La Prensa Grafica

Wuillyarte­aga ysumágico violín

- Fidel López Eguizábal DOCENTE DE LA UNIVERSIDA­D FRANCISCO GAVIDIA flopez@ufg.edu.sv

¿Se preguntará­n quién es Wuilly Arteaga? Es un violinista venezolano que los chavistas han golpeado y apresado por manifestar­se en las calles por tocar notas musicales. En sus manos lleva un violín que parece le saca canas verdes a los chavistas; en especial al que se cree un dios, Nicolás Maduro. Venezuela se está hundiendo lentamente. La comunidad internacio­nal y la oposición le han demostrado que ya no es posible vivir con esa supuesta democracia.

En una manifestac­ión Wuilly expresó: “Porque amo a mi país, este es mi único instrument­o, porque voy a luchar por la libertad de mi país hasta que sea necesario, por la libertad de mi país, por Venezuela todo, por Venezuela todo; resistenci­a, resistenci­a”. Venezuela por el momento es un país fallido.

En medio de esas manifestac­iones, en donde a la fecha han fallecido 125 personas con las esperanzas de ver a una Venezuela libre, se logra percibir que muchos quieren tener elecciones libres. No una Constituye­nte amañada en donde el fraude se evidenció. Nos quieren dar atol con el dedo.

El joven violinista Wuilly no cesa de tocar, no es parte de la orquesta que estaba en el Titanic, aunque parece que Venezuela se hunde. Eso no les agrada a los chavistas, sienten en cada nota musical un clamor que dice ¡Basta ya! ¡Fuera Maduro del poder! Parece que es el violinista de Venezuela, tal como el de Hamelín. Muchos lo apoyan por la causa “Libertad para los venezolano­s”.

Se observa a Capriles; Tintori, a su esposo, Leopoldo López; y muchos líderes venezolano­s que están luchando incansable­mente por rescatar a su país. Los líderes de muchos países que aman la democracia les apoyan, excepto nuestro país El Salvador. El gobierno del FMLN hasta les está abriendo las puertas a los chavistas. La ideología de Maduro ha logrado enamorar bien a la Fuerza Armada venezolana, aunque ya algunos militares están reaccionan­do, ejemplo el militar Óscar Pérez.

Maduro escuchará un día en la cárcel o en el más allá ese violín, tragará grueso cuando analice todos los errores que cometió por necio y tirano. Las notas musicales que se expanden por toda Venezuela se mezclan con la sangre de más de un centenar de víctimas ocasionada por la barbarie chavista. Las estupidece­s y show que monta Maduro en su programa televisivo es parte de su control mediático.

La comunidad internacio­nal, especialme­nte Estados Unidos, a través del presidente Trump desean que en ese país suramerica­no acabe la represión. Los opositores venezolano­s siguen manifestán­dose porque ya no soportan la situación. En las fotos y videos se observa a personas buscando alimentos en los basureros, los supermerca­dos tienen escasez de productos, la deuda externa crece, la moneda venezolana vale menos que un centavo de dólar, etcétera.

Podríamos preguntarn­os: ¿Qué nos importa lo que sucede en Venezuela?, pues mucho; recordemos que tenemos el segundo gobierno de izquierda y, todo lo que los chavistas alaban, acá les dan el espaldaraz­o los del FMLN.

No le queda mucho tiempo al régimen de Maduro, todo el mundo sabe que hizo trampa en la supuesta elección de la Constituye­nte. El Socialismo del Siglo XXI no es lo que se esperaba para los que buscaban un cambio. Mucha gente en Venezuela está paupérrima, los únicos que están bien son los que recogen las migajas del chavismo.

Al artista Arteaga le han roto el violín, le han golpeado y arrestado, pero no se rinde. Ha sido liberado por el momento; sin embargo, seguirá manifestán­dose en las calles venezolana­s en contra del régimen chavista. No han podido acallar al violinista, sus ritmos latinoamer­icanos se escucharon hasta en Washington. Ha hecho llorar hasta a los de la Guardia Nacional venezolana.

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