Comedor parroquial alimenta a decenas de persona a diario
Es atendido por grupos de la iglesia y funciona con sus aportes y donaciones.
Desde hace 17 años, la iglesia Católica de la ciudad de Usulután prepara almuerzos de lunes a sábado para personas de escasos recursos económicos de la tercera de edad.
Humberto Portillo, párroco de la iglesia Santa Catalina de Alejandría y uno de los encargados del comedor, señaló que el proyecto fue iniciado por miembros de la Renovación Carismática en el año 2000 y que los recursos alcanzaban para darle de comer a entre 12 y 15 personas.
“El objetivo es hacer realidad la palabra del Señor donde dice: ‘Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed, fui forastero y me hospedaste’. Entonces, lo que buscamos es inculcar en los hermanos de la parroquia y en los demás que tengan caridad con los más necesitados”, indicó el párroco.
El comedor ha sido bautizado como Comedor de los Pobres y está ubicado en el centro de la ciudad, donde según el sacerdote, la prioridad son las personas de la tercera edad que no tienen fondos suficientes para comprarse el almuerzo, aunque hay también niños y jóvenes a los que les entregan comida.
En promedio diario alimentan a 60 personas, aunque hay días que el número se eleva a 90. Antes de comer, las personas se ponen de pie y hacen oración para agradecer a Dios los alimentos que van a consumir.
Para el funcionamiento, los miembros de la iglesia realizan donaciones y también lo hacen en menor cantidad otras instituciones. Diferentes grupos de la iglesia tienen asignados los días para atender el comedor. Aseguran que a pesar de algunas dificultades, nunca han dejado de darle de comer a las personas.
“Cada comunidad de la parroquia viene a cocinar. Los movimientos de la parroquia tienen un día al mes para venir. Ellos compran la comida, la cocinan en el comedor o la hacen en sus casas. El Club de Leones también nos ayuda y otras personas nos dan dinero para el Comedor de los Pobres que sirve para comprar el gas, los platos, las tortillas”, expresó Portillo.
La iglesia con el dinero donado también les regala medicamentos y otros víveres a las personas necesitadas. Para tener listo el almuerzo, los voluntarios comienzan con los preparativos desde las 6 de la mañana.