Sueño loco
Un día de estos a deshoras de la noche cenaba ferozmente, casi sin masticar, solo engullir, tenía un apetito mayúsculo. La manifestación obvia fue caer en el regazo de Morfeo, mi atiborrado vientre rebasó los límites, había sido una cena copiosa. Me puse mi pijama, hice mi ritual religioso, recé tres padrenuestros y tres avemarías, agradecí al Creador la permanencia en mi lindo El Salvador. Según mis cuentas oníricas, iba a descansar explayadamente. Pero mi estragado estómago me jugó una mala pasada, mi adiposo cuerpo daba vueltas y vueltas en mi cama, sin poder conciliar el sueño después de casi cien giros me fui quedando con una duermevela, posteriormente hubo pasividad y empecé a soñar.
La primera impresión geográfica es que había en los medios de comunicación nacionales e internacionales una desagradable noticia, que el gobierno salvadoreño estaba por caer en impago, no había plata para pagar a los empleados públicos, muchas empresas querían cerrar operaciones comerciales, el pago de los pensionados estaba oscilante, no se sabía de dónde obtener recursos, a los proveedores del Estado se les debía, la gente murmuraba por todas partes qué va a pasar, el cotarro se estaba agitando, la inquietud era ostensible, algunas personas retirando sus ahorros de los bancos, los organismos internacionales y el cuerpo diplomático acreditado en el país gestionando toda clase de ayuda muy preocupados por la situación en El Salvador.
Colapsaban las llamadas telefónicas de los hermanos lejanos, preguntaban angustiosamente “qué pasa”, sollozaban “están bien, nos están llegando noticias internacionales que nuestro país se desmorona económicamente y que de seguir así, el caos es inminente, el desconcierto es grande”. Se decía que en unos momentos el presidente de la república iba a dirigir en cadena nacional un mensaje a la nación exhortando a la calma.
Feligreses de las distintas denominaciones religiosas orando para que todo se resuelva. Anunciaban que muy pronto iba a arribar a nuestro país una comisión mundial de alto nivel para mediar la situación. Los intelectuales pensando en las soluciones inmediatas para poder prever el derrumbe.
Las manifestaciones no se hicieron esperar en distintos puntos de San Salvador con pancartas de todo tipo y expresiones, no tan duras, pero sí conmovedoras, lo extraño es que no había vandalismo, ni se mencionaban sublevaciones ni escaramuzas entre partidarios. Se comentaba, para qué celebraron los 25 años de los acuerdos de paz y seguimos igual, solo fue parafernalia.
A los dos partidos mayoritarios los emplazaban ARENA y FMLN y al unísono, les decían “dialoguen”, “pónganse de acuerdo”, “El Salvador no es de ustedes, es de todos los salvadoreños”, una señora con grito estentóreo decía: “qué ingratitud de estos hombres, nos tienen bien amolados, nos prometieron un cambio”.
Los ojos del mundo estaban puestos en El Salvador. Lo más impresionante del sueño es que vi a algunos correligionarios de los dos partidos políticos mas importantes del país estrechar sus palmas y gritar a todo pulmón “dialoguen”. Así transcurrió mi descanso nocturnal, soñando una cantidad de sucesos, que ya no puedo recordar y cuando desperté estaba confuso y aturdido y dije balbuceando “no es cierto”, “no es cierto”, solo fue un sueño.
Le conté a mis familiares lo sucedido y un tío que está entrado en años y tiene su cabellera despoblada, en un tono atemperado y sabio, me dijo: “lo que tuviste fue un sueño loco, te atiborraste de comida”.