Estamos atiempo
¿Cuál es el rumbo en que nos lleva el actual gobierno? Analicemos las últimas acciones del presidente Sánchez Cerén: hace unos días pidió a la población que se levante para apoyar medidas extremas cuando nos amenaza en cadena nacional, en esos mismos días miembros de su partido hablaron de reformar la constitución, y apenas unos días después el presidente sale apoyando a un tirano como Maduro y felicitándolo por un proceso fraudulento, el cual ha sido repudiado por todos los países democráticos. La conclusión es evidente: su rumbo es llevar a El Salvador a ser el próximo Venezuela.
El mundo entero sufre indignación y dolor al ver lo que está pasando al pueblo venezolano. Maduro ya pasó de ser dictador a ser tirano dispuesto a todo para mantenerse en el poder. Todo esto a costa del pueblo quienes están pasando por la peor crisis de su historia, con niveles de violencia, pobreza e incertidumbre como nunca se hubieran imaginado. ¿Pero cómo llegaron a este punto? Debemos remontarnos unos años atrás para entenderlo.
El primer error fue que tuvieron la ilusión que a ellos no les pasaría. Veían de lejos a Cuba y se decían “eso es en Cuba, aquí no pasaría”. El segundo error fue que todos los actores políticos, creyendo que la democracia, por imperfecta que fuera, era indestructible, decidieron mantenerse divididos por diferencias individuales y protagonismos, en lugar de hacer un solo esfuerzo, poniendo a la patria primero, y unirse basados en la defensa de las libertades y la democracia. Muchos se quedaron o como espectadores criticando, o metidos en la lucha desde sus propios intereses. Ahora, después de varios años y de mucho sufrimiento se logran unir, pero como hemos sido testigos, ha sido demasiado tarde.
¿Qué tiene que ver esto con El Salvador? ¡Todo! Esta historia la debemos analizar, desde las últimas acciones del presidente y su partido, pues si algo nos debe unir a la gran mayoría de salvadoreños es que no queremos que nos lleven a ser la próxima Venezuela.
Pero hermanos, ¡estamos a tiempo! Tenemos la oportunidad de oro de adelantarnos a los hechos y de unirnos para defender nuestra amada patria, nuestra democracia, y nuestras libertades. Pero para eso debemos primero aceptar y afrontar los riesgos que tenemos, pues las expresiones del presidente y su partido han sido claras de sus intenciones y aspiraciones.
Comprometamos a trabajar unidos. Dejemos al lado las diferencias y críticas que existen entre nosotros, y resaltemos el amor a la patria y el anhelo compartido de corregir el rumbo en que nos llevan y de eliminar el riesgo de ser otro país en represión de una dictadura totalitaria como lo son Cuba y Venezuela.
Y lo más importante: ¡Actuemos! El Salvador es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Actuemos convenciendo a otros a sumarse; actuemos acercándonos a nuestros hermanos para entender los problemas a profundidad y ser solidarios para generar un alivio, que por pequeño que sea, puede cambiar la vida de un hermano; actuemos sumándonos a esta campaña que se vuelve crítica pues en marzo de 2018 tenemos la oportunidad de ponerle un freno a este régimen que se quiere imponer en nuestro país.
Como personas nos duele lo que está pasando en Venezuela y nos solidarizamos con su pueblo. Pedimos a Dios que los guíe y les dé coraje y Fe para salir adelante. Como salvadoreños nos preocupa el rumbo que nos llevan y el futuro de nuestra nación. Si no nos ponemos las pilas en pocos años serán otros los que estarán pidiendo por nosotros.
Que no nos pase lo de Venezuela. Hoy es cuando nos debemos unir y actuar. Nuestra democracia sigue viva, y está en nuestras manos que continúe así. Estamos a tiempo para ser nosotros quienes escribamos nuestro destino, y definir si vamos a ser una nación que genere lástima y compasión o una que sirva de ejemplo y admiración.