Cuando llevamos impregnadala identidadde nuestropaís
Comienza a amanecer en nuestro país, y los que disfrutamos de los primeros rayos de sol apreciamos el impresionante colorido en el cielo, el rocío en las plantas, el aire fresco, y el sentir del país que nos invita a nuevos retos y experiencias.
Cada salvadoreño comienza otra jornada diaria con una “hogaza de pan” bajo el brazo, encaminado a sus tareas de rutina, con paso ligero, marcando su destino. Atrás deja su familia, hijos despiertos, uniformes planchados, casa en orden; se ha despedido con cariño de su cónyuge. Laboriosos, como denominan a los salvadoreños, en todos los rincones del mundo, caminan a sus labores o estudios, abrigando la esperanza de que, primero Dios, este día sea mejor que el anterior, colmados de ilusiones, sueños y metas por alcanzar.
Si algo caracteriza al salvadoreño es que sus pasos los guía con la seguridad de enrumbar su camino hacia un futuro prometedor para sus hijos. Se mueve de prisa para llegar a tiempo, se entretiene con la música o con su celular, si va en el tráfico, soportando las interminables filas de vehículos a la “hora pico”, pero confiado en que sale a dar todo lo mejor de sí.
Nuestra identidad de ser salvadoreños nos caracteriza por no arrodillarnos ante las adversidades, destinados a desafiar los obstáculos, aprovechar las oportunidades donde otros no las ven, y sobre todo, “rebuscarnos” para salir adelante. Somos, en su mayoría, gente que hace el bien, que sabe lo que es ganarse el sustento, que demuestra amor por los demás, que ayuda al que lo necesita, y que trabaja hasta la última gota de sudor.
Vivimos en un territorio pequeño de tamaño, pero somos parte de un mundo que no conoce fronteras, ya que son muchos los salvadoreños, que han emigrado a otros espacios geográficos, donde han procreado hijos no nacidos en suelo salvadoreño; sin embargo, sus padres se empeñan en que conozcan las tradiciones, costumbres y creencias de su país, preocupados porque tengan un arraigo cultural propio. Esto es lo que da cohesión a la identidad de ser y sentirse salvadoreño, ya que vivimos conectados con esos 3 millones de compatriotas que viven fuera, unidos por el simple hecho de pertenecer a una comunidad llamada: Salvadoreña.
No desfallecemos en aras de progresar y jamás nos rendimos ante lo complejo de la vida, como tampoco entregamos la esperanza de crecer y ser más.
Somos “sabelotodo”, como nos tildó Roque, y expresamos nuestra humilde opinión sobre temas de interés nacional a través de las redes sociales, aparte de “arreglar el mundo” cada vez que nos reunimos entre amigos; somos los “hacelotodo”, pues le entramos a lo que nos piden hacer sin doblegarnos; somos los “comelotodo”, desde piñuelos hasta flor de izote, sin faltar las pupusas, la yuca con chicharrón y los nuégados; somos los “vendelotodo”, si no, vea en Olx, valga el comercial, el sinfín de artículos que vendemos entre nosotros.
Entre todos hemos desarrollado nuestro país, y con todo y sus bemoles, cuando estamos lejos del terruño y cantamos el himno nacional, lo hacemos a todo pulmón y lloramos; cada vez que podemos damos soluciones a nuestros problemas, y siempre la de uno es mejor que la de todos los demás. La familia es el centro de todo y nos movemos con base en mejorarla, es nuestra mayor confidente, la que nos respalda y apoya.
Somos más que compatriotas, somos hermanos de una misma identidad cultural de la cual con mucho orgullo decimos al mundo: Somos Salvadoreños. representa una herramienta capaz de dejar entrever una política social integral para potenciar el desarrollo de la mayoría o garantizar a la población derechos que le permitan una vida digna y plena.
Tenemos a partidos políticos “representándonos”, pero desgastados y que no generan confianza. Y a una mayoría de la población, que no se siente identificada, porque los partidos políticos han desvirtuado el concepto de representación.
Las justificaciones y acusaciones impregnadas de soberbia por parte de los principales partidos políticos sobre el manejo de las finanzas del Estado son mezquinas. Siguen las mismas estrategias de socavar al adversario y hundirse entre sí para mantener o recuperar el poder. Lo que necesita El Salvador no solo es racionalizar y priorizar los recursos del Estado, sino también un sistema tributario más justo y progresivo. ¿Es válido recortar aún más el presupuesto de educación, seguridad y salud para resolver los problemas? No lo creo.
Todos perdemos de una u otra forma. ¿Necesitamos tocar fondo para tomar las decisiones correctas, para dejar de lado el conformismo y exigir esfuerzo y voluntad para lograr el camino de una prosperidad más compartida? Espero que no... MARTES 28 DE ABRIL DE 1942 En relación con la nota informativa publicada por LA PRENSA GRÁFICA acerca del interés existente de parte de comerciantes de Ecuador por adquirir añil salvadoreño, nos informan desde Sensuntepeque que varias personas de aquella plaza comercial tienen en existencia importantes cantidades de tinta añil de superior calidad.
VIERNES 28 DE ABRIL DE 1967 “Estoy dispuesto a retirarme del cargo de presidente de la república este mismo día, si la conciencia nacional así lo ordena, pero no discutiré ni una sola palabra con los comunistas que ayer me pidieron una entrevista para abordar la situación actual”, dijo categóricamente el presidente Julio Rivera, al inaugurar la segunda etapa del hospital de ANTEL.
MARTES 28 DE ABRIL DE 1992 El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Hans-dietrich Genscher, que desempeñó un papel clave en la reunificación de su país y fue un factor determinante en lograr que Europa Oriental se desprendiera del comunismo, anunció ayer que renuncia después de 18 años en el cargo. Lo sustituirá Irmgard Schwaetzer, que tendrá el cargo político más influyente que haya ocupado una mujer en Alemania. LA VIDA HUMANA ES UN ROMPECABEZAS BIPOLAR.
CONSTANTEMENTE ESTAMOS RECIBIENDO MENSAJES CIFRADOS DESDE LAS DISTINTAS GALAXIAS DEL SUBCONSCIENTE.
CON FRECUENCIA CADA VEZ MAYOR NOS VIENE UNA ORDEN SUPERIOR EN EL AIRE QUE RESPIRAMOS: “CÁLLENSE SIQUIERA UN INSTANTE, PÁJAROS ALBOROTADORES”...