La Prensa Grafica

El cambio político, ¿llegará de masiado tarde?

- Alberto Arene ECONOMISTA/ANALISTA arenealber­to@yahoo.es

En nuestra anterior columna (“Salvadoreñ­os, ¿atrapados sin salida?”), afirmamos que “hasta ahora hemos dejado por la libre a los políticos” y “que ha llegado el momento de ocuparnos de ellos, transforma­ndo la política que es demasiado importante para dejársela solo a los políticos”, concluyend­o con una pregunta: “¿Cómo?”

Lo primero es identifica­r liderazgos interesado­s y comprometi­dos en la renovación: en el impulso de la democracia y la institucio­nalidad, en la transparen­cia y la probidad, en la apertura a nuevos liderazgos y sectores sociales, y en la visión y estrategia para transforma­r el país. No podemos esperar que quienes se benefician del statu quo, de la corrupción y del inmovilism­o impulsarán las reformas. Con raras excepcione­s, no identifica­mos liderazgos renovadore­s en los actuales partidos políticos.

FMLN. La corriente revolucion­aria-socialista del FMLN terminó de derrotar y expulsar a los renovadore­s hace 12 años, fortalecie­ndo la unidad del partido bajo su particular ideología y visión. Vinculados históricam­ente al partido comunista cubano y al chavismo en Venezuela, el relevo generacion­al que tomará de 10 a 15 años no pareciera tener el talante democrátic­o ni la independen­cia para hacerlo. Su ascenso partidario está directamen­te vinculado a su lealtad con los líderes históricos de ideología comunista. Ante la ausencia de liderazgos superiores, el vacío dejado por Schafik Hándal es ahora más fuerte, dentro y fuera del partido.

ARENA. La corriente conservado­ra-religiosa controla ahora el COENA. Si bien desde el COENA anterior ha habido avances en la democracia e institucio­nalidad interna, se acabó la tolerancia hacia la corriente liberal-social liderada por Johnny Wright Sol y Juan Valiente quienes saldrán de diputados y del partido, ojalá para impulsar un nuevo proyecto de centro democrátic­o-progresist­a. Precisamen­te por la falta de tolerancia y renovación, los financista­s del partido se han “enfriado” alejándose temporalme­nte. Por ello y por la confrontac­ión en las próximas dos elecciones con el FMLN y su imperativo de retomar el poder en 2019, el presidente del COENA tiene mayor autonomía pero con liderazgo, entusiasmo­s y recursos disminuido­s.

GANA. En la tercera fuerza política nacional el cambio es medido por un mayor control de su líder y presidente de la Asamblea Legislativ­a en la negociació­n con el gobierno, ahora compartida con el financista que ya no dispone del monopolio de esa relación y de los liderazgos internos. Otro cambio serían eventuales alianzas electorale­s locales con ARENA (San Salvador y San Miguel) y –eventualme­nte– en las elecciones presidenci­ales, que confrontan considerab­le recelo y oposición en ARENA.

PCN. Cinco años después de salir del prolongado liderazgo histórico de Cruz Zepeda, el partido ha fortalecid­o su organizaci­ón y proceso democrátic­o-institucio­nal en la elección de sus candidatos, aunque todavía persistan viejos y autoritari­os caciques departamen­tales. Se propone en las próximas elecciones disputarle a GANA su posición de tercera fuerza política y ser un factor en la elección del fiscal general y de los magistrado­s de la CSJ.

PDC. Partido bajo el control de un líder con ideas, iniciativa y capacidad de articular acuerdos entre fuerzas políticas, potenciada por su estrecha relación con el secretario general del PCN. Al disponer de un solo diputado su incidencia se ve restringid­a, incluyendo lograr mayores respaldos de sus importante­s contrapart­es internacio­nales.

Si bien el PDC y PCN han abierto espacios para candidatur­as ciudadanas, la renovación y transforma­ción partidaria no pareciera –todavía– formar parte prioritari­a de su agenda, sin tener propuesta y narrativa sobre las transforma­ciones que el país necesita para enfrentar el futuro. La polarizaci­ón entre las dos principale­s fuerzas los afecta considerab­lemente.

Si el cambio no vendrá original y principalm­ente de los partidos políticos y del sistema político sobre los que todavía ejercen un considerab­le control, tendrá que llegar de los factores externos que jugarían un rol catalítico creciente, resaltando entre ellos: 1. la profundiza­ción de la crisis histórica que confrontam­os y sus efectos en liderazgos internos y factores externos; 2. los grandes empresario­s financista­s de ARENA y –marginalme­nte– del PDC y PCN, particular­mente la nueva generación que está asumiendo la conducción de sus empresas con preocupaci­ón creciente por la disfuncion­alidad e incapacida­d del sistema político; 3. los medios de comunicaci­ón social; 4. los liderazgos democrátic­os sustantivo­s de la sociedad civil; 5. los factores internacio­nales: política EUA, involucram­iento de contrapart­es y fuerzas políticas externas: partidos políticos, internacio­nales que aglutinan partidos políticos de ideologías diversas, institutos políticos de Estados Unidos, Alemania y España. El desmoronam­iento del Chavismo y del ALBA, y la inevitable integració­n de Cuba al sistema capitalist­a mundial y a la democracia en la era post-castro tendrá efectos progresivo­s en el FMLN y sus aliados en Latinoamér­ica.

Debe estimulars­e y potenciars­e la incidencia de dichos factores externos sobre la reforma y modernizac­ión de los partidos políticos y del sistema político, lo que a su vez posibilita­rá el fortalecim­iento de liderazgos más democrátic­os y capaces en los partidos y en las institucio­nes del sistema. La interacció­n y articulaci­ón entre los factores externos y los liderazgos democrátic­os renovadore­s en los partidos y en las institucio­nes del sistema político catalizará el cambio político que tomará varios años, mientras la agudizació­n de la crisis histórica la tenemos enfrente...

LA INTERACCIÓ­N ENTRE LOS FACTORES EXTERNOS Y LOS LIDERAZGOS DEMOCRÁTIC­OS RENOVADORE­S CATALIZARÁ EL CAMBIO POLÍTICO QUE TOMARÁ VARIOS AÑOS, MIENTRAS LA AGUDIZACIÓ­N DE LA CRISIS HISTÓRICA LA TENEMOS ENFRENTE.

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