Hayque apostarleala educación
Es difícil transmitir ideas a un pueblo cegado por el odio, indigesto por la propaganda partidaria, mantenido en la oscuridad por la ignorancia y la poca educación, con escasa percepción de lo que significa una tendencia política, sus alcances y su ideología. Un pueblo que elige personas que no tienen el perfil necesario para gobernar un país. Un pueblo que se deja engañar por demagogos corruptos, oportunistas, ineptos y charlatanes.
Si tuvieran más cultura, podrían enterarse que un país para progresar y competir en el concierto de naciones necesita ser gobernado por un estadista, un hombre íntegro, honesto, profesional, trabajador, con principios y valores. La historia nos da muchos ejemplos del perfil que se requiere. Ya no tenemos que inventar la pólvora. Simplemente investigar en Internet, leer libros de historia, leer los periódicos, ver noticias, escuchar argumentos, estudiar tendencias ideológicas y ver cómo han funcionado en otros países. Por eso es imperativo y vital que un gobierno invierta en educación. Debe ser el rubro más importante de todos.
Se debe apoyar la educación privada y robustecer e invertir en la educación pública. Porque la educación que brinda el Estado debe ser tan buena como la educación privada. La educación es el futuro del país. Estamos compitiendo con el resto de países del mundo globalizado. Y hay que admitirlo, hoy por hoy nos llevan muchísima ventaja. Nuestro nivel educativo raya en lo más bajo. Es muy deficiente.
Mi propósito con estos artículos es crear conciencia, educar, despertar las mentes, fomentar la investigación, que no se dejen engañar tan fácilmente por personas sin escrúpulos que prometen lo que no pueden cumplir. Ahora es fácil con Internet obtener respuestas, obtener información, compartir experiencias.
Como lo he aseverado en otros artículos quiero en el presente, hacer hincapié, que los sistemas socialistas conducen a los pueblos a la miseria. Veamos el ejemplo de Chile: su historial. No es que Chile esté mal, pero vemos claramente que los gobiernos socialistas hicieron descender la economía del país.
El sistema capitalista aunque no es perfecto ha demostrado que mejora la economía de un país y por ende la calidad de vida de su gente. Estados Unidos es un referente. Es el país donde muchos ansían vivir, porque no hay límite para lo que un hombre con aspiraciones, trabajador, honesto, puede lograr. Puedo mencionar muchos nombres de salvadoreños y de otras nacionalidades, que se fueron a raja tabla, mojados, sin un céntimo y lograron mucho éxito personal y económico. Es un país de oportunidades, de leyes, democrático. Los gobernantes que se eligen allí realmente llegan a trabajar por la gente, son honestos, tienen capacidad y rinden cuentas de su desempeño. Yo viví 15 años en los Estados Unidos, por eso puedo dar fe de lo que hablo.
La corrupción es un lastre que no deja que haya progreso en un país. Por eso es importante que en las próximas elecciones elijamos gente proba, de reconocida honorabilidad además de su capacidad profesional para optar a cualquier puesto de gobierno. Mi esperanza es que el pueblo con tantos reveses, privaciones y penurias en lo económico, con tantos sinsabores y engaños en lo político y tantos sufrimientos por la delincuencia, haya madurado y ya no se deje dar atol con un dedo. Por el contrario se vuelva crítico, exigente, desconfiado e inquisitivo.
Para terminar, quiero recomendarle a los partidos en contienda, que para las próximas elecciones, como tema prioritario, ofrezcan salud y educación gratis al pueblo salvadoreño. Es gente trabajadora, noble, valiente. Con solo evitar tanto despilfarro, gastos superfluos, viajes onerosos sin trascendencia, comidas suculentas, plazas innecesarias, sobresueldos y corrupción generalizada, sobraría dinero con creces para beneficiar a los salvadoreños con una excelente educación y unos eficientes servicios de salud. Solución de alto riesgo es la que propone el Gobierno a los trabajadores, empleados públicos y privados de El Salvador, al querer hacer uso de los ahorros que tienen en la AFP, sin tener algún respaldo económico o alguna ley que le asista la razón, en su desesperación financiera por carecer de fondos.
Los descuentos que hacen de sus salarios a los empleados y trabajadores de la empresa pública, como Gobierno es correcto, pero nunca adminístralos, como está en la Constitución Política de El Salvador en su art. 38 inciso 3.º: El Salario y las Prestaciones Sociales, en la cuantía que determine la ley, son inembargables y no se pueden compensar ni retener, salvo por obligaciones. También pueden retenerse por obligaciones de seguridad social, cuotas sindicales o impuestos.
Como el Gobierno insiste en querer administrar los ahorros, lean por favor el art. 46: El Estado propiciará la creación de Banco de Propiedad de los Trabajadores, he aquí la creación de las AFP, estas están dentro del marco del art. 50: La Seguridad Social constituye carácter obligatorio, la ley regulará sus alcances, extensión y forma. Este servicio será prestado por una o varias instituciones (CRECER, CONFIA y otras). Las que deberán guardar entre sí la adecuada coordinación para asegurar una buena Política de Protección Social, en forma especializada y con óptima utilización de los recursos, los pagos de la Seguridad Social contribuirán los patronos (ANEP-ASI-Y otras empresas privadas) y el Estado (Gobierno) en la forma de cuantía que la ley demanda, si no hace que se cumpla ley, después vendrá el crujir y rechinar de dientes.
El Gobierno se ha atrincherado en esa contumacia, sin ningún argumento. Señores, queda todavía el art. 52 para que se convenzan de que no les asiste el Derecho: los derechos consagrados en favor de los trabajadores son irrenunciables y los derechos y beneficios de este artículo. Se refiere al no excluir a otros que se derivan de los principios de Justicia Social. Señores funcionarios y diputados del gobierno de turno, lean el art. 86 que al final dice: Los Funcionarios del Gobierno son delegados del Pueblo y no tienen más Facultades que las que expresa la Ley. No se pongan al margen de la ley al exigir lo que no es correcto y lo que no les pertenece, acaso ya no tienen creatividad financiera.