Loquera global
Hace muchos años, en 1963, salió a circulación una película hollywoodense que ganó gran notoriedad internacional: “El mundo está loco, loco, loco”, una mezcla de comedia y de sátira sobre la ambición humana llevada a límites inverosímiles. Más de 50 años después, estamos en un mundo que se ha ganado con creces la condición de “loco, loco, loco”, ahora con ribetes trágicos y con perspectivas verdaderamente amenazantes. Al hacer un recuento de los liderazgos mundiales del momento a uno le salta con alarmante frecuencia el recuerdo de aquel trío de actores que durante varias décadas estuvieron en primera plana por su comicidad violenta y desafiante: “Los Tres Chiflados”. Y ya en plan más analítico, surgen inquietantes cuestiones sobre lo que ha venido ocurriendo para que, como humanidad, estemos en la situación actual. Durante mucho tiempo estuvo sobre el terreno la llamada “Guerra Fría”; y en 1989, cuando se desfondó la bipolaridad entre las dos grandes potencias resultantes de la Segunda Guerra Mundial, aquella “Guerra” pareció esfumarse; pero en verdad lo que estaba surgiendo era un trastorno mucho menos controlable: el de los poderes multipolares que no hallan cómo gobernarse. La tragicomedia del presente pugna por convertirse en un desafuero surrealista de proporciones verdaderamente caóticas. El absurdo va erigiéndose en “cultura” global, con todos los desatinos a la orden. ¿Podrá la razón hacerse valer con suficiente capacidad restauradora? No es una pregunta que va a responderse por su cuenta. Habrá que apelar a las mejores energías y ponerlas cuanto antes en acción para que el mundo “loco, loco, loco” no se siga multiplicando en sí mismo como una plaga.