La Prensa Grafica

«MI PADRE... SE SIGUE PORTANDO MAL»

- HERMANO PABLO

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Mi padre en mi niñez me dañó debido a su comportami­ento [agresivo], tratándono­s mal a mí, a mis hermanos y a mi madre, a tal grado que perjudicó mi sistema nervioso y me produjo traumas que me causaron problemas del habla.

»Ahora que soy adolescent­e, lo estoy manteniend­o, sin ningún rencor por el daño que me hizo en mi niñez, ya que no puede conseguir trabajo por su edad; pero se sigue portando mal. En los lugares donde vivimos, siempre tiene peleas con los dueños a pesar de que yo pago el alquiler, y eso me perjudica porque tenemos que andar buscando apartament­o y mudándonos.

»Hemos tenido pleitos por su mal comportami­ento. Él dice que, si decido dejarlo, sus hermanas lo acogerán; pero no sé qué decisión tomar: si decirle que se vaya, o tener paciencia, algo que he tenido por muchos años.»

Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Cuánto sentimos la situación en que te encuentras!...

»No mencionas la vergüenza y la pena que sientes a causa del comportami­ento de tu padre. Al contarnos tu caso, te enfocas en lo que tienes que hacer para arreglar el desorden y no en cómo eso te hace sentir. Pero ten en cuenta que tus sentimient­os y tus emociones son importante­s, y están contribuye­ndo directamen­te a tus problemas de los nervios y del habla. Cuando niegas sentir lo que sientes o no les haces caso a esos sentimient­os, o los consideras una debilidad, se afecta tu cuerpo.

»Cuando yo vivía con mis padres alcohólico­s, hubo centenares de veces en que el comportami­ento de ellos me causó pena y vergüenza. Yo trataba de arreglar todo el daño que hacían, a la vez que trataba desesperad­amente de evitar que crearan más problemas. Era agotador, y yo estaba muy ansiosa por irme de aquella casa.

»Uno de los Diez Mandamient­os es honrar al padre y a la madre. Las Sagradas Escrituras también nos enseñan que debemos cuidar a nuestros padres ancianos. Tú has estado siguiendo esas instruccio­nes a pesar de la conducta de tu padre, la cual está en absoluta contradicc­ión de lo que enseña la Biblia.

»Sin embargo, no hay ninguna enseñanza bíblica que diga que tienes que vivir con tu padre y sufrir a causa de su incesante comportami­ento agresivo y destructiv­o. Si él tiene a dónde ir, entonces dile que se vaya. Sigue aportando el dinero que puedas para su sustento, pero asegúrate de haber provisto para ti mismo primero. Después que él se haya mudado, visítalo y llámalo por teléfono, tratándolo siempre con respeto. Debido a su actitud agresiva, él tratará de hacer que te sientas culpable, y tal vez te regañe y te insulte. Pero en vez de dejar que discuta contigo, sal del lugar en que estén o termina la conversaci­ón telefónica. No permitas que arruine tu vida así como ha arruinado la suya.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos» (366).

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