Las moliendas siguen endulzando en Arambala
Este oficio tradicional se perdería al faltar los adultos que lo mantienen, pues los jóvenes se interesan más en los avances tecnológicos.
Arambala es un pueblo ubicado en la Ruta de la Paz, en el departamento de Morazán, y la práctica de actividades como la molienda es característica de la zona. En el municipio esta actividad se realiza año con año. Las moliendas son la fábrica del agua de caña, la miel de dedo, miel de mesa, puzunga, los batidos, alfeñiques y el dulce de panela. Para obtener estos productos se sigue un proceso que se ha perfeccionado con el pasar de los años y mucha práctica. Se inicia cuando la caña se encuentra en el punto exacto, llevándola a los trapiches utilizando carretas jaladas por bueyes, que hacen el equipo ideal junto con los trabajadores que inician la jornada desde
PARA LAS MERIENDAS
LOS DERIVADOS DE LA CAÑA DE AZÚCAR FORMAN PARTE DE LAS MERIENDAS DE LA TARDE EN PLATILLOS COMO EL PLÁTANO EN MIEL, LOS NUÉGADOS O LAS TORREJAS CON CHILATE.
muy temprano.
Según Alcides Sorto, encargado de una molienda en Arambala, este oficio culinario tradicional ha decaído debido al poco involucramiento e interés por parte de la población de menor edad.
“Los jóvenes de hoy no se interesan por realizar estas actividades. La tecnología los ha consumido y cuando nosotros ya no podamos, todo esto se perderá”, consideró el molendero.
Los procesos de trabajo con la caña en la molienda son variables, de acuerdo con lo que se pretende obtener. “La miel de mesa o miel de dedo la consumen con pan francés, en el caso de los caramelos o alfeñiques se utiliza una penca de huerta, se deja reposar por un momento y luego se estira con las manos para lograr la consistencia que se quiere”, explicó Alcides.
Estos derivados de la caña de azúcar son para consumo diario, pero otros, como el dulce de panela, se convierten en sustitutos del azúcar, considerando que los beneficios son mayores.
Wagner Sorto, hijo de don Alcides, afirma estar consciente de la importancia de no perder esta tradición. “No tengo mucho tiempo de realizar esta actividad, pero es importante que no perdamos de vista lo que nos caracteriza y nos han enseñado”, dijo.