TRUMPISMO
“Toda mi obra es autobiográfica, porque refleja la condición y el contexto donde me estoy desarrollando. En Italia me pregunté quién soy en esa sociedad”. GOTHY LÓPEZ
ENTRE 2002 Y 2008, GOTHY DESARROLLÓ SU SERIE AZUL LLAMADA “VIAJES Y DIÁLOGOS INTERIORES”.
Desde antes de que fuera elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump era un personaje ampliamente conocido en el mundo empresarial y mediático. Además de ser un multimillonario habitualmente relacionado con hoteles y casinos, estuvo durante casi 20 años al frente del concurso Miss Universo e incluso tuvo su propio programa de televisión, “The Apprentice”. Sin embargo, lo interesante del caso para efectos lingüísticos es la aparición de un nuevo vocablo a partir de su apellido, trumpismo. Ningún diccionario recoge aún el término recientemente acuñado, pero nadie duda ya de su vigencia ni de su necesidad. Importantes periódicos en América y España dan cuenta de su presencia en titulares como “El ‘trumpismo’, ¿un fenómeno que llegó para quedarse?” (El Clarín, 6 de noviembre de 2016) y “Los ideólogos del trumpismo se imponen en la Casa Blanca” (El País, 6 de febrero del 2017). Incluso el New York Times, en una sorprendente interpretación del fenómeno, escribía hace casi un año “Latin America Worries About ‘Trumpismo’” (18 de marzo de 2016) así, en español. Con independencia de la definición exacta de este nombre masculino singular, que habría que consultar a algunos politólogos o sociólogos de la cultura, trumpismo es un vocablo muy utilizado en el ámbito hispanoamericano. Tal ha sido su popularidad que la misma Fundación del Español Urgente (Fundéu) sugiere escribirlo como todos “los derivados de los nombres propios... en minúscula y sin necesidad de resalte”, es decir, sin negritas ni cursivas ni comillas. La Fundéu también cita trumpazo, pero este sería objeto de otra columna. como la conocen artísticamente. A ella le fascinaban esos dibujos a lápiz.
Tiempo después Gothy tuvo otro encuentro con el arte. Esta vez una exposición. Ella iba a un concierto en el Teatro Nacional. En el lobby de este espacio estaba montada una muestra de pintura. Como se tenían que ir, al llegar a casa le pidió a su padre que la llevara a verla de nuevo. La semilla artística comenzaba a germinar en ella.
Ya en la universidad tuvo que tomar la decisión de qué rumbo seguiría en su vida. Ella siguió su instinto e ingresó a la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Nacional. “Fueron años felices. Ni salía de casa por pintar”, asegura.
Aunque seguía estudiando en la universidad, sus deseos por seguir creciendo la llevaron a formar parte del taller privado de Mayra Barraza. Pronto, ella comenzó a transmitir sus conocimientos a otros.
En 2001 viajó a Italia para poder desarrollar su tesis sobre los monumentos en mármol de los cementerios de San Salvador. Posteriormente se radicó en el país europeo.
Hoy Gothy es una de las pintoras más destacadas en el extranjero. Artista versátil y sensible, ha dejado su marca en Florencia y Milán. A principios de mes, la Asamblea Legislativa le otorgó la distinción de pintora distinguida. “Es el fruto de 20 años de trabajo. Tras eso, hay mucho esfuerzo”, dice.