Educación: Eldesafío permanente
El sistema educativo es esencialmente dinámico, se producen cambios y modificaciones constantes que obligan a mirar los hechos educativos con regularidad y detenimiento, en particular en tiempos difíciles, en que se producen fenómenos insólitos que afectan al desempeño educativo. El ciclo natural, también jurídico y de gestión del proceso educativo, es el año lectivo, de tal modo que los censos escolares son –o deben ser– una herramienta capital para el seguimiento y evaluación del desempeño del sistema y es lógico que no pueden hacerse apreciaciones y análisis, antes que el año escolar finalice.
La publicación de los Boletines Estadísticos por parte del MINED ha sido una buena decisión y de mucha utilidad para quienes conocen que las cifras reflejan aspectos importantes de la dinámica educativa del país. Muestran avances y áreas en las que se necesita continuar o iniciar los esfuerzos.
De acuerdo con esa fuente, se observa que la matrícula total del sistema en 2016 bajó en más de 61,000 estudiantes, cifra equivalente al 3.9 % de la cantidad registrada el año anterior. La mayor disminución ocurrió en el sector público educativo con 56,614 estudiantes menos (4.3 %).
Todos los niveles educativos, desde parvularia a media, disminuyeron su matrícula entre 2015 y 2016 y el nivel que más disminuyó fue educación básica, lo que resulta lógico ya que representa el 70 % de la matrícula total del sistema en ambos años. Enseguida ha disminuido la matrícula en educación media y en parvularia se reportó una matrícula menor en 1,687 estudiantes.
Los estudiantes que repitieron grado en 2015 fueron más de 68,000 y en 2016 los repetidores de educación básica y media disminuyeron en poco más de 9,800 estudiantes. La tasa de repitencia en 2015 fue de 5.2 % y un año después, de 4.6 %.
En 2015, más de 127 mil estudiantes tenían una edad superior a la oficial para cursar el grado o nivel y en 2016 la cifra disminuyó a un poco más de 117 mil estudiantes. Las tasas de sobreedad superan los nueve puntos porcentuales en ambos años, lo que podría llamar la atención sobre el fenómeno.
En 2016 operaron 6,033 centros educativos, 16 menos que los reportados el año precedente. En el sector público funcionaron 2 centros más que en 2015 y el sector privado, probablemente por razones económicas y sociales, clausuró 18 centros. La mayor cantidad de cierres se dio en el área urbana.
El sistema educativo, tanto público como el privado, ha mejorado las condiciones en que recibe y atiende a los estudiantes; sin embargo, en 2009 el sistema educativo público matriculó a 1,563,774 estudiantes y el registro en 2016 bajó a 1,261,057, esto es, 302,717 estudiantes menos. El Sistema Educativo tiene entonces la capacidad de atender a más estudiantes que los matriculados en 2015 y 2016.
Hay varias hipótesis sobre los factores que afectan al sistema educativo: la primera, sin orden de prelación, se refiere a los cambios demográficos, marco en el que se habrían producido disminuciones en los grupos etarios en los que se encuentran personas con edades oficiales para asistir a la escuela. Si la población va disminuyendo, es lógico que asimismo decrezca la cantidad de posibles estudiantes.
Los efectos del crimen y la violencia que afecta al país también habrían impactado a las familias que frente a este flagelo tomarían la decisión de no enviar a sus hijos a la escuela y esto mismo habría originado que las familias intentaran llevar a sus hijos a otro país donde tienen parientes, disminuyendo de este modo la cantidad posible de personas que demandarían servicios educativos.