Demal enpeor
El Domingo de Resurrección recibió a los salvadoreños con la buena noticia que Jesucristo resucitó, pero desgraciadamente esta fue enturbiada con varias noticias negativas. El enjambre de temblores, los bombardeos en el Oriente Medio y el que el presidente de la República no confíe en el sistema de salud nacional, entre otras, entristecieron la alegría de la Pascua de Resurrección; tan ansiada durante toda la Cuaresma.
Quizás la noticia más negativa fue que El Salvador ha recibido una baja calificación en los mercados internacionales, poniéndonos en igualdad a países tan desprestigiados por sus gobiernos actuales, como Venezuela; lo cual nos confirma que vamos de mal en peor y ante esta triste realidad, lo que el gobierno hace, en lugar de aceptar su culpa, es lo mismo que ha hecho desde hace más de ocho años y que es culpar a ARENA y sus gobiernos anteriores.
En el plano familiar, esto es equivalente a un padre de familia irresponsable que se gasta todo el dinero en fiestas y diversiones. Que el suegro le ha prestado dinero ya varias veces, tratando de ayudarlo. Que esta situación lo ha llevado a punto de perder su trabajo y ahora, porque el suegro ya no le quiere seguir prestando, lo acusa ante su esposa de ser el responsable que no tenga dinero para que sus hijos puedan continuar asistiendo a la escuela.
Debemos agregar a lo anterior que el presidente debiera sentirse obligado o cuando menos mostrarse preocupado y dar las explicaciones necesarias de cómo se está cambiando y renovando el sistema de salud del país; si es que él, que es el máximo representante del pueblo, no confía en nuestros médicos y hospitales y considera necesario viajar a otro país, para recibir un tratamiento médico, para una enfermedad la cual ni siquiera aclara cuál es.
El señor presidente y su gobierno tienen una responsabilidad que atender y al igual que el suegro, en el plano familiar, los partidos políticos de oposición también tienen una responsabilidad que atender. Pues, los “hijos” deben continuar asistiendo a la escuela, ya que no tienen la culpa de tener un “padre” irresponsable.
Luego, así como es responsabilidad del suegro ver cómo corrige a su yerno y no puede solo hacerse el desentendido y negarle la ayuda, los partidos políticos de oposición tienen la responsabilidad de encontrar un entendimiento con el gobierno. Pero lo primero que debe existir es el compromiso del “padre de familia”, en este caso el gobierno, de aceptar su culpa y sobre todo corregir su comportamiento irresponsable y comprometerse a que los dineros se van a usar conforme a lo que se ha acordado y sobre todo reformar su conducta y comportarse de acuerdo con cómo un “padre” responsable debe comportarse y no seguir en la fiesta continua y acusando a otros de sus propias consecuencias.
Esto significa, cuando menos, que el gobierno y FMLN se comprometan a respetar las instituciones democráticas, nacionales e internacionales y no tratar de desprestigiarlas o tratar de continuar queriendo tener el control de ellas. Pues la única forma de cambiar a un “padre de familia” irresponsable, en una democracia, es a través del voto y todos los partidos políticos debieran, en cualquier arreglo que se logre para que “los hijos puedan continuar asistiendo a la escuela”, comprometerse a respetar este derecho y no tratar de manipularlo a su propia conveniencia.
¡Jesucristo resucitó! y para que exista una esperanza de resurrección en el campo político y social y no se continúe de mal en peor, la democracia no solo debe existir; sino que sobre todo, los funcionarios de gobierno deben promoverla y respetarla.