La temperatura del planeta sigue subiendo
Las grandes agencias climatológicas del mundo acaban de dar su veredicto oficial: 2016 ha sido el año más caliente desde que se llevan récords, lo cual es verdaderamente alarmante sobre todo al ver las tendencias.
En 1998 se tuvo un récord de temperatura, muchos científicos sospechaban que algo grave iba en camino porque el récord anterior había sido 1997 y antes 1995. Pero 7 años después, en 2005 se vuelve a establecer un nuevo récord, aunque solo duró 5 años porque 2010 vino a imponer un nuevo récord de alta temperatura. Con más destreza que atletas olímpicos para establecer récords, el planeta puso otro nuevo 4 años después en 2014, el cual fue superado en 2015 y ahora en 2016. En 137 años que lleva la Administración Nacional Océano Atmosférica de EUA (NOAA) midiendo temperatura del planeta, los 17 años más calientes que ha registrado corresponden a los 16 años de este siglo y 1998.
En 2016 la temperatura global promedio, incluyendo tierra y océano, fue
1.24 °C arriba de valores preindustriales, si tomamos solo la tierra, sin considerar océano, ese incremento global de temperatura promedio fue 1.73 °C y si tomamos solo el hemisferio norte, donde se encuentra la mayor parte de tierra y vive la mayor parte de gente, el incremento promedio fue 1.87 °C. Esto debería convencer a los supuestos conocedores del clima del mundo a cambiar la discusión sobre el incremento de temperatura del planeta, los políticos de países industrializados encargados de discusiones ambientales, desde hace 20 años vienen diciendo que la temperatura del planeta no debería subir más de 2 °C arriba de valores preindustriales para evitar situaciones verdaderamente desastrosas y los políticos de países del sur (incluyendo El Salvador) dedicados a discusiones ambientales, apoyados por varias organizaciones ambientalistas que participan en discusiones internacionales, han cerrado filas diciendo que ese incremento no debería ser más de 1.5 °C y allí se encuentra la lúcida discusión climatológica del mundo, si la temperatura no debe subir más de 2 °C o 1.5 °C, incluso hay personalidades atrevidas que no entienden lo que está pasando ni se molestan en ver mediciones, que dicen que hay base científica para probar que la temperatura podría limitarse a que no suba 1.5 °C arriba de valores preindustriales.
La realidad es que ya tenemos un
incremento de 1.24 °C arriba de valores preindustriales, producto de gases de efecto invernadero que la humanidad ha emitido a la atmósfera. Si el día de hoy la humanidad dejara de emitir gases de efecto invernadero, lo que significaría no consumir más derivados de petróleo, como gasolina o diésel ni carbón en plantas de generación de electricidad y otras industrias, ni gas natural, ni siguiéramos talando árboles, entonces la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera se mantendría más o menos constante, aunque el metano continuaría su decaimiento en dióxido de carbono. Pero como el sol sale todos los días, parte de esa radiación solar va a continuar siendo atrapada por los gases y aumentando la temperatura del planeta, hasta llegar a un nuevo equilibrio, eso significa que ya tenemos suficientes gases para elevar la temperatura de 0.5 a 0.7 °C, o sea que un incremento de 2 °C no podremos evitar.
El problema no termina ahí, más bien es cuando de verdad comienza, ya que en el planeta se ha abierto una caja de Pandora, que la ciencia clasifica como mecanismos de retroalimentación positiva, donde ocurren una serie de fenómenos donde el efecto ocasionado se convierte en causa del fenómeno, aumentando a su vez el efecto y desarrollándose un círculo vicioso de incremento de temperatura indefinida. O sea que después de 2 °C vamos a tener 3, luego 4, después 5 ¿y luego?