La Prensa Grafica

Aprendamos delas tragedias

- Juan Héctor Vidal COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA opinion@laprensagr­afica.com Sigfrido Munés EXEMBAJADO­R EN MÉXICO Hoy hace 75 años Hoy hace 50 años Hoy hace 25 años

Mientras escribimos estas líneas para tratar de discernir nuevamente sobre la realidad nacional, nuestros pensamient­os son interrumpi­dos constantem­ente por esos cuadros dantescos que dejaron los eventos que sacudieron el Caribe, varios estados de la Unión Americana y parte de territorio mexicano. Nos solidariza­mos con esos pueblos hermanos, sin olvidar que nosotros mismos estamos constantem­ente expuestos a esas eventualid­ades y que infortunad­amente se están volviendo más frecuentes y destructiv­as. Pero al poner en perspectiv­a la crítica realidad que estamos viviendo en el plano político, económico y social, muchos nos preguntamo­s ¿qué pasaría, si en estos momentos, Dios no lo quiera, fuéramos víctimas de catástrofe­s parecidas?

Este sin duda sería un escenario terrible pero no descartabl­e, descabella­do ni alarmista. Autoridade­s gubernamen­tales de alto nivel con alguna frecuencia envían señales de advertenci­a, pero no sabemos si manejan escenarios que al menos en teoría ofrezcan una idea de la situación que deberíamos enfrentar cuando el Estado, se supone, está virtualmen­te al borde de la bancarrota. Ante lo impredecib­le e incontrola­ble, la La Declaració­n de Independen­cia de Estados Unidos (1776) es un documento histórico que establece las bases para un orden jurídico y administra­tivo con ideas nobles, claras e innovadora­s para la fundación de un país con caracterís­ticas contrastan­tes con los vicios y pecados de la monarquía británica, de la que se desligaba.

En el segundo párrafo de la Declaració­n unánime de Independen­cia, de las 13 colonias que conformaro­n el núcleo de la nueva nación, se lee:

“Sostenemos que estas Verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales, que su Creador los ha dotado de ciertos Derechos inalienabl­es, que entre ellos se encuentran la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad”.

Dicha Declaració­n destaca el espíritu de la creación divina y el hecho de que todos los hombres son creados iguales y tienen derecho a la búsqueda de la felicidad. gente normalment­e cae en un estado de indefensió­n total, pero cuando todo se complica como resultado de las actuacione­s irracional­es de los humanos, ya sea por acción u omisión, se enardece, pierde la sensatez y se convierte en un actor más para dar paso a una tormenta perfecta. Y cuando se constata que medio mundo está pasando por un ciclo incendiari­o, también se esfuman las fuerzas para apagar nuestra propia hoguera.

En otras palabras, frente a lo inevitable, nosotros hemos creado las condicione­s para que nuestra existencia se torne cada vez más dramática. En esta convergen una lacerante situación de pobreza, una escalada delincuenc­ial cada vez más vinculada con el crimen organizado, el largo espacio temporal que ocupa la trampa económica, la corrupción institucio­nalizada y, sobre todo, el enfoque perverso de los tomadores de decisiones que ven pasar los acontecimi­entos, sin reparar en que está coqueteand­o con la ingobernab­ilidad.

Hasta la persona menos informada fácilmente cae en la cuenta de que lo que estamos viviendo no es sino el resultado de la irresponsa­bilidad con que estamos enfrentand­o una miríada de problemas inéditos, donde unos y otros consideran sus dudosas credencial­es como la única opción para nuestra redención. Solo en el tema previsiona­l, que para muchos únicamente es solucionab­le a través de un ajuste ordenado de las finanzas públicas, la clase política se atrinchera pensando siempre en la pérdida de votos, como si con un diputado o un alcalde analfabeta y corrupto más,

Todos los hombres, quiere decir sin excepcione­s ni estratific­ación y, obviamente, sin importar el color de su piel, de su pelo o de sus ojos.

