LA SIP DENUNCIA UN PANORAMA DE INTIMIDACIÓN
Los periodistas en el continente continúan enfrentando amenazas en el ejercicio de su trabajo, entre ellas intimidación y amenazas contra su integridad, aseguró la organización de prensa al cerrar ayer su asamblea de medio año en Antigua Guatemala.
Asesinatos, amenazas, intimidaciones y hostigamientos constituyen un patrón de conducta generalizado hacia la prensa en toda América, un panorama que ha llevado a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) a poner ayer el grito en el cielo para denunciar esta hostilidad.
A modo de conclusión de la reunión de medio año, que se celebró durante cuatro días en la ciudad colonial La Antigua (en Guatemala), la SIP denunció que “los enemigos de la prensa libre” crecen, casi sin excepción, en los países más diversos, como Estados Unidos, Cuba, Bolivia, El Salvador y Venezuela.
En muchos de ellos son los propios gobernantes los que despliegan “furiosos ataques” contra la prensa y los periodistas, acusándolos de “conspiración política”, “exagerada libertad de expresión” o de crear “noticias falsas”, unos hechos que llevan a la autocensura de los profesionales por el miedo y las amenazas. Lo más alarmante para la entidad, cuya sede está en Miami, son los homicidios de periodistas, que continúan sin disminuir. Desde octubre, 13 perdieron la vida: cinco en México, tres en Perú, dos en Guatemala, dos en República Dominicana y uno en Honduras, unos crímenes para los que ha exigido justicia y celeridad. Pese a la “brutalidad” de los homicidios, no es esta la única forma de silenciar a la prensa que se usa en el continente, pues la SIP ha denunciado que en algunos países como Cuba, Ecuador y Venezuela se ha amordazado a los medios informativos para mantener desinformados a los ciudadanos, se suspenden las publicaciones de medios a través de la “asfixia económica” y se perpetúa la impunidad.
ALGUNOS EJEMPLOS
En Venezuela se han registrado 123 hechos de intimidación contra periodistas. En Colombia hay 147 periodistas con protección debido a las amenazas y en otros países, como Guatemala, aún se espera la puesta en marcha de un programa de protección pendiente durante años.
En México la autocensura y los frentes noticiosos abandonados son aceptados como inevitables por el público y por los medios, y