EL MUNICIPIO DE LOS INFORMANTES
Atalina está demasiado angustiada como para esperar a que el alcalde de San José Guayabal, Mauricio Vilanova, salga de la reunión. Así que esquiva a la secretaria, e irrumpe en el despacho municipal. Se desliza en una de las seis sillas plásticas que rode
Lunes 29 de mayo de 2017
HOMICIDIO HA OCURRIDO EN LO QUE VA DEL AÑO EN SAN JOSÉ GUAYABAL, SEGÚN DATOS DE LA PNC.
Catalina no es de San José Guayabal, pero se desplazó hasta el despacho de Vilanova porque, según dice, ha escuchado que ayuda a los que ofrecen información sobre los pandilleros que llegan a San José Guayabal a intentar reclutar, amenazar, extorsionar y cometer homicidios.
—Tengo dos pedazos de tierra abandonados, quiero que me ayude a venderlos. Ni yo, ni mis hijos podemos ir a verlos –dice Catalina.
—Nadie va a comprar esos terrenos. No con esos pandilleros que andan molestando –responde el alcalde Vilanova. —No quiero perderlos, por eso quiero vender. Ayúdenos. —Lo que sí podemos hacer es pasar esta información al GCAC e ir a patrullar en la zona. Si sabe algo más, nos informa.
La mujer se queda callada y asiente con la cabeza. Se levanta de la silla y pasa una vez más entre los tres soldados y el policía del Grupo Conjunto de Apoyo a la Comunidad (GCAC), que esta mañana del 17 de mayo están en reunión con Vilanova, el alcalde que en 2016 acaparó la atención de el periódico español El País, que lo bautizó como el sheriff antipandillas.
“No estoy de acuerdo con las autodefensas, ni con entregar armas a los civiles. De hecho, el diputado Guillermo Gallegos me parece una persona falsa, que ha tomado el tema de la seguridad como una plataforma electoral. En lo que creemos es en las comunidades organizadas, que ya no le tengan miedo a los pandilleros y que se atrevan a informar. En función de denunciar es que se deben organizar las comunidades”, dice el alcalde