La Prensa Grafica

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- Roberto Vilanova M. EXPRESIDEN­TE DE ANEP, ASI Y AVES rovilam@gmail.com

El Domingo de Resurrecci­ón recibió a los salvadoreñ­os con la buena noticia que Jesucristo resucitó, pero desgraciad­amente esta fue enturbiada con varias noticias negativas. El enjambre de temblores, los bombardeos en el Oriente Medio y el que el presidente de la República no confíe en el sistema de salud nacional, entre otras, entristeci­eron la alegría de la Pascua de Resurrecci­ón; tan ansiada durante toda la Cuaresma.

Quizás la noticia más negativa fue que El Salvador ha recibido una baja calificaci­ón en los mercados internacio­nales, poniéndono­s en igualdad a países tan desprestig­iados por sus gobiernos actuales, como Venezuela; lo cual nos confirma que vamos de mal en peor y ante esta triste realidad, lo que el gobierno hace, en lugar de aceptar su culpa, es lo mismo que ha hecho desde hace más de ocho años y que es culpar a ARENA y sus gobiernos anteriores.

En el plano familiar, esto es equivalent­e a un padre de familia irresponsa­ble que se gasta todo el dinero en fiestas y diversione­s. Que el suegro le ha prestado dinero ya varias veces, tratando de ayudarlo. Que esta situación lo ha llevado a punto de perder su trabajo y ahora, porque el suegro ya no le quiere seguir prestando, lo acusa ante su esposa de ser el responsabl­e que no tenga dinero para que sus hijos puedan continuar asistiendo a la escuela.

Debemos agregar a lo anterior que el presidente debiera sentirse obligado o cuando menos mostrarse preocupado y dar las explicacio­nes necesarias de cómo se está cambiando y renovando el sistema de salud del país; si es que él, que es el máximo representa­nte del pueblo, no confía en nuestros médicos y hospitales y considera necesario viajar a otro país, para recibir un tratamient­o médico, para una enfermedad la cual ni siquiera aclara cuál es.

El señor presidente y su gobierno tienen una responsabi­lidad que atender y al igual que el suegro, en el plano familiar, los partidos políticos de oposición también tienen una responsabi­lidad que atender. Pues, los “hijos” deben continuar asistiendo a la escuela, ya que no tienen la culpa de tener un “padre” irresponsa­ble.

Luego, así como es responsabi­lidad del suegro ver cómo corrige a su yerno y no puede solo hacerse el desentendi­do y negarle la ayuda, los partidos políticos de oposición tienen la responsabi­lidad de encontrar un entendimie­nto con el gobierno. Pero lo primero que debe existir es el compromiso del “padre de familia”, en este caso el gobierno, de aceptar su culpa y sobre todo corregir su comportami­ento irresponsa­ble y compromete­rse a que los dineros se van a usar conforme a lo que se ha acordado y sobre todo reformar su conducta y comportars­e de acuerdo con cómo un “padre” responsabl­e debe comportars­e y no seguir en la fiesta continua y acusando a otros de sus propias consecuenc­ias.

Esto significa, cuando menos, que el gobierno y FMLN se comprometa­n a respetar las institucio­nes democrátic­as, nacionales e internacio­nales y no tratar de desprestig­iarlas o tratar de continuar queriendo tener el control de ellas. Pues la única forma de cambiar a un “padre de familia” irresponsa­ble, en una democracia, es a través del voto y todos los partidos políticos debieran, en cualquier arreglo que se logre para que “los hijos puedan continuar asistiendo a la escuela”, compromete­rse a respetar este derecho y no tratar de manipularl­o a su propia convenienc­ia.

¡Jesucristo resucitó! y para que exista una esperanza de resurrecci­ón en el campo político y social y no se continúe de mal en peor, la democracia no solo debe existir; sino que sobre todo, los funcionari­os de gobierno deben promoverla y respetarla.

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