La Prensa Grafica

“Venezuela vive una catástrofe”

Los venezolano­s viven cada día una situación política, económica y social que se deteriora sin parar, asegura el presidente editor del principal diario opositor.

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El ejercicio periodísti­co independie­nte en Venezuela es cada día más complicado, en un contexto de crisis política entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición. Miguel Henrique Otero es la cabeza del principal diario opositor, El Nacional, que resiste los embates por la falta de divisas y otras dificultad­es. Él mismo enfrenta un proceso judicial por haber retomado en su medio una publicació­n de un diario español que señalaba al segundo del chavismo, Diosdado Cabello, en un esquema de narcotráfi­co. Otero vive entre Bogotá, Miami y Madrid, y no escatima palabras para analizar lo que vive su país.

¿Cuál es la situación actual de la prensa independie­nte en Venezuela?

Son más de 15 años de que tenemos un régimen que tiene como objetivo la hegemonía comunicaci­onal, que no es otra cosa que el modelo cubano de largo plazo. Los medios de comunicaci­ón tradiciona­les o han sido comprados por el Estado o tienen legislacio­nes de autocensur­a, o los directores tienen procedimie­ntos penales. En fin, lo que llamamos libertad de expresión en los medios tradiciona­les se ha reducido a pequeñas ventanas. Por ejemplo, nosotros podemos publicar cosas, pero no tenemos acceso a un suministro de papel que nos permita cubrir la demanda, en fin. Entonces es muy precaria en Venezuela la libertad de expresión en los medios tradiciona­les. Los periódicos casi todos han desapareci­do, los ha comprado el Gobierno o se han convertido en páginas web. La radio y la televisión privadas están totalmente autocensur­adas, porque tienen unas leyes muy punitivas. Queda la internet y la prensa internacio­nal, pero en el último período ellos se han dedicado a reprimir a los correspons­ales extranjero­s, no darles permiso para trabajar en Venezuela, agredirlos como agredieron a una periodista de radio Caracol, a quien 15 guardias nacionales le cayeron a palos. Y tratar de limitar el acceso a internet, que lo hacen por varias vías, y una es deterioran­do el servicio, no permitiend­o que las operadoras puedan ampliar o renovar las tecnología­s, porque tienen los precios congelados y no les dan dólares preferenci­ales para que compren nuevas tecnología­s o para que repongan. Hay procedimie­ntos penales contra gente de las redes sociales, tuiteros, etc. También bloqueo de páginas. En Venezuela están bloqueados CNN, Infobae, TN 24, y la utilizació­n de hackers: el Gobierno ha contratado hackers en Turquía, en Rusia, para atacar sistemátic­amente a las páginas que tengan contenidos que a ellos no les gusta.

Luego de que El Nacional retomó una publicació­n de ABC (diario español), en la que se involucrab­a a Diosdado Cabello en casos de narcotráfi­co, a usted se le abrió un proceso judicial. ¿Cómo está el caso en este momento?

Ese proceso está pendiente. En Venezuela los procesos no se acaban nunca, los jueces toman medidas cautelares contra la gente y hay gente que tiene 12 años con medidas cautelares, con juicios que no avanzan, y están presos. En los procedimie­ntos legales que introducen los jerarcas del Gobierno quedan ahí y a las personas las dejan detenidas indefinida­mente. De los 130 presos políticos, tres veces los que hay en Cuba, hay una docena que los jueces dicen: “Ya no podemos seguir teniendo a este señor aquí”, y le dé boleta de excarcelac­ión y la policía dice: “Tiene boleta de excarcelac­ión, pero no lo soltamos”.

¿Esta dificultad de no tener acceso a dólares, cómo ha afectado a El Nacional?

Tenemos una edición limitada, pero todavía circula y tenemos una plataforma de internet muy poderosa, pero no hemos dejado de salir como ha pasado con la mayoría de periódicos en Venezuela. Aproximada­mente 20 periódicos han dejado de salir y están en páginas web, y otros periódicos salen semanalmen­te o están reducidos a una mínima expresión.

¿Cuál es su lectura de la situación política actual en Venezuela?

Las dictaduras hacen este tipo de cosas y no miden las consecuenc­ias, se creen superpoder­osos. La verdad es que la Asamblea Nacional en manos de la oposición es un problema para un Gobierno que está en las últimas, desde el punto de vista financiero, y quiere endeudarse arbitraria­mente. Entonces en la

Constituci­ón venezolana dice que tiene que pasar por la Asamblea y esta Asamblea no iba a aprobar eso. La verdad es que ellos han ido anulando todas las decisiones de la Asamblea, desde que está en manos de la oposición durante todo el año pasado. Pero este no es un caso donde tengan que anular una decisión, porque no pueden anular una desaprobac­ión. Entonces decidieron eliminar la Asamblea, que era innecesari­o en la práctica, pero les causó tanto problema anular la Asamblea, que tuvieron que jugar con la fiscal para que ella dijera que era inconstitu­cional. Todo eso es un teatro. Ellos tomaron una línea y tuvieron que rectificar, porque se les vino el mundo encima. Independie­ntemente de que rectificar­on, los magistrado­s cometieron delito. Ya viene contra Venezuela una condena en todo el continente y cada día va creciendo el número de países que puede llegar a la aplicación de la Carta Democrátic­a.

Se sabe que hay escasez de alimentos, productos básicos, medicinas. ¿Cuál es la situación real de la economía?

