La Prensa Grafica

Elegir funcionari­osy candidatos éticose idóneos

- Kalena de Velado COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA kvelado@yahoo.es

En los próximos meses la ciudadanía presionará para que las personas que ocupen puestos de servicio público sean incorrupti­bles y capaces. Por ejemplo, los candidatos a magistrado­s de la Sala de lo Constituci­onal (capaces y valientes como los actuales), los dos comisionad­os del Instituto de Acceso a la Informació­n Pública, quienes corran como candidatos a alcaldes y diputados para elecciones 2018. Todos tendrán que estar a la altura de las nuevas y exigentes expectativ­as de honestidad y preparació­n que tiene la gente ahora.

Podemos determinar que dos de los principios que unifican a la población son la lucha contra la corrupción y la búsqueda de dirigentes éticos. Hay que reconocer que tanto en la política como en los negocios, la ética en la organizaci­ón depende en gran medida de cómo actúan sus dirigentes máximos. Si es ético, será un excelente gobernante, ya que no hay decisiones buenas si no son éticas. Ser ético en la empresa y la política no es fácil. Y esto se debe, según los expertos como el Dr. Antonio Argandoña, profesor de Economía del IESE, a la naturaleza del trabajo y a que, en muchos casos, la ética no se considera una cuestión relevante en los negocios (y en la política). Pese a todo, la ética está presente en cada decisión que toma un directivo. De ahí la importanci­a que tienen los ejecutivos a la hora de promover la ética en las organizaci­ones en las que trabajan. Argandoña enumeró una serie de consejos prácticos para fomentar la ética.

Entender la realidad. Se debe aprender a valorar correctame­nte la realidad: lo que nos gusta no siempre coincide con lo que nos conviene. Has de tener en cuenta las consecuenc­ias de tus acciones sobre ti mismo y sobre los demás. Quienes ocupan puestos de responsabi­lidad deben esforzarse por descubrir las necesidade­s de los demás y tenerlas en cuenta. Implica, llegado el momento, reconocer los errores y dejarse ayudar.

Ayudar al prójimo. Una misión fundamenta­l de cualquier dirigente es, además de conseguir unos buenos resultados, lograr que el lugar de trabajo también en situacione­s de pecado, cómo ha estado ahí Jesús a tomarnos de la mano y a sacarnos del margen del camino, ¡a la salvación!, invitándon­os a la Confesión, a la rectificac­ión de la vida.

Jesús se dirige al ciego y le pregunta: «¿Qué quieres que haga por ti?» Estas palabras de Jesús son impresiona­ntes: el Hijo de Dios ahora está frente al ciego como un humilde siervo. Él, Jesús, Dios dice: “Pero, ¿qué cosa quieres que haga por ti? ¿Cómo quieres que yo te sirva?” Dios se hace siervo del hombre pecador, como nosotros. Y el ciego responde a Jesús no solo llamándolo “Hijo de David”, sino “Señor”, el título que la Iglesia desde los inicios aplica a Jesús Resucitado.

El ciego pide poder ver de nuevo y su deseo es escuchado: «¡Señor, que yo vea otra vez! Y Jesús le dijo: Recupera la vista, tu fe te ha salvado». Él ha mostrado su fe invocando a Jesús y queriendo absolutame­nte encontrarl­o, y esto le ha traído el don de la salvación. Gracias a la fe ahora puede ver y, sobre todo, se siente amado por Jesús. Cuántas veces puede sucedernos algo semejante a nosotros.

Por esto la narración termina refiriendo que el ciego «recuperó la vista y siguió a Jesús, glorifican­do a Dios»: se hace discípulo. De mendigo a discípulo, también este es nuestro camino: sea un espacio en el que los miembros del equipo puedan desarrolla­rse como personas. También hay que fiarse de los demás, y que ellos lo sepan: hay que saber darles responsabi­lidad, y dejar que se equivoquen. Un buen líder debe eliminar las acciones que puedan mover a otros a actuar de manera egoísta. Para ello es necesario desarrolla­r una cultura del diálogo y crear confianza.

Complicars­e la vida. Es básico que los directivos superen la tentación de lo cómodo y que huyan de la cobardía. Para conseguirl­o, resulta esencial que todo líder haga cada día lo correcto y lo que le correspond­e. Pregúntate qué es lo mejor en cada caso y pon las medidas para que lo malo no vuelva a ocurrir.

Definir la misión de la organizaci­ón y sus valores. En cada una de sus decisiones, los líderes deben generar satisfacci­ón en la organizaci­ón en su equipo para mejorar los resultados futuros, creando una cultura profesiona­l y ética en la que los valores humanos estén alineados con la actuación.

Deseamos fervientem­ente que los candidatos y funcionari­os públicos que lleguen a ser elegidos sean una manifestac­ión del avance democrátic­o en nuestro amado El Salvador. todos nosotros somos mendigos y tenemos necedad de la ayuda divina para salir de nuestro estado lamentable, en muchos casos.

Tenemos necesidad siempre de salvación. Y todos nosotros, todos los días, debemos dar este paso: de mendigos a discípulos. Y así, el ciego se encamina detrás del Señor y entrando a formar parte del grupo de los que le siguen.

Aquel que querían hacer callar, ahora testimonia a alta voz su encuentro con Jesús de Nazaret, y «todo el pueblo alababa a Dios».

Pero sucede un segundo milagro: lo que había sucedido al ciego hace que también la gente finalmente vea. La misma luz ilumina a todos uniéndolos en la oración de alabanza. Así Jesús infunde su misericord­ia sobre todos aquellos que encuentra: los llama, los hace venir a Él, los reúne, los sana y los ilumina, creando un nuevo pueblo que celebra las maravillas de su amor misericord­ioso por todos.

Dejémonos también nosotros llamar por Jesús, dejémonos curar por Jesús, perdonar por Jesús, acudiendo al sacramento de la Confesión y vayamos detrás de Jesús alabando a Dios, diciéndole, gritándole: ¡Señor, que vea! lo que tú quieres de mí y lo realice, con tu ayuda. Acudamos también al Ángel Custodio.

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