Cáncer de ovario: cirugía extirpadora para prolongar supervivencia
Desde que se origina un cáncer de ovario hasta que avanza transcurren apenas unos pocos meses. Además, sus síntomas son tan inespecíficos que en el momento del diagnóstico ya está extendido en el 80 % de los casos.
Lucas Minig, jefe del Servicio de Ginecología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), en una entrevista con Efe Salud con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, celebrado el pasado 8 de mayo, considera que la inmensa mayoría de los casos avanzados en el mundo no son tratados adecuadamente al ser sometidos a cirugías incompletas, que dejan enfermedad residual y limitan la supervivencia de la paciente.
Para este especialista, una cirugía adecuada es la que extirpa las partes afectadas con metástasis, como los ovarios, el útero, el peritoneo del diafragma, el bazo o partes del intestino en una intervención quirúrgica que puede durar más de seis horas.
“A día de hoy, no existe ningún tratamiento efectivo que dé tanta magnitud de beneficio como es una cirugía adecuada como tratamiento inicial en cáncer de ovario avanzado, ya que es capaz de extender la supervivencia en casi un 30%”, asegura.
El doctor Minig considera que el problema, a escala mundial, radica en que los pacientes tienen un acceso “limitado” a centros de referencia con equipos quirúrgicos multidisciplinares encabezados por ginecólogos oncólogos, formados específicamente para realizar este tipo de cirugías complejas.
“Para evitar cirugías inadecuadas, es importante que las mujeres con sospecha de cáncer de ovario acudan a centros de referencia con profesionales formados en estos procedimientos”, apunta el médico del IVO, una fundación dedicada al tratamiento integral del cáncer desde hace 40 años.
UN CÁNCER DE OVARIO AGRESIVO Y VELOZ
El tipo más frecuente de cáncer de ovario, en un 85-90% de los casos, es el carcinoma epitelial. Un cáncer “agresivo” que en pocos meses se puede extender, provocando distensión abdominal, dolor, sensación de plenitud con la comida, molestias pélvicas, etc. Estos síntomas inespecíficos pueden atribuirse a otras muchas causas y que no encienden la luz
de alarma, por lo que el diagnóstico temprano es difícil.
En el avance de este cáncer influye su agresividad intrínseca, pero también que se desarrolle en un órgano tan pequeño como el ovario y en contacto, dentro de la cavidad abdominal, con otros órganos.
Es más frecuente en la época posmenopáusica, apareciendo entre los 50 y 75 años, con una edad media de diagnóstico situada entorno a los 60 años.
LOS QUISTES OVÁRICOS
La aparición de quistes durante la etapa reproductiva de la mujer suele ser normal; estos aparecen y desaparecen con el ciclo menstrual. Sin embargo, otros quistes de ovario, que si bien benignos, pueden deberse a otras enfermedades como la endometriosis, ovarios poliquísticos o teratomas, entre otros.
La situación cambia cuando se trata de una mujer en la menopausia. “Por principio, cualquier quiste en la menopausia es anormal y si no existe sospecha de malignidad, debe ser controlado con ecografía vaginal cada dos o tres meses”, explica el ginecólogo.
¿Qué hacer con los quistes en la menopausia? Un quiste de ovario “ecográficamente simple”, con un marcador tumoral CA-125 normal, en una mujer en época de menopausia tiene una probabilidad de malignización del 0.5 %. “Un porcentaje muy bajo, por un lado, pero por otro con una rara posibilidad de que se malignice en un órgano que ya no tiene función”, expone el doctor.
Si la mujer con un quiste benigno prefiere no pasar por el quirófano, debe someterse a control cada seis meses durante dos años. “Si en dos años no ha cambiado ese quiste, ya no se va a malignizar en el futuro”, precisa Lucas Minig.
El quiste benigno puede ir aumentando de tamaño, hasta un 30 %, pero eso no significa que se convierta en maligno, sino que está acumulando más líquido en su interior. En el supuesto de que la mujer en sienta más tranquila sin ese quiste, se puede realizar la extirpación de ambos ovarios mediante cirugía laparoscópica.