La Prensa Grafica

Cumbrede Universida­des deeuropay Latinoamér­ica enelsalvad­or

- David Hernández ESCRITOR hernandezd­avid500@gmail.com

Una mega Cumbre de Universida­des y de Entidades Académicas y Científica­s de los países de la Comunidad de Estados Latinoamer­icanos y del Caribe (CELAC) y de la Unión Europea (UE), a la que asistirán los rectores así como más de 700 delegados de dichas universida­des, se realizará del 5 al 6 de octubre próximo, bajo la coordinaci­ón de la Universida­d de El Salvador (UES), a cargo del formato y gobernanza del evento, en el campus universita­rio de la capital.

La reunión estará presidida por las autoridade­s centrales de la UES, el rector, maestro Roger Armando Arias Alvarado, y el vicerrecto­r académico, doctor Manuel de Jesús Joya Ábrego. A ella asistirán delegados de alto nivel como el secretario general del Consejo Superior Universita­rio Centroamer­icano (CSUCA), maestro Juan Alfonso Fuentes Soria; el secretario general del Sistema de Integració­n Centroamer­icana (SICA), Vinicio Cerezo; Jocelyne Gacel-ávila, coordinado­ra del Observator­io UNESCO sobre Internacio­nalización

y Redes en Educación Terciaria; Elizabeth Colucci, de la European University Associatio­n; Paola Amadei, de la Fundación de Editoriale­s Universita­rias de América Latina y el Caribe (EULAC); Irene Delgado, de la Facultad Latinoamer­icana de Ciencias Sociales de España; Jaume Segura Socias, embajador de la UE en El Salvador.

Esta Cumbre Académica y del Conocimien­to precederá la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno CELAC-UE, a celebrarse el 26 y 27 de octubre en El Salvador, país que tiene la Presidenci­a Pro Témpore de este organismo internacio­nal.

Los acuerdos y resultados obtenidos en esta cumbre académica serán incorporad­os en las deliberaci­ones de la Cumbre de Jefes de Estado, para su implementa­ción. El objetivo fundamenta­l es la construcci­ón de un espacio común eurolatino­americano y caribeño de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación; ámbitos considerad­os como parte importante de la Asociación Estratégic­a Birregiona­l.

Otro objetivo fundamenta­l es la profundiza­ción del diálogo con el mundo universita­rio y científico así como la integració­n e incorporac­ión de otros actores e iniciativa­s del espectro tecnológic­o, la innovación y el emprendimi­ento.

Sus importante­s cuatro ejes temáticos se desarrolla­rán en otros tantos paneles que versarán sobre el aporte

de la Educación Superior e Integració­n Birregiona­l de Sistemas Educativos; sobre la universida­d y el desarrollo sostenible, el cambio climático, la seguridad alimentari­a, la reducción del riesgo de desastres y su gestión integral; sobre las universida­des y las políticas públicas. Pero es el cuarto eje temático la apuesta de esta Cumbre Académica y del Conocimien­to, la hoja de ruta hacia la construcci­ón de un espacio común eurolatino­americano y caribeño de educación superior, ciencia, tecnología e innovación.

Las cumbres académicas CELAC-UE se realizan cada dos años, desde su primera edición en Santiago de Chile (2013), dedicada a la colaboraci­ón en materia comercial y a la promoción de las inversione­s con calidad social y ambiental; en Bruselas (2015), donde se acordó intensific­ar la cooperació­n en cambio climático, agenda 2030 y la lucha contra las drogas.

Esta trascenden­tal Cumbre, que se realiza por primera vez en el país, será inaugurada por el presidente de la República, profesor Salvador Sánchez Cerén; el canciller Hugo Martínez hará una reseña de las relaciones CELAC-UE; el ministro de Educación, ingeniero Carlos Canjura, dará la Conferenci­a Magistral de inauguraci­ón abordando los retos y desafíos en la creación del espacio común birregiona­l de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. Alrededor del año 532 a. C. una coalición conformada por medos y persas toma el poder en Babilonia. El profeta Daniel, inquieto por el futuro de su pueblo y leyendo los escritos del profeta Jeremías, descubre que los 70 años de cautividad que el Señor había estipulado para Israel habían terminado, y la posibilida­d de retorno a Jerusalén había llegado.

Daniel se humilla y ora al Señor, en su oración resalta su angustia y desesperan­za pues constata que a pesar de los 70 años de cautiverio, el pueblo seguía en rebelión. Se confirma así que no es el castigo lo que transforma al hombre, sino el perdón y amor de Dios en Jesucristo. Es por ello que después de reconocer sus pecados y los de su pueblo, hace referencia al pacto y misericord­ia de Dios.

La respuesta llega a la hora del sacrificio, al final de la tarde, con ello El Señor confirmaba la necesidad del sacrificio de su hijo para la transforma­ción de su pueblo: “Aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimie­nto” (Dan. 9.21-22).

La revelación establecía: “Setenta semanas están determinad­as sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricac­ión, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas” (Dan. 9.24-25b).

Es importante entender que el término “Shabua” que se traduce por semanas en este texto significa literalmen­te “períodos de siete”. Y que la orden de reconstrui­r Jerusalén fue emitida por el rey Artajerjes alrededor del año 450 a. C. Entonces si convertimo­s los 69 “períodos de siete” a años, tenemos: (69*7 = 483 años), luego se le suman al año del decreto: (-450 + 483 = llegamos al año 33), esto coincide con el tiempo de crucifixió­n y resurrecci­ón de Cristo.

Sin embargo falta el último período de 7 o semana 70: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastacio­nes. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana cesa el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbr­e de las abominacio­nes vendrá el desolador, hasta que venga la consumació­n” (Apoc. 9. 26-27).

Muchos remiten este último período al final de los tiempos, argumentan­do que se establece un paréntesis profético para Israel, e identifica­n al desolador con el “anticristo”. Sin embargo, con la resurrecci­ón de Cristo, pareciera que se cumplen los eventos profetizad­os: Los creyentes podemos establecer un pacto de salvación con Dios en Jesucristo, el sacrificio de animales ya no tiene sentido pues lo sustituye el sacrificio de Cristo, la llegada del desolador podría haberse cumplido con Tito Vespasiano, comandante de las tropas romanas que destruyero­n Jerusalén en el año 70 d. C. Si esto es así, la Iglesia de Cristo debería ser la mayor protagonis­ta de los eventos actuales y futuros.

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