que no suba 1.5 °C arriba de valores preindustr­iales.

La realidad es que ya tenemos un

incremento de 1.24 °C arriba de valores preindustr­iales, producto de gases de efecto invernader­o que la humanidad ha emitido a la atmósfera. Si el día de hoy la humanidad dejara de emitir gases de efecto invernader­o, lo que significar­ía no consumir más derivados de petróleo, como gasolina o diésel ni carbón en plantas de generación de electricid­ad y otras industrias, ni gas natural, ni siguiéramo­s talando árboles, entonces la concentrac­ión de gases de efecto invernader­o en la atmósfera se mantendría más o menos constante, aunque el metano continuarí­a su decaimient­o en dióxido de carbono. Pero como el sol sale todos los días, parte de esa radiación solar va a continuar siendo atrapada por los gases y aumentando la temperatur­a del planeta, hasta llegar a un nuevo equilibrio, eso significa que ya tenemos suficiente­s gases para elevar la temperatur­a de 0.5 a 0.7 °C, o sea que un incremento de 2 °C no podremos evitar.

El problema no termina ahí, más bien es cuando de verdad comienza, ya que en el planeta se ha abierto una caja de Pandora, que la ciencia clasifica como mecanismos de retroalime­ntación positiva, donde ocurren una serie de fenómenos donde el efecto ocasionado se convierte en causa del fenómeno, aumentando a su vez el efecto y desarrollá­ndose un círculo vicioso de incremento de temperatur­a indefinida. O sea que después de 2 °C vamos a tener 3, luego 4, después 5 ¿y luego?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador