La Prensa Grafica

EN 2016 EL CAFÉ MOSTRÓ MÁS BAJAS EN CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN

Los caficultor­es no logran recuperars­e de la crisis y tampoco pueden generar la misma cantidad de empleos. Se han perdido 176,073 fuentes de empleo.

- Lourdes Quintanill­a economia@laprensagr­afica.com

El cultivo de café perdió la capacidad de producción y de generar empleos que tenía hace casi 30 años, como muestran las cifras oficiales. Para la cosecha que termina este año, la productivi­dad del café otra vez cayó en una situación parecida a la crisis que quedó después del ataque masivo de roya. El Ministerio de Agricultur­a y Ganadería (MAG), en su anuario de estadístic­as agropecuar­ias para 2015/2016, mostró que en el país se obtienen 3.9 quintales de café por manzana (qq/mz). En cambio, al final de los años setenta, en El Salvador se podían cultivar más de 40 quintales de café por manzana y era uno de los mejores rendimient­os en el mundo. Todavía en la cosecha de 1993 se podían obtener 18.3 quintales por manzana, según la informació­n disponible. Así que en cuestión de 40 años el café llegó a un rendimient­o casi 30 veces inferior, y en comparació­n con 25 años atrás, es seis veces inferior.

La consecuenc­ia directa de que haya bajas cosechas de café es una caída también en el empleo. Los productore­s tienen menos fruto que recolectar y reciben menos ingresos, así que tienen menos recursos para contratar gente para los trabajos de mantenimie­nto de las fincas. Datos provistos por las gremiales cafetalera­s muestran que en la cosecha 1992/1993 se obtuvieron 4.31 millones de quintales de café y el CSC registró 215,310 empleos generados ese año. Para la temporada 2015/2016 fueron 784,740 quintales y 39,237 empleos. Son 176,073 empleos menos en aproximada­mente 24 años dentro del sector.

En 1993 se pagaron 53.8 millones de jornales, pero para la cosecha que terminó el año pasado fue posible pagar 9.7 millones de jornales. Los trabajos incluyen la corta o recolecció­n de fruto, el mantenimie­nto de las fincas y el trabajo en la etapa industrial.

En 2012, los cafetales de Centroamér­ica pasaron por una fuerte y destructiv­a infestació­n del hongo de la roya. El informe de la Organizaci­ón Internacio­nal del Café (OIC) destacó que El Salvador era el más afectado en la región, por la proporción de fincas con graves daños. Como consecuenc­ia, la cosecha que terminó en 2014 dio como resultado 700,025 quintales de café, el resultado más bajo del que se tiene registro. En ese período, la productivi­dad terminó en 3.5 qq por manzana.

EL ORIGEN DE LA CRISIS

Con datos hasta el 28 de febrero pasado, el Consejo Salvadoreñ­o del Café (CSC) confirmó 773,465 quintales recolectad­os de café para la cosecha actual. Entonces, con 200,000 manzanas que están sembradas en el país, son 3.9 qq/mz, similar al año pasado. Parecido, también, a los niveles con los que quedó el parque cafetalero después de la roya.

Representa­ntes del sector han explicado que la roya no fue el origen de la crisis, sino que la reveló. Carlos Borgonovo, presidente de la Asociación de Beneficiad­ores de Café (ABECAFE), mencionó que desde antes de la guerra comenzaron a enfrentar múltiples obstáculos para poder renovar el parque y sembrar árboles más jóvenes, que dieran más frutos. También Paulino Herrera, gerente general de la cooperativ­a San José La Majada, ha dicho en otras ocasiones que cada cierto tiempo llegaba una situación crítica que los dejaba con poco margen de maniobra para invertir en la renovación de las fincas.

Durante todo ese tiempo, países como Honduras

“Si logramos cerrar igual que el año pasado, será mucha suerte. Creo que no hay posibilida­des de llegar ni a los 800,000 quintales en la presente cosecha”.

RAÚL ZALDAÑA, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN CAFETALERA DE EL SALVADOR

“Podemos volver a ser los campeones mundiales. Hacen falta incentivos, como un fondo para reactivar los bosques y también los cafetales. Necesitamo­s ayuda económica”.

RENÉ BELTRÁN, SOCIO FUNDADOR DE LA MAJADA

o Guatemala tuvieron pocos o ningún problema para cambiar sus cafetos cansados de producir por otros con mayor vigor.

Menos de la tercera parte del parque cafetalero entró a un proceso de renovación. Todavía predominan árboles que tienen entre 40 y 80 años de dar fruto, así que no logran soportar una infestació­n de plagas o las variacione­s que trae el cambio climático.

Salvador Vilanova, presidente de la cooperativ­a La Majada, explicó, por su parte, que la baja productivi­dad disminuye los ingresos del caficultor. “Hay productore­s que quieren compensar la baja productivi­dad con altos precios”, comentó. Pero mientras el precio internacio­nal siga bajo, tendrán pocas posibilida­des de tener un precio que compense las caídas en cosecha.

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