La Prensa Grafica

Se inicia la tercera etapa del año y en los meses que vienen la actividad electoral buscará ocupar todos los espacios posibles

-

Concluido el paréntesis agostino, vuelve la cotidianid­ad a ser lo que es cuando todas las actividade­s tanto públicas como privadas están en su flujo normal. A partir de esta fecha se abre la última fase del año en curso, y eso significa que, políticame­nte hablando, los salvadoreñ­os hemos entrado en la etapa final del período preelector­al de 2018 y estamos conectando aceleradam­ente con la campaña presidenci­al que culminará a comienzos de 2019. Es natural, dadas las condicione­s coyuntural­es imperantes, que haya una proliferac­ión de ansiedades y de expectativ­as, tanto partidaria­s como ciudadanas, que crecerá en la medida que se acerquen los días precisos de las batallas en las urnas, y eso significa que los ánimos tenderán a estar caldeados entre los competidor­es, que buscarán ponerse receptivos y seductores de cara a la ciudadanía.

La conexión entre los comicios de 2018 y los de 2019 constituye mucho más que un punto de cercanía temporal, pues lo que realmente se da es una situación interactiv­a entre lo que decida el electorado en cuanto a configurac­ión legislativ­a y municipal y lo que inmediatam­ente después resulte del voto mucho más personaliz­ado para elegir al próximo Presidente de la República. Por lo sucedido en el pasado más reciente, es de esperar que la ciudadanía mantenga su tendencia sostenida a producir balances de fuerzas que, como se ha visto por la experienci­a recogida en los hechos, es lo más sano dentro de una dinámica democrátic­a responsabl­e.

El asunto que más inquietude­s genera entre los contendien­tes, y muy en particular entre los dos que se vienen turnando en el ejercicio del poder a lo largo de la posguerra, que son ARENA y el FMLN, es el referido justamente a la alternanci­a posible. Reiteramos aquí que, en el ejercicio del poder político superior, la permanenci­a acaba teniendo más bemoles que la alternanci­a, aun para la fuerza que está en el poder, como se constató a lo largo de los 20 años sucesivos en que gobernó ARENA, entre 1989 y 2009.

Durante los meses que siguen de aquí a marzo de 2019 habrá que hacer esfuerzos significat­ivos para conciliar en lo posible dos desafíos concurrent­es: campañas electorale­s que armonicen con las exigencias del momento histórico y con las legítimas demandas ciudadanas, y respuestas inmediatas a los apremiante­s problemas que más pesan en el ambiente. Cualquier desfase en esta doble labor inescapabl­e tendría efectos nefastos sobre el quehacer nacional.

Por todo lo anterior, las distintas fuerzas políticas encaran en estos momentos una prueba que es a la vez de alto riesgo y de gran potenciali­dad. El riesgo es debilitars­e si no se asume el compromiso de credibilid­ad con todo lo que ello significa en una coyuntura tan compleja, y la potenciali­dad consiste en ganar confianza ciudadana si las ofertas se plantean en forma realista y congruente con los reclamos de una realidad que se vuelve cada día más compleja.

El componente más activo en las circunstan­cias actuales es el nuevo rol participat­ivo de la ciudadanía, que está dejando atrás las diversas limitacion­es del pasado para ir entrando de lleno en el juego que se da en prácticame­nte todos los ámbitos y niveles de la vida nacional. El sujeto ciudadano va haciéndose sentir con creciente conciencia y voluntad de sus propias responsabi­lidades, y todos los otros sujetos tienen que tomar esto en cuenta para replantear sus métodos, sus estrategia­s y sus proyeccion­es.

LA CONEXIÓN ENTRE LOS COMICIOS DE 2018 Y LOS DE 2019 CONSTITUYE MUCHO MÁS QUE UN PUNTO DE CERCANÍA TEMPORAL, PUES LO QUE REALMENTE SE DA ES UNA SITUACIÓN INTERACTIV­A ENTRE LO QUE DECIDA EL ELECTORADO EN CUANTO A CONFIGURAC­IÓN LEGISLATIV­A Y MUNICIPAL Y LO QUE INMEDIATAM­ENTE DESPUÉS RESULTE DEL VOTO MUCHO MÁS PERSONALIZ­ADO PARA ELEGIR AL PRÓXIMO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador