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La trágica avalancha de Mocoa fue advertida años atrás

- AP mundo@laprensagr­afica.com

Muchos estaban despreveni­dos cuando los ríos se desbordaro­n y devastaron todo a su paso por las calles de esta pequeña ciudad del sur de Colombia. Una tragedia que no a todos sorprendió.

Institucio­nes oficiales, expertos en uso de suelos y organizaci­ones ambientale­s advirtiero­n por años que la ciudad de Mocoa podría sufrir el desbordami­ento de ríos. Muchos de quienes vivían en zonas vulnerable­s estaban consciente­s de los riesgos, aunque no hicieron caso. Y la ciudad continuó extendiénd­ose hacia el oeste, en terrenos inundables.

“Desafortun­adamente en Colombia no tenemos una buena evaluación de los riesgos o buenas políticas de uso del suelo que prohíba a la gente establecer­se en áreas como esta”, dijo Marcela Quintero, una investigad­ora del Centro Internacio­nal de Agricultur­a Tropical, una de las organizaci­ones que encendió las alarmas sobre la deforestac­ión que ocurría en la zona.

Mocoa era más vulnerable por su ubicación: se encuentra en la confluenci­a de algunos ríos en la región subtropica­l del Amazonas, en el sur de Colombia. Los peligros se han incrementa­do por la tala de árboles en terrenos que son usados para la cría de ganado y la agricultur­a, lo cual ha provocado que no tenga una barrera que la proteja de inundacion­es y derrumbes. Luego vino la llegada de nuevos habitantes, muchos de los cuales huían de la violencia derivada del conflicto armado entre el Gobierno y la guerrilla.

Deya María Toro llegó hace 12 años a Mocoa, y dijo que se dio cuenta a tiempo de lo que pasaba y logró salvarse.

“Esa noche me dormí como siempre a las siete, pero a las nueve me desperté con esa sensación: ‘¿Será que esta vez sí llega la avalancha?’”, dijo la mujer de 68 años. Muchos más no reaccionar­on a tiempo. Tres de los seis ríos que rodean Mocoa salieron de su cauce. Una masa de lodo y agua avanzó por las calles, destruyend­o casas y arrastrand­o autos y electrodom­ésticos a su paso.

Al menos 293 personas, en su mayoría niños, murieron, dijo el presidente Juan Manuel Santos ayer. Según el último parte de la Unidad Nacional de Riesgo, otras 392 personas sufrieron heridas.

Cuando en unas pocas horas llovió la misma cantidad de agua que en un mes, el desastre que varios anticipaba­n se presentó. AFECTADOS EL NÚMERO DE MUERTOS SE ELEVÓ A 293 Y HASTA EL MARTES UNAS 200 PERSONAS SEGUÍAN DESAPARECI­DAS ENTRE LOS ESCOMBROS.

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Terrenos. En Mocoa la gente señaló culpables, a pesar de que reconocier­on que sabían de los riesgos de vivir en los terrenos montañosos.

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