Temen efecto de política migratoria en el agro
La agricultura de Estados Unidos emplea a más mano de obra sin papeles que otros sectores.
La capataz del viñedo, Bethel Heights Vineyard, observó las 40 hectáreas que su equipo de 20 mexicanos acaba de podar, temerosa de lo que pueda pasar si el gobierno de Donald Trump insiste en deportar a los inmigrantes sin permiso de residencia. Desde el momento de plantarlas hasta la cosecha, hace falta personal capacitado y con una fuerte ética laboral para producir los vinos pinot noir y chardonnay de esa bodega y los nativos simplemente no están dispuestos a hacer ese pesado trabajo, afirmó Patricia Dudley.
La línea dura de Trump hacia los inmigrantes que no están autorizados a residir en el país provoca escalofríos a la industria agrícola, que teme quedarse sin la mano de obra necesaria para plantar, atender y recoger las cosechas de los productos que alimentan a la nación. Los productores de frutas y vegetales, los ganaderos, los dueños de viveros y de viñedos están empezando a presionar a los políticos para que aborden el tema de la inmigración ilegal de forma tal que no afecte sus industrias.
Algunos de los líderes de este movimiento son republicanos que votaron por Trump y que enfrentan un dilema, pues están a favor de que se refuerce la seguridad de la frontera, pero al mismo tiempo no tienen nada en contra de trabajadores sin papeles que no son delincuentes.
La agricultura emplea un porcentaje de inmigrantes sin papeles más alto que otras industrias, según el centro de estudios Pew. Los inmigrantes sin permiso de residencia representan el 46 % de aproximadamente 800,000 trabajadores del campo, según un análisis que hizo la AP de información de los departamentos del Trabajo y de Agricultura. Un incremento en las deportaciones podría tener “importantes repercusiones económicas”, indicó un estudio de 2012 del Departamento de Agricultura. Si la mano de obra no autorizada se redujese en 40 %, por ejemplo, mermaría más de un 4 % la producción de vegetales, de acuerdo con el estudio.
Además de impulsar la construcción de un muro, Trump quiere contratar otros 10,000 agentes del servicio de inmigración que controlen la seguridad.