Absolutismo, represión y corrupción van de la mano
Las dictaduras militares del siglo pasado en Latinoamérica como todo régimen absolutista eran represivas y corruptas. Irrespetaron las libertades individuales y los derechos humanos a quienes lo oponían, prensa, civiles en las calles, o incómodos líderes potenciales que representaban peligro real o imaginario para ellos. Fueron pocas las que exprimieron sanguinariamente, algunas benevolentes los enviaban a exilios dorados con becas a estudiar a países lejanos. Otras dictaduras del siglo pasado, la Rusia de Stalin y la China de Mao, asesinaron a millones, los genocidios más grandes del siglo XX.
La mayoría de los dictadores eran omnipotentes, además de reprimir eran altamente corruptos. Cuando se les pasaba la mano en la represión venían golpes de Estado de militares con el apoyo de la embajada americana. Cuando los opositores a las dictaduras se fueron organizando en grupos clandestinos armados si la represión sí fue brutal en El Salvador se dio la gran matanza de 1932, un fenómeno un tanto diferente a los demás en Guatemala, Jacobo Árbenz representó peligro de irse a la izquierda y perjudicar el monopolio de la United Fruit hubo un golpe de Estado apoyado por la CIA en 1954.
La revolución cubana, con carismáticos jóvenes encabezándola, Fidel, el Che Guevara, Camilo Cienfuegos, despertaron una ilusión romántica de las dictaduras de derecha corruptas como en Cuba, podían ser reemplazadas por gente decente y sacarlos por las armas eran la única forma. Cuba sirve de ejemplo a lo que llevaron las revoluciones en el continente, fueron más represivos que Batista, el dictador a que derrocaron, fusilaban a cientos (paredón) sin juicios, nadie tenía derechos. Camilo y el Che Guevara salieron de la escena porque estorbaban a Fidel, Camilo murió misteriosamente en un accidente cuya autoría se achaca a Fidel, al Che lo enviaron a pelear a Angola y a Bolivia a encontrar su muerte. Los Castro se convirtieron en una dictadura larguísima que apoyó todo movimiento subversivo en el continente, con la ayuda de la URSS.
Al final terminaron como todo tirano, represivo y corrupto, la fortuna de los Castro es de las más grandes del mundo. En Venezuela Chávez fue ese caudillo inspirador que a pesar de coartar las libertades individuales ganó elecciones repartiendo dinero del petróleo entre los pobres en donde logró una amplia base, alineó a varios países de América Latina en su quimera de Socialismo del Siglo XXI y todos fracasaron. Impuso a Maduro como sucesor más represivo, igual de corrupto, la fortuna de los Chávez es también de varios cientos de millones...
Aquí a la par tenemos a Daniel Ortega que derrocó a Somoza con el Frente Sandinista de Liberación causando igualmente una ola romántica de esperanza de revoluciones que triunfan y de líderes que mejorarían la condiciones del país. Ortega sigue en el poder desde 1979 interrumpido por un previo periodo en que hizo mal los cálculos electorales y perdió la elección pero no desmanteló jamás ni al Frente Sandinista, al ejército ni los comités del barrio, mantuvo el control de la población, pactó Alemán, líder de la oposición, y ahora se ha convertido prácticamente en un emperador con su esposa, Rosario Murillo, de vicepresidenta. Es tremendamente represivo y si bien es cierto no hay violencia porque si los muchachos delinquen, desaparecen
“LOS REGÍMENES AUTORITARIOS, PARA MANTENERSE EN EL PODER, RECURREN A LA REPRESIÓN E IRRESPETO DE LAS LIBERTADES INDIVIDUALES. LAS VÍCTIMAS DE LA IZQUIERDA SON DE MUCHOS MILLONES MÁS DE MUERTOS. EN CORRUPCIÓN TAMBIÉN SUPERAN LAS FORTUNAS DE LAS DICTADURAS DE DERECHA POR MUCHOS CIENTOS DE MILLONES. TODO RÉGIMEN AUTORITARIO TERMINA EN REPRESOR Y CORRUPTO”.
y se dice “se fueron a Estados Unidos”. Los inversionistas extranjeros para hacer negocios en Nicaragua compran seguridad de entrada dándole parte de la inversión gratis a uno de los miembros del grupo cercano que garantiza protección al inversionista... hasta que lo quiera Rosario.
Moraleja, las dictaduras y los regímenes absolutistas terminan históricamente en represión y corrupción.
La forma de prevenir esos regímenes es fortaleciendo las instituciones y eligiendo en cargos de elección popular a gente con fuerte fibra moral y honesta como requisitos.