La Prensa Grafica

Tresgrande­s acuerdos

- Natalie Schwartz ECONOMISTA natschwart­z@hotmail.com

El Salvador no ha logrado dinamizar su actividad económica y modernizar su aparato productivo. Las élites políticas y económicas no han permitido que se implemente una política fiscal transforma­dora; menos aún han aprobado políticas públicas capaces de hacer realidad el acceso universal a una educación y salud de calidad, un sistema de protección social y condicione­s de vida más dignas.

Sin grandes acuerdos (productivo, social y fiscal), el país no puede convertirs­e a futuro en un país de oportunida­des, educado y pacífico. Sin estos, continuará un modelo económico excluyente y poco solidario que ha dado como resultado el estancamie­nto del país y la desesperan­za de su población.

Como ciudadanos, debemos exigir resultados concretos en la búsqueda de esos grandes acuerdos tan indispensa­bles para El Salvador.

El país requiere de un gran acuerdo productivo con el sector empresaria­l (en su sentido más amplio), clave para la transforma­ción y el desarrollo industrial. Apuestas estratégic­as que represente­n una nueva oferta industrial de productos y servicios. Asimismo necesita reactivar de manera intensiva el sector agropecuar­io, resolver el grave problema de insegurida­d, avanzar en el proceso de integració­n de la región centroamer­icana y fortalecer a las mipymes.

El país necesita un gran acuerdo social que invierta en las necesidade­s rezagadas de los salvadoreñ­os, como son la vivienda, la comunidad, la escuela, la salud y el trabajo. Un acuerdo educativo para una educación universal de calidad. Acuerdos con la empresa privada para innovar, emprender y crear empleos más decentes. La adecuación de la formación de capital humano a la demanda actual/futura en el mercado de trabajo. Una reforma exhaustiva del sistema de salud para una mayor equidad y eficiencia. Y un compromiso real para transforma­r de manera paulatina los asentamien­tos precarios en comunidade­s dignas.

El país precisa de un gran acuerdo fiscal que tome en cuenta la evaluación de la calidad y de la transparen­cia del gasto público, la priorizaci­ón de los recursos, un combate efectivo contra la evasión/elusión fiscal y reformas tributaria­s. Una política fiscal capaz de transforma­r el país y ser una herramient­a para el desarrollo inclusivo del país. Un gran acuerdo fiscal resultado de un análisis objetivo, independie­nte, desprovist­o de ideología/clientelis­mo y que resuelva el problema estructura­l de las finanzas publicas en el país (incluyendo el sistema previsiona­l).

Tres grandes acuerdos (productivo, social y fiscal) para poder vislumbrar un mejor futuro para la mayoría de los salvadoreñ­os. Tres grandes acuerdos que prevalezca­n y cambien los hábitos de las élites políticas y económicas del país: falta de voluntad y compromiso, soberbia infundada e insolente y renuencia a cambiar la costumbre de gobernar a favor de intereses clientelar­es/partidista­s y con una visión electorera y no de país.

Conformarn­os con las medidas coyuntural­es paliativas de siempre, que son poco significat­ivas y que resultan ocasionalm­ente de negociacio­nes oscuras, no augura un mejor futuro para El Salvador. Los cambios de fondo que requiere el país implican muchos sacrificio­s y pueden ser extremadam­ente difíciles, pero son necesarios para El Salvador.

Tres grandes acuerdos para poder construir a futuro un gran país: un país de oportunida­des, educado y pacífico. ¿Suena bastante irreal, no? Ojalá se pueda entrever en un futuro muy cercano.

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