Votantes deciden: sumarse a la derecha o seguir progresismo
Los ecuatorianos despejarán este domingo una incógnita para muchos: ¿será el fin de la “era Correa” y del progresismo o se sumará el país al giro a la derecha que se registra en la región? En la segunda vuelta presidencial, deberán elegir entre el socialista Lenín Moreno, apoyado por el movimiento oficialista Alianza País (AP), y el conservador Guillermo Lasso, candidato de la alianza opositora de Creando Oportunidades (Creo) y el Movimiento Sociedad Unida Más Acción (Suma).
“Algunos temen que en América Latina se instauren nuevamente gobiernos de derecha, pero creo que jamás se fueron, si estos gobiernos fueron de izquierda no lo hicieron notar. Ahora es el miedo y la desesperación, porque lograron poner al pueblo en su contra”, consideró la politóloga Ana Minda.
Lo cierto es que en el último tiempo la derecha logró llegar al poder en otros países de la región, como Argentina, Brasil o Perú. Y en las elecciones intermedias de alcaldes alcanzó los cabildos más importantes de Ecuador: Quito, Guayaquil y Cuenca.
La derecha está proponiendo “el cambio de modelo económico
Vigilantes de un posible “fraude electoral”, los ecuatorianos salen de nuevo a las urnas para elegir entre el sucesor de Correa o un cambio de pensamiento.
hacia otro que haga más énfasis en el mercado, con menos impuestos, que le dé menos presencia al Estado y a su capacidad regulatoria”, opinó el catedrático Adrián Bonilla.
Según los últimos datos de las principales encuestadoras, la mayoría de los 12.5 millones de electores votaría por la fórmula oficialista, que parte con una ventaja de entre 4 y 12 puntos.
De todas formas, las dos candidaturas expresaron sus temores de que se registre un fraude electoral.
Esa posibilidad fue motivada en principio por el intempestivo cambio de comandante del Ejército, el general Luis Castro, quien denunció que las Fuerzas Armadas no estuvieron en toda la cadena de custodia de los votos.
Además, el presidente Rafael Correa admitió que se podría cometer fraude en las mesas electorales.
“En el Consejo Nacional Electoral es prácticamente imposible hacer fraude, las actas se escanean, se puede revisar el software (...) Si usted no tiene veedores, los votos en blanco le ponen una rayita y ya son votos para Lasso, los votos de Lenín le pone otra rayita y son votos nulos”, explicaba el mandatario el 2 de marzo.
“Y eso pasó muchas veces (...) si ha habido fraude no es primeramente el CNE, es la gente en las mesas”, denunció el gobernante.
Este escenario dio motivos al oficialismo para pensar que se pudo alterar los resultados en la primera vuelta del 19 de febrero, cuando el exvicepresidente Moreno quedó a cuatro centésimas de ganar.
En Ecuador la tensión va en aumento y hay convocatorias de ambos sectores para manifestarse hasta los locales del Consejo Nacional Electoral (CNE).
El banquero Lasso, que el martes recibió una lluvia de objetos tras salir del estadio donde jugó el seleccionado ecuatoriano de fútbol, pidió vigilancia popular.
“No dejemos solas las urnas, tenemos que estar vigilantes y luego a las 5 de la tarde vamos todos juntos a las calles a defender la voluntad popular hasta que se proclame la victoria del cambio, la victoria de la esperanza, para que se vayan a la casa aquellos que se han burlado de los ecuatorianos los últimos 10 años”, invitó.
Lo certero es que serán los votantes los que tengan la última palabra sobre su futuro.