DURANTE OCHO AÑOS CONSECUTIVOS, EL GOBIERNO SALVADOREÑO HA SIDO EXITOSO EN CONCILIAR EL APOYO A VENEZUELA CON LA COOPERACIÓN DE ESTADOS UNIDOS. PERO ESTA POLÍTICA AMBIDEXTRA ESTÁ AGOTADA. EN ADELANTE, EL APOYO A LA DICTADURA VENEZOLANA TENDRÍA CONSECUENCI
la comunidad internacional a la violación sistemática a los derechos humanos. Ver la declaración del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, el príncipe Zeid bin Ra’ad al-hussein, respaldadas esta semana por el secretario general de la ONU, António Gutèrres, que afirmó: “Es fundamental tener una Venezuela democrática donde se respeten los derechos humanos”.
El espacio se reducirá para conciliar el apoyo a la dictadura represora chavista y el apoyo de Estados Unidos a El Salvador. Si bien una centena de congresistas apoyan la continuidad del DACA y del TPS, varios de ellos y muchos otros de tendencia más moderada o conservadora plantearán más temprano que tarde alguna forma de condicionalidad de dicho apoyo y de la continuidad de la cooperación y financiamiento del Fomilenio II, a un cambio de posición respecto a Venezuela, coincidente con la posición del Ejecutivo estadounidense.
No se descarta que el gobierno y su canciller intenten con la presidencia de la CELAC, en coordinación con el Vaticano, jugar un rol mediador para una solución política a la crisis venezolana. No solo están en juego la cooperación diversa de Estados Unidos a El Salvador, sino la pelea interna en el FMLN por la candidatura a la presidencia de la república.