Triada antropológica salvadoreña
Nuestro amado país El Salvador desde la visión antropológica tiene tres características bien marcadas en las últimas décadas: 1) una sociedad marcada por la violencia de manera generacional, 2) somos muchos viviendo en un territorio pequeño y 3) somos el único país en el mundo que tiene más del treinta por ciento de su población total viviendo en el exilio.
Desde tiempos previos a la conquista nuestro país ha estado marcado por ser una sociedad violenta e intolerante y en cada una de las etapas de aparente paz nadie nos ha enseñado a convivir y dejar en el pasado esas etapas de exacerbación de violencia; el final del siglo anterior se registra una guerra civil armada que causó más de setenta mil muertos y siete mil desaparecidos. Esta sangre derramada no fue suficiente para que los liderazgos de ese entonces asumieran el papel histórico de generar condiciones de armonía, convivencia y que se cumpliera el ideario de los Acuerdos de Paz.
Previo, durante y posterior a la guerra se iniciaron las condiciones de emigración tanto del interior del país al ahora denominado el Gran San Salvador, de igual forma y en particular hacia Estados Unidos en donde en la actualidad viven más de tres millones de salvadoreños, pero en Canadá, Australia, España, Italia y más recientemente Belice ya son colonias considerables de nuestros compatriotas.
En la emigración han existido y persisten dos condiciones transversales: inseguridad y falta de oportunidades de trabajo convirtiéndose en las dos principales debilidades de la presente década; en lo cual existe pérdida del territorio convirtiendo a nuestro Estado en débil ante el crimen organizado.
Los desplazamientos forzados internos y externos obligan a huir del país para salvaguardar la vida en especial a los jóvenes entre los 15-29 años. Y los que no logran huir no tienen oportunidades de continuar sus estudios de tercer ciclo y bachillerato o encontrar un trabajo. Pero hay un desplazamiento que le denomino “económico” porque en el interior del país son más escasas las oportunidades de empleo de calidad y tiene que venir a buscar empleo al Gran San Salvador.
Por lo anterior desde el enfoque criminológico basado en prevención y la información que proporciona la Antropología es necesario y sugiero que nuestros líderes y gobernantes nos enseñen a convivir, a potenciar y practicar una cultura de paz para desarrollar la sana convivencia, en esto las municipalidades deben de ser actores primordiales con el apoyo de los gobernadores. En segundo lugar se debe de implementar todos los esfuerzos para que los jóvenes regresen a estudiar en sus escuelas o por programas en línea. Tercero, el gobierno debe de generar las condiciones de seguridad física, jurídica y ciudadana para que la empresa privada genere los empleos. Estas oportunidades de empleo deben de considerar la instalación de empresas, plantas de producción y tecnología fuera del Gran San Salvador con desarrollo de viviendas con los beneficios que el gobierno y la municipalidad pueda facilitar a los inversionistas. Finalmente el Estado salvadoreño debe de recuperar el territorio al crimen organizado y brindar los servicios básicos asistenciales para el desarrollo humano. Es necesario la unidad del país, que exista un plan de desarrollo que trascienda gobiernos y que ponga al centro a los ciudadanos con ejes básicos de seguridad, salud, empleo y educación, es posible bajo esta visión romper con esta triada del mal que frena el desarrollo y crecimiento.