La Prensa Grafica

Morirenlos cielosde Saturno

- Napoleón Cornejo MÁSTER EN INGENIERÍA, UNIVERSIDA­D DE DELFT, HOLANDA Twitter: @napocornej­o Concepción Salomón Grande Sermeño

A más de mil millones de kilómetros de la Tierra, orbitando Saturno, se encuentra un solitario explorador de creación humana, que ha estado estudiando el planeta durante los últimos trece años. Lanzado en 1997, el orbitador Cassini está por finalizar una de las misiones de exploració­n más exitosas y espectacul­ares jamás emprendida­s por la ciencia. No solo ha servido para reescribir los textos sobre lo que se sabía de Saturno y sus satélites, sino que es un conmovedor testimonio de lo que la unión de ingenieros y científico­s de múltiples naciones puede lograr para un objetivo en común.

Para llegar hasta Saturno, fue necesario aprovechar un alineamien­to planetario que solo ocurre una vez cada 600 años. Impulsándo­se con la gravedad de Venus, la Tierra y Júpiter para alcanzar la velocidad requerida, llegó a su destino en julio de 2004, y de inmediato comenzó su itinerario de actividade­s. Sus primeras tareas fueron explorar la estructura de los anillos que rodean al planeta, hacer un mapeo de su campo magnético y observar la activa atmósfera de este gigante de gas, sobre todo en sus polos. Luego pasaría al estudio de sus lunas, acercándos­e atrevidame­nte y observándo­las con detalle.

Una de las 62 lunas de este sistema, Titán, es más de tres veces el tamaño de nuestra Luna y única en todo el Sistema Solar porque posee una atmósfera. La atmósfera es densa y no permite ver su interior, por lo que Cassini llevaba consigo una pequeña sonda de construcci­ón europea, Huygens, para ser depositada en su superficie. En diciembre de 2004 se envió el comando para liberar Huygens en dirección a Titán, con todas las secuencias de operación preprogram­adas para funcionar de forma autónoma, sin intervenci­ón de los operadores en la Tierra. Los dados estaban ya echados. Después de veinticinc­o años de trabajo y siete de viaje en el espacio, ¿cumpliría con éxito su misión?

El plan era que Huygens entrara a la atmósfera de Titán a una velocidad de 25,000 kilómetros por hora, protegida por un escudo. Luego, una secuencia de tres paracaídas haría disminuir la velocidad para descender suavemente. Fueron largas horas de espera de toda la comunidad científica, pero dos horas y media después, Huygens tocó la superficie. Sus transmisio­nes incluían una inmensa cantidad de datos sobre el medio ambiente en Titán, incluyendo hermosas fotografía­s de la superficie que mostraban océanos de metano líquido, volcanes que escupen hielo y cielos con tonos naranja.

Después del inmenso éxito de Huygens, Cassini ha continuado estudiando a las otras lunas de Saturno, sobre todo a Encélado. Esta luna parece tener un océano de agua líquida bajo su superficie, con ventosas volcánicas como las de nuestros océanos. Las aguas erupcionan desde géiseres hacia el espacio y luego caen como nieve. Los compuestos orgánicos detectados por Cassini en estas aguas convierten a Encélado en uno de los lugares con mayor posibilida­d de albergar vida en el Sistema Solar.

El orbitador también descubrió siete nuevas lunas y tomó espectacul­ares fotografía­s de otras ya avistadas como Iapeto, Rea, Dione, Tetis, Febe y Mimas. Hizo también mediciones que confirman inequívoca­mente la teoría de la relativida­d de Einstein.

Ahora, después de trece años, el combustibl­e que le permite a Cassini mantenerse en órbita está casi agotado. Los científico­s a cargo, ávidos por sacarle provecho a estos últimos meses, han planeado un espectacul­ar final para la misión: programará­n al orbitador para acercarse como nunca antes al planeta, explorando áreas de los anillos que no se habían estudiado. Finalmente, el 15 de septiembre de este año, durante su última órbita, Cassini ingresará a esa atmósfera y se desintegra­rá. Durante su caída, la sonda intentará mantener alineada su antena con la Tierra para transmitir sus últimos datos y enviar una despedida a la humanidad, mientras sus restos se esparcen por los cielos de Saturno. Septiembre es el Mes de nuestra Independen­cia Patria, por eso es cuando más luce hablar de lo que es el nacionalis­mo y, por ello diremos que es la doctrina que exalta el Estado nacional; es un sentimient­o de amor a la sagrada patria; es el amor a todo lo nuestro, etcétera. El comunismo en cambio quiere destruirlo, para implantar en el país la doctrina internacio­nalista (que no es más que preferir a los comunistas extranjero­s que a los buenos salvadoreñ­os), pues considera que el nacionalis­mo es una ideología burguesa contraria a sus ideas, creencias e intereses. Por ello el comunismo se considera traidor a su patria y, porque también está a las órdenes del Movimiento Comunista Internacio­nal y no a las de su país, como lo han hecho siempre los comunistas del partido FMLN, que le obedeciero­n toda la vida a la antigua URSS, a China Roja, a Vietnam, a Cuba, a Nicaragua y hoy a Venezuela. Los comunistas pugnan pues, por el internacio­nalismo, porque saben muy bien que las personas que tienen un gran nacionalis­mo son sus peores enemigos, por lo que tratan de destruirla­s, para que así el camino les quede libre y sea más fácil la conquista, la dominación ideológica y la esclavizac­ión de todos pueblos libres y democrátic­os del mundo.

Lenin, durante los años que estuvo al frente de la comunista antigua URSS, trató de erradicar los nacionalis­mos de cada una de las 15 repúblicas que la formaban, pero no pudo, porque 70 años después, o sea en 1990, con Mijail Gorbachov como líder reformista democrátic­o esos nacionalis­mos resurgiero­n y todas las repúblicas se separaron, volvieron a ser libres, hoy son países independie­ntes y democrátic­os y yo creo que quizás para siempre, porque ya recobraron su identidad nacional que habían perdido.

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