¿Sabes qué es la diástasis? Aprende a tratarla y a prevenirla
va asociada al crecimiento de la tripa por sobrepeso o durante el embarazo. ¿Por qué? Los rectos del abdomen están unidos entre sí por tejido conjuntivo rico en colágeno, una proteína que se altera con el estrógeno, hormona que aumenta su concentración en el embarazo, lo que debilita la unión entre estos músculos.
Como consecuencia de esta separación, aumenta el volumen del vientre, que adquiere un aspecto flácido. También pueden aparecer hernias umbilicales dado que la pared abdominal no es capaz de mantener las vísceras en su posición.
Por ello, la diástasis va más allá del problema estético. Esta lesión puede provocar la debilidad del suelo pélvico y generar incontinencia urinaria, prolapsos –descenso de un órgano interno a causa de la relajación de los músculos o ligamentos que lo sostienen–, molestias en la espalda, dolor pélvico o problemas digestivos como gases, estreñimiento o malas digestiones.
Para realizar un diagnóstico es necesario acudir al especialista (médico o fisioterapeuta). Una exploración manual suele ser suficiente para confirmarlo.
No obstante, hay un método eficaz para saber si existe esta lesión –aunque nunca sustituye la evaluación de un experto–. Consiste en tumbarse boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies en el suelo y elevar ligeramente la cabeza haciendo un abdominal con la mano situada en el abdomen. En la posición de elevación se palpa con los dedos el límite entre ambos rectos del abdomen. Si hay una brecha o separación –que suele ser de unos 2 centímetros y medio– y los dedos se hunden, existe diástasis de los rectos del abdomen.
QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER ANTE LA DIÁSTASIS
Tan importante como saber qué hacer es conocer lo que se no se debe hacer. Algunas conductas