Jóvenes del INSO unidos por el arte y la no violencia
En el Instituto Nacional de Soyapango (INSO) por iniciativa de los jóvenes han surgido grupos de música y danza con el fin de cultivar sus pasiones artísticas, hacer presentaciones y alejarse de los conflictos.
En cada uno de sus eventos artísticos, el Instituto Nacional de Soyapango brinda el espacio y los instrumentos para que los jóvenes puedan exhibir sus talentos y habilidades. El año pasado, estas actividades surgieron como horas sociales dentro de la institución, pero pronto los jóvenes se entusiasmaron y se dedicaron a ensayar y esforzarse para realizar presentaciones. A muchos de ellos les apasiona la música, el arte y la cultura, es por esto que se han esmerado para aprender, pero también hay algo que buscan: generar grupos y espacios donde también se promuevan las buenas costumbres y los valores.
Alexánder García, de 15 años, es un estudiante proactivo que dedica su tiempo para enseñar a tocar el piano, la guitarra e incluso enseña a cantar
“La música expresa emociones y aleja los problemas. Pensar que uno no es capaz de hacer algo es solo un pretexto, aquí hay personas con ganas de proyectarse a cosas grandes”. WÁLTER ROMERO,
a sus compañeros. Para él la música no es solo un pasatiempo, sino un espacio donde él puede ayudar a otros a desarrollarse en espacios positivos. “Nos entretenemos haciendo algo que nos beneficia y nos gusta en lugar de andar en la calle haciendo cosas indebidas”, expresó.
En ocasiones, este joven le pide apoyo a Wálter Romero, de 19 años, un compañero no vidente que cuenta con un talento nato por componer música en el teclado y cantar.
Su padre le compró el primer teclado, cuando notó que desde pequeño su hijo producía ritmos con cualquier objeto. Años después, un maestro le enseñó los acordes y descubrió que también traía habilidades para el canto, así comenzó a producir su propia música.
Para el joven, es importante que las escuelas tengan inclusión con las personas no videntes y que se les brinden oportunidades para demostrar sus talentos y habilidades: “No tenemos visión, pero sí muchas ganas de salir adelante. Hay inteligencia, tengo deseos de ser un gran profesional, sin el problema de mi limitación”. El joven sabe que tocar un instrumento es distinto a enseñarlo y se preocupa por explicar de la forma más sencilla a quienes enseña, compartiendo sus conocimientos y formando amistades.
Hérbert Crespín, director del INSO, afirmó que estos proyectos están encaminados a la prevención de la violencia, ya que es una oportunidad para que los jóvenes planifiquen su futuro, se esfuercen en sus clases y le den un uso adecuado a su tiempo libre.