Cómo ganarnos a nuestros alumnos
En esta ocasión en que se celebró el Día del Maestro, además de felicitarlos por tan grandiosa labor, me gustaría compartir con ustedes algunas ideas sobre las formas de ganarnos a los alumnos con quienes compartimos las clases diarias.
Aunque sin disciplina en el aula no se puede realizar con éxito nuestra noble labor, debemos desechar aquella disciplina del regaño, de amenazar con bajar notas, de aislamiento, que aunque muchos creamos que ya desapareció, aún se puede observar en algunos centros educativos.
En primer lugar hagamos que sean partícipes de las clases, ofreciendo un rol a cada alumno, es decir, el que recoge las tareas, organiza las fiestas del grado, vigila el aseo del grado, y en fin, siempre habrá una tarea que realizar dentro y fuera del grado. Además, hacerles sentir que su opinión cuenta, convirtiendo a cada alumno en un protagonista del hecho educativo.
También debemos procurar ponernos en el lugar de ellos con sus necesidades y problemas. Así lograremos conseguir la confianza de ellos hacia nosotros. Es importante que los escuchemos, ya que a todo mundo le gusta que le escuchen. Si en una reunión de adultos sentimos gran satisfacción porque lo que propusimos fue tomado en cuenta, cómo se sentirá un niño cuando lo felicitamos por un trabajo bien realizado.
Admiro a los maestros que siempre sonríen con los estudiantes, porque así como con una sonrisa conquistamos a nuestros hijos, igual o mejor sería con los estudiantes. Las bromas con ellos hacen que las clases sean más amenas y productivas. Por supuesto que todo con mesura. Preocuparnos por los estudiantes nos unirá más a ellos, además motivarlos al estudio y a la realización de tareas.
Como en cada grado debe haber normas a seguir, usualmente las elabora el maestro en un cartel y las pega en la pared. Hagamos la prueba y veremos que si elaboramos las normas entre maestros y alumnos, los resultados serán más alentadores.