Un compromiso realcon nuestra comunidad enelexterior
La ocasión que nos brinda cada 6 de agosto, Día del Salvadoreño en los Estados Unidos de América, es siempre propicia para reconocer a nuestra mayor comunidad migrante en el mundo, una que a través de los años se ha distinguido por su innegable laboriosidad, por su respeto a la sociedad de la que hoy son parte y a sus normas, y por su indiscutible aporte a la diversidad y riqueza cultural que caracteriza a esta nación norteamericana.
Este año, sin embargo, la oportunidad que nos otorga esta especial fecha es aún más relevante, al poder dar cuenta, ante nuestras hermanas y hermanos salvadoreños fuera del país, que desde el Gobierno de El Salvador estamos dando pasos firmes en el compromiso que tenemos frente a nuestra diáspora.
Es por eso que quiero compartir que hace solo unos días, el pasado 29 de julio, el presidente Salvador Sánchez Cerén realizó la presentación de la Política Nacional para la Protección y Desarrollo de la Persona Migrante Salvadoreña y su Familia, un instrumento de política pública en total coherencia con la visión plasmada en nuestro Plan Quinquenal 2014-2019, el cual concibe a los salvadoreños en el exterior como parte entrañable de nuestro país y como actor esencial para su desarrollo.
El objetivo de esta política, que se trabajó por varios meses junto al Consejo Nacional para la Protección y Desarrollo de la Persona Migrante Salvadoreña y su Familia (CONMIGRANTES), es proteger y defender los derechos de nuestros compatriotas en las distintas etapas del proceso migratorio, así como promover el desarrollo y el despliegue de sus capacidades, mediante un sistema de coordinación interinstitucional por parte del Estado salvadoreño.
Esto supone entonces un verdadero compromiso a nivel estatal que, como tal, debe servir como instrumento orientador para las acciones que, en adelante, cualquier administración, sin importar su identificación ideológica o partidaria, deba tomar en materia de atención y protección de nuestra comunidad migrante.
Para ello, se ha establecido un abordaje muy integral, alrededor de siete ejes estratégicos: el tratamiento de las causas de los flujos de carácter irregular, la protección y atención a la población salvadoreña migrante en tránsito, la asistencia integral a los familiares de salvadoreños en tránsito, la integración de nuestra comunidad en el exterior, su participación y vinculación con los procesos de desarrollo nacional, la atención integral a la población retornada y, finalmente, su inserción a la dinámica social y productiva en el país.
Precisamente como parte de la visión que, desde hace un tiempo, venimos impulsando para fortalecer su participación ciudadana, varios salvadoreños en el exterior se involucraron en las consultas realizadas para la formulación de la Política Nacional, siendo un insumo muy valioso para la misma, pues nos permitió incorporar sus necesidades e inquietudes de la mejor manera posible.
Con este resultado, que se suma a muchos otros que hemos venido cosechando en los últimos ocho años, abriendo cada vez más espacios para el ejercicio de su ciudadanía y para brindarles una atención de calidad, demostramos nuevamente que tenemos un compromiso real con nuestra población fuera de las fronteras patrias. Y, en ese marco, deseamos renovar entonces ante la comunidad salvadoreña en el exterior –y en su día, particularmente ante nuestros hermanos y hermanas en los Estados Unidos– nuestra firme voluntad para continuar consolidando los esfuerzos que realizamos para su bienestar.
Sabemos que, en este momento, tenemos un importante desafío por trabajar en este tema, pero pueden estar seguros de que, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, nuestro empeño y energía están concentrados en velar por su protección, por sus derechos, su estabilidad y la de sus familias, y que no descansaremos en esa labor. Mientras tanto, el llamado es a que continúen honrando ese positivo renombre que se han ganado en esta nación, que muy bien les ha reconocido al dedicarles el Día del Salvadoreño en los Estados Unidos.