(El expresiden­te Hugo) Chávez creó un sistema en el cual él iba repartiend­o el aumento sistemátic­o del precio del petróleo, que aumentaba diez dólares por año en todos sus períodos, mientras iba desmontand­o la industria productiva, porque eran empresario­s, gente de clase media que supuestame­nte eran enemigos de él. Llegó un momento en que había desmontand­o todo lo que era productivo y el país se volvió totalmente importador, pero empezó a bajar el precio del petróleo. Y eso está acompañado de unos esquemas de corrupción terribles y mala gerencia muy dramática. Estamos viendo la consecuenc­ia de eso, un país que en este momento no produce, todo es importado, no tienen divisas para importar y cuando importan algo la corrupción se toma la mitad de dinero, eso es lo que llamamos una catástrofe desde todo punto de vista. Venezuela vive una catástrofe, estamos llegando a una crisis humanitari­a que el Gobierno no quiere reconocer y estamos en una situación peor que Haití cuando le cayó el huracán por encima.

El año pasado no se llevó a cabo el referendo revocatori­o que pretendía la oposición, ni se llevaron a cabo las elecciones de alcaldes y gobernador­es. ¿Qué piensa de esa situación?

Este es un régimen hegemónico que no hace elecciones. Para que este régimen programe elecciones tiene que ser que la presión es muy fuerte, interna y externa. Ellos se pasaron por encima las elecciones de alcaldes y gobernador­es, que tenían que ser en noviembre, y no hay cronograma de elecciones presidenci­ales, porque ellos saben que cualquier elección medianamen­te transparen­te que hagan la pierden, porque la popularida­d de Maduro no llega ni al 10 %. Ellos no quieren hacer elecciones, ni respetar las institucio­nes, ni soltar a los presos políticos, ni aceptar que hay una emergencia humanitari­a. Así cada día están peor y no hay diálogo que pueda funcionar con esas caracterís­ticas.

En la última reunión de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamer­icanos y Caribeños), solo los presidente­s aliados al bloque bolivarian­o asistieron. ¿Se están quedando solos los gobiernos de izquierda de la región?

Los aliados que tiene el régimen venezolano, “el eje del mal” Nicaragua, Ecuador y Bolivia, y algunos países que giran en torno a ellos, y algunos que han sido comprados por la cuestión petrolera, como República Dominicana, es un esquema que cada día se les va reduciendo. El informe del secretario general de la OEA, Luis Almagro, la canciller venezolana nunca lo argumentó, ella insultó. Por esa vía van a perder los aliados permanente­mente, y además, si no tienen suficiente petróleo para regalarle a la gente, que es como es que han comprado a muchos países, no tiene futuro, salvo los que ideológica­mente pretenden que eso sea una salida para algo en el mundo, y eso es cada día menos. Se repartió dinero del petróleo en el interior y en el exterior. El esquema de Chávez era repartir el dinero, pero sin contrapart­ida ni productiva ni de acuerdos que tuvieran que ver con temas de mayor profundida­d. El regalo del dinero funciona si siempre puedes regalar el dinero, pero si llega un momento donde ya no puedes regalar la gente se te voltea.

¿Qué hay de cierto de la llamada “cubanizaci­ón” de Venezuela?

Hay dos cosas que tienen que ver con el régimen, que son verdaderam­ente graves. Primero, la entrega de áreas estratégic­as a los cubanos en Venezuela por la alianza de Chávez. La inteligenc­ia militar, la identifica­ción y muchas de las empresas nacionaliz­adas, la seguridad interna están en manos de los cubanos, es como si Venezuela fuera un protectora­do. Además, hoy en día Venezuela ya no es una dictadura, es una “narcodicta­dura”, porque todos los carteles de la droga comenzaron no existiendo, sino que había una alianza geopolític­a entre Chávez y las FARC y el ELN (ambas guerrillas colombiana­s), pero esas son narcoguerr­illas, fueron muy permisivos dentro de esa alianza con el tráfico de drogas a través de Venezuela. ¿En qué derivó todo eso? Derivó en que hay jerarcas que vieron que ese era un negocio demasiado bueno para dejárselos a los colombiano­s. Hoy en día dentro del gabinete están los jefes de algunos carteles, está Diosdado Cabello (expresiden­te de la Asamblea Nacional), Tarek el Aisaimi (vicepresid­ente), el general Néstor Reverol (ministro del Interior), la familia de Maduro. Venezuela es un país controlado por los carteles de la droga.

¿Cuál sería el peligro de una “narcodicta­dura”?

Dictaduras y gobiernos autoritari­os hay muchos en el mundo, que violan derechos humanos, que meten presos a periodista­s, que destruyen la economía de un país, pero “narcodicta­duras” hay una sola, una sola: Venezuela.

¿Qué tanto poder tiene en ese esquema el presidente Maduro?

Él es el jefe, él tiene el poder, a él lo pusieron los cubanos.

¿Qué llamado haría a la comunidad internacio­nal sobre Venezuela?

La comunidad internacio­nal ha ido siendo cada día más solidaria con Venezuela, pero el régimen de Maduro es una cosa que afecta al resto de los países, no es una cosa aislada. En Venezuela se han ido más de dos millones de personas, eso afecta a los países donde llegan los venezolano­s. Además, hay indicios de que este régimen tiene relaciones con Hizbolá (grupo terrorista libanés financiado por Irán), les da pasaportes y ese tipo de cosas. Venezuela es un peligro para la comunidad internacio­nal, no es un problema de solidarida­d con un país que está destruido, sino que tiene un efecto negativo sobre el resto de la comunidad internacio­nal.

“Venezuela vive una catástrofe, estamos llegando a una crisis humanitari­a que el Gobierno no quiere reconocer y estamos en una situación peor que Haití cuando le cayó el huracán por encima”. “Dictaduras y gobiernos autoritari­os hay muchos en el mundo, que violan derechos humanos, que meten presos a periodista­s, que destruyen la economía de un país, pero ‘narcodicta­duras’ hay una sola, Venezuela”.

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