Reabren caso contra militar por comercio ilegal de armas
Juzgado Cuarto de Instrucción instaló ayer la audiencia preliminar por orden de la Cámara Primera de lo Penal.
El militar retirado Miguel Ángel Pocasangre Escobar enfrentó ayer otra vez las acusaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) por comercio ilegal y depósito de armas de fuego. El Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador reactivó ayer el caso al instalar la audiencia preliminar contra el imputado por órdenes de la Cámara Primera de lo Penal de San Salvador.
La cámara resolvió en junio del año pasado revocar la exoneración definitiva de cargos que dictó el juzgado a favor Pocasangre Escobar y decidió pasarlo a un estatus provisional. Eso le dio a la Fiscalía un año para pedir la reapertura del caso.
El caso inició en octubre de 2015, cuando la FGR acusó a Pocasangre Escobar de vender 17 armas de forma irregular, entre 2005 y 2012. El principal argumento de la Fiscalía, en ese entonces, fue la declaración de un testigo criteriado (con beneficios judiciales a cambio de su testimonio), que le relató a los fiscales que las armas vendidas por Pocasangre, propietario de dos armerías, supuestamente provenían del depósito de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES).
La contraparte de Pocasangre Escobar en la FAES, según el testigo, era el jefe de la Oficina del Registro y Control de Armas de Fuego del Ministerio de la Defensa, Carlos Zavaleta Morán, con la colaboración de Ángel Elvis Peraza Cornejo, jefe del Registro de Armas. Pese a ese vínculo, la Fiscalía no actuó contra estos dos militares porque consideró que ya había vencido el tiempo para procesarlos.
El juzgado consideró que la venta de las 17 armas, muchas consideradas como armas de guerra, eran una falta administrativa y no penal; por lo que exoneró de cargos al militar.
Según la FGR, Pocasangre Escobar se asoció con Zavaleta Morán para alterar los números de serie y falsificar las matrículas de armas que estaban en calidad de decomiso o listas para ser destruidas en la FAES, y luego comercializarlas con todos los documentos en regla.
Pocasangre Escobar negó ayer las acusaciones. El militar le dijo a LA PRENSA GRÁFICA que no necesitaba permiso para vender las armas de sus armerías, porque se trataba de producto que tenía en su negocios y lo hizo cuando la ley le permitía hacerlo así.
Además, Pocasangre Escobar dijo que no es responsable de lo que la gente hace con el arma que compra en sus armerías: “Si la persona tiene licencia y matrícula uno puede venderle un arma y no saber qué hará con ella”. Muchos de los clientes de las armas que la Fiscalía le imputa al militar haber vendido de forma irregular terminaron en manos de vinculados a casos de narcotráfico o lavado de activos.