Elpopulismo salvaje
La tragedia de muchos Gobiernos latinos es que recurren al populismo para gobernar y ganar elecciones. No se dan cuenta del daño que le causan a la población y al país mismo. Es un engaña bobos. Con prebendas miserables consiguen que Juan Pueblo les comprometa el voto. Subliminalmente dichas regalías van acompañadas de mentiras, calumnias y falsas esperanzas.
La oposición, según su prédica, es la responsable de todos los males que aquejan al país. Porque en el populismo salvaje la consigna es desprestigiar, enlodar y destruir a la oposición y nunca aceptar responsabilidad directa por los acontecimientos, aunque estos sean consecuencia de las malas decisiones del gobierno. Fomentan el odio de clases para encubrir y justificar su incompetencia. Practican la conocida frase de Maquiavelo de que “el fin justifica los medios”. El fin es el poder. Al final el pueblo es el que paga las consecuencias, el que sufre las carencias de toda índole, la falta de empleos, la falta de oportunidades; también padece por un deficiente sistema de salud, por la delincuencia, por los altos costos de la vida, etcétera.
Por eso el pueblo tiene que despertar y ser más selectivo al elegir a un gobernante. No fijarse tanto en la demagogia y falsas promesas como en su hoja de vida, su “currículum”, su experiencia, su capacidad, su integridad, sus logros, sus recomendaciones y su honorabilidad.
Los gobiernos que recurren al populismo deben estar conscientes de que con estas medidas hunden al país. Una cosa es conciencia social y otra demagogia. Tienen que entender que la única forma que un país progrese es reactivando la economía, creando plazas de trabajo, armonía entre las clases sociales. Pero para crear plazas de trabajo hay que fomentar la inversión local y extranjera. Esto se logra estableciendo reglas