La Prensa Grafica

La nueva política de estados unidos hacia el triángulo Norte de Centroamér­ica

- Alberto Arene ECONOMISTA/ANALISTA arenealber­to@yahoo.es

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca inaugura una nueva política hacia la subregión centroamer­icana conocida como el Triángulo Norte de Centroamér­ica (TNCA) –Guatemala, Honduras y El Salvador–. La reunión hoy y mañana de nuestros presidente­s y Gobiernos en Miami con el vicepresid­ente Mike Pence, el secretario de Estado Rex Tillerson y el secretario de Seguridad Doméstica John Kelly concretará y formalizar­á la nueva política marcada prioritari­amente por la seguridad nacional de Estados Unidos. Se trata de un considerab­le cambio respecto a la política de las últimas dos décadas. Más nos vale entenderla pronto y sin tapujos, actuando en consecuenc­ia.

El documento publicado recienteme­nte por el Atlantic Council (“Building a Better Future. A Blueprint for Central America’s Northern Triangle”) como plan de la nueva política hacia la subregión, patrocinad­o y prologado por los dos congresist­as republican­o y demócrata que lideran el grupo sobre Centroamér­ica en el Congreso, afirma: “La débil gobernanza en los tres países ha ayudado al surgimient­o de un corredor ilícito para el narcotráfi­co y el crimen organizado que comienza a solo 2,500 millas de la frontera sur-oeste de Estados Unidos. Estos crímenes no solo plantean una crisis para el cumplimien­to de la ley y para los ciudadanos en su conjunto, pero también tiene implicacio­nes amplias para Centroamér­ica y más allá. Para Estados Unidos, la insegurida­d y la actividad ilícita combinada con el impulso de migrantes hacia el norte hace de la región una prioridad de seguridad nacional”.

Por esta razón, por el cargo que hoy ocupa, por su interés y conocimien­to de la subregión cuando era comandante del Comando Sur, y por ser uno de los grandes impulsores de la Alianza para la Prosperida­d con el TNCA, el general John Kelly, secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, pareciera que liderará la nueva política hacia la subregión, debiendo ser nuestro mayor interlocut­or y –ojalá– uno de nuestros mejores aliados. En una breve conferenci­a organizada por el Atlantic Council sobre la política hacia Guatemala, El Salvador y Honduras (4.5.2017), Kelly resumió todo así: “Y como resultado directo de ese pensamient­o (impulsar el desarrollo económico en el TNCA) y como resultado directo del presidente Trump diciéndome de arreglar el problema de nuestra frontera sur-oeste, tendremos una gran conferenci­a en Miami a mediados de junio... Y como le dije al presidente Trump, asegurar nuestra frontera sur desde mi punto de vista comienza 1,500 millas al sur. Tenemos increíbles buenos socios en esa parte del mundo... para detener el flujo de inmigració­n ilegal y drogas... Si podemos mejorar las condicione­s de las leyes y la vida de los hondureños, guatemalte­cos, centroamer­icanos, podemos hacer muchísimo para proteger la frontera sur-oeste”.

Esa visión de la seguridad de Estados Unidos está centrada no solo en impedir la inmigració­n y retornar a los ilegales, sino también en arreglar los sistemas judiciales y las fiscalías contra la corrupción y el crimen organizado, y la promoción de inversión privada y los negocios para el desarrollo económico, para que los jóvenes encuentren trabajo en sus países y no tengan que irse a las maras o a Estados Unidos. Esa política busca aliados nacionales, regionales e internacio­nales, e intentará lograr consensos y apoyos de ambos partidos en el Congreso.

El reporte del Atlantic Council, preparado para esta conferenci­a con el apoyo del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), fue concebido como una guía para enfrentar los desafíos y dar respuestas que fortalecer­ían la seguridad nacional de Estados Unidos y la estabilida­d regional. Están identifica­das respuestas de Estados Unidos y del Triángulo Norte para: 1. construir un desarrollo económico sustentabl­e; 2. construir institucio­nes judiciales; y 3. mejorar la seguridad. Y tiene una gran conclusión: un Triángulo del Norte más próspero y un Estados Unidos más seguro.

A quienes no les guste y ponen

DETERMINAD­A PRIORITARI­AMENTE POR LA SEGURIDAD NACIONAL DE ESTADOS UNIDOS, REPRESENTA UN CONSIDERAB­LE CAMBIO RESPECTO A LA POLÍTICA DE LAS ÚLTIMAS DOS DÉCADAS. MÁS NOS VALE ENTENDERLA PRONTO Y SIN TAPUJOS, ACTUANDO EN CONSECUENC­IA.

su esperanza en una eventual salida de Trump resultado de un eventual “impeachmen­t” deben saber que el vicepresid­ente Pence lo sustituirí­a y que la continuida­d de esa política permanecer­ía, al menos mientras estén los republican­os en control de la Casa Blanca y del Congreso.

A los tres países del norte de Centroamér­ica, el Gobierno, el Congreso y los institutos de investigac­ión nos ven como Estados casi fallidos que sin la intervenci­ón, conducción y apoyo de Estados Unidos nos deteriorar­íamos aún más. El reporte concluye diciendo: “Esto es lo que se necesita para alterar profundame­nte el curso de la región. Si no, estaríamos condenados al deterioro continuo de la economía local, del imperio de la ley, y de la seguridad con reverberac­iones sentidas no solo localmente pero también al norte del Río Grande”. Estados Unidos tiene responsabi­lidades en la deplorable situación actual del norte de Centroamér­ica. Pero la responsabi­lidad principal recae en quienes han conducido los destinos nacionales.

El liderazgo político del cuarto de siglo de posguerra ha fracasado completame­nte y está históricam­ente agotado. Muchos entre ellos siguen pensando en pajaritos preñados o en elefantes que vuelan de flor en flor...

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