Voluntadpolítica, espírituempresarialy liderazgo:factores determinantes paradesarrollar lacreatividad enelpaís
Uno de los mayores retos que tenemos cada uno, como persona y como salvadoreño, es generar iniciativas creativas para contribuir a la transformación de la sociedad; sin embargo, es necesario compartirlos con los demás para coordinar esfuerzos, y lograr el progreso y el bienestar social.
Como ya lo he planteado en ocasiones anteriores, como empresario y soñador, aproveché la celebración de la Primera Semana Mundial de la Creatividad en El Salvador 2017, para ir en busca de otros soñadores e invitarlos a acompañarme en la experiencia de asociarnos a esta conmemoración, compartiendo sus experiencias creativas e innovadoras, y pensando más en lo que podían aportar que en lo que podían ganar.
Así fue como, en el marco de la semana, instituciones públicas, empresa privada, organizaciones no gubernamentales, compañías de teatro, asociaciones de personas ciegas y discapacidades múltiples, organismos internacionales y universidades, participaron en diferentes actividades y expusieron los aprendizajes y experiencias que han obtenido, a través de la creatividad e innovación.
Soluciones creativas para promover la lectura, superación personal, superación económica, prevención de embarazos en adolescentes, aportes creativos al problema de la violencia, soluciones amigables con el medio ambiente, y solución tecnológica para rendición de cuentas, entre otros, fueron algunos de los temas abordados durante esta conmemoración.
A partir de los resultados positivos que se lograron trabajando en equipo, y convencidos de que la creatividad permite enfrentar los problemas y desafíos de manera diferente, puesto que se ocupa más de la acción propositiva, innovadora, sinérgica, dejando a un lado la obcecada confrontación estéril y la polarización destructiva, estamos comprometidos con realizar la segunda semana mundial de la creatividad e innovación en El Salvador 2018, por lo que desde ahora, estaremos enfocados en trabajar fortaleciendo las relaciones personales e interinstitucionales, de tal manera, que podamos contar con más participantes.
En este sentido, reitero la invitación directamente a funcionarios y empleados de instituciones públicas y privadas para que se atrevan a cambiar de chip, porque hay que ir más allá de lo tradicional, y para lograr los cambios en la sociedad salvadoreña, es necesario que todos los actores coordinemos esfuerzos.
Esta primera experiencia, como centro de formación, es apenas un paso en nuestro camino, falta mucho por recorrer para llegar a la meta que nos hemos propuesto: La instauración de una cultura de la creatividad en El Salvador.
Ese es nuestro compromiso, ese es nuestro sueño. Acompáñenos en esta travesía... escriba su nombre en esta gesta, que puede hacer de El Salvador un lugar mejor para vivir.