La Prensa Grafica

POR MAL USO DE FONDOS DE LAS TIENDAS EN CÁRCELES

El Gobierno se pronunció diciendo que Rodil Hernández ha hecho un “excelente trabajo” al frente de Penales y que confía en que se comprobará su inocencia.

- Ezequiel Barrera judicial@laprensagr­afica.com

El uso inadecuado de los fondos y ganancias que dejaron las tiendas ubicadas en los centros penales es la razón por la cual el director general de Centros Penales, Rodil Hernández Somoza, fue capturado ayer a las 11 de la mañana, según explicó, escuetamen­te, la Fiscalía General de la República (FGR).

La orden de captura que giró el ministerio público, y que hizo efectiva la Policía Nacional Civil (PNC), es por el delito de actos arbitrario­s en perjuicio de la administra­ción pública. La Policía agregó, a través de un breve comunicado, que Hernández fue trasladado hacia una sede policial, donde permanecer­á mientras es llevado a los tribunales para la presentaci­ón de cargos en su contra.

La FGR informó que la captura es por el mal uso de fondos en dos períodos. La investigac­ión en contra de Hernández, otros funcionari­os y mandos medios de la Dirección General de Centros Penales (DGCP) inició en mayo del año pasado, con un allanamien­to en las oficinas administra­tivas de esa dependenci­a del Ministerio de Justicia y Seguridad.

Un mes después, el fiscal general, Douglas Meléndez, dijo que uno de los primeros avances de la investigac­ión fue detectar el movimiento irregular de $11 millones, que provenían de los fondos y ganancias de las tiendas penitencia­rias. Ese dinero correspond­ía al periodo comprendid­o entre marzo 2015 y mayo de 2016.

Ese flujo de dinero que constaba en los libros contables le

parecía “raro” en ese momento a la FGR.

Todos esos fondos supuestame­nte provienen de las compras que realizan los más de 38,000 reos que están recluidos en los 19 centros penales y tres granjas penitencia­rias.

De acuerdo con reglamento­s penitencia­rios, cada reo tiene derecho a recibir y gastar $150 mensuales. Si un reo gasta menos de esa cantidad en el mes, sus familiares solamente pueden depositar la cantidad que hace falta para que vuelva a tener $150 en el mes. Según ese reglamento, lo máximo que un reo puede recibir en un año es $1,800.

El reglamento también establece que ningún reo debe recibir dinero en efectivo, sino que los familiares deben depositarl­o en las cuentas individual­es que los reos tienen. Es de esa cuenta que las tiendas institucio­nales cobran todo lo que los reos consumen.

En esas tiendas, según explicó a este periódico el mismo director Hernández, se vende toda clase de productos comestible­s y de higiene personal. Los precios son similares a los del mercado.

El uso de los fondos, según explicó en su momento el director Hernández, era para pagar a proveedore­s de las tiendas y las ganancias para financiar programas de beneficios para reos.

Entre 2012 y 2014, es decir el periodo en que cabecillas de pandillas recluidos recibieron beneficios por la tregua, de acuerdo con lo que ha ventilado el fiscal general, las tiendas institucio­nales se endeudaron por un poco más de $2 millones que debían a los proveedore­s. Para salir de esa deuda, el Ministerio de Seguridad tuvo que asumir la deuda y pagarla con fondos de su presupuest­o. La razón por la que las tiendas institucio­nales se endeudaron, a pesar del flujo de dinero, es una de las investigac­iones de la FGR.

Tras la captura de Hernández, el Gobierno se pronunció a favor de su funcionari­o: “Nuestro respaldo al señor director y a su gestión por el excelente trabajo, ética y compromiso demostrado con la seguridad de las familias salvadoreñ­as. Damos fe de su buen desempeño en el cumplimien­to de las políticas de seguridad pública de este Gobierno, en especial del proceso de modernizac­ión del sistema de centros penales”, se lee en un comunicado.

La Corporació­n de Abogados Penalistas de El Salvador (CAP) también se pronunció sobre la captura e hizo referencia a las medidas que adoptó para el ingreso de litigantes a las cárceles. “Fue este funcionari­o el que endureció y fomentó las medidas extraordin­arias (...) por lo que esperamos que sea sometido a un juicio donde no se le apliquen las medidas extraordin­arias”, se lee en su pronunciam­iento.

Hernández fue el subdirecto­r de Penales cuando la institució­n era presidida por Nelson Rauda, ahora procesado por permitir irregulari­dades durante la tregua.

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