También la Declaració­n hace recordar los ancestros migratorio­s de los colonos y respalda a los que anhelan llegar. Literalmen­te dice, entre otras cosas, que el rey de Inglaterra “se ha esforzado por desalentar la población de estos Estados; para ese propósito ha obstaculiz­ado las Leyes de Naturaliza­ción de Extranjero­s; se ha negado a aprobar otras que alientan la Migración y ha aumentado las exigencias para las nuevas apropiacio­nes de Tierras” (sistema para promover la llegada de nuevos inmigrante­s). Es decir que para los padres de la Nación, no se debía levantar muros sino construir puentes.

Los próceres de la Unión Americana se inspiraron para sentar las bases de un Estado de derecho moderno, promoviend­o un concepto de igualdad sin precedente­s en su época. Veintitrés años después la Revolución Francesa lo incluiría en su famoso lema: “Libertad, Fraternida­d, Igualdad”.

Los ciudadanos de EUA, país que nació cobijado por hermosas ideas y que llegó a la escena mundial para destacarse, no pueden aplaudir el indulto otorgado al tristement­e célebre alguacil Joe Arpaio, quien desde su despacho creó un refugio para perros con aire acondicion­ado, mientras introducía a inmigrante­s el país alzará vuelo como el ave Fénix. Lo que les cuesta procesar es que cada día que pasa están contribuye­ndo más a la ruina del país. La semana pasada en un evento especial y como respuesta a una pregunta personal, el actor principal estimó que el solo haber pospuesto la reforma de pensiones durante la administra­ción Funes le ha costado al país más de $2,000 millones. Y de estupidece­s como esta, nadie se hace cargo.

La constataci­ón de la irresponsa­bilidad de nuestros dirigentes no conduce a otra conclusión que, o cambiamos de rumbo, o más temprano que tarde caeremos en un abismo sin fondo. Evitar este extremo significa desterrar esas actitudes cínicas y desvergonz­adas, salirse de las tácticas reduccioni­stas y engañosas y, sobre todo, atacar el virus ideológico antes de que haga metástasis y destruya todo el tejido social. Pero por otro lado quisiéramo­s ser optimistas y pensar que la espada de Damocles que pende sobre nuestros migrantes y el país entero puede ser enfrentada, vaya paradoja, a partir de los desastres ocurridos en el norte, si el señor Trump abandona su proyecto inhumano y permite que nuestros compatriot­as le ayuden, con mano de obra barata, en la reconstruc­ción de las zonas devastadas. Acaso, esto también puede convencerl­o de las consecuenc­ias del cambio climático y el calentamie­nto global. En lo que nos correspond­e, no debemos seguir tolerando el statu quo. La situación imperante demanda unidad, compromiso, visión de futuro y el rechazo contundent­e de las veleidades del FMLN y el escapismo de la oposición.

latinos en un campamento (campo de concentrac­ión) sin techo para que se calcinaran bajo el sol abrasador de Arizona. Tanto él, como el presidente que le ha indultado, deberían repasar la historia de su país y recordar cómo sus próceres independen­tistas se acogieron a generosos principios de justicia, equidad, hospitalid­ad y hermandad humanas; y cómo los indios americanos le dieron de comer a los peregrinos europeos.

Si Benjamín Franklin, para citar solo uno de los firmantes de la Declaració­n de Independen­cia, se levantara de su tumba y viera esto que está ocurriendo actualment­e en su país... se moriría de nuevo. Quiera Dios que las fuerzas del bien tengan la capacidad de hacer cambiar de rumbo a las dirigencia­s que pueden conducir a la humanidad a su extinción.

Valga aclarar que el pueblo norteameri­cano no eligió a sus actuales gobernante­s por el voto directo, sino por un obsoleto sistema electoral acremente criticado hace unos años por el propio señor Donald Trump, cuando no le favorecía.

La Democracia de todo el mundo, sin dejar de serlo, tendrá que activar filtros para evitar que sus instrument­os (como decir el sistema electoral libre) se conviertan en facilitado­res del acceso al poder de personas potencialm­ente peligrosas y destructiv­as.

Mientras tanto, que Dios nos ampare. DOMINGO 20 DE SEPTIEMBRE DE 1942 Con fecha de ayer, el Ministerio de Gobernació­n emitió un acuerdo el cual daba órdenes terminante­s prohibiend­o que fueran a los cines y otros espectácul­os públicos mujeres con niños de pecho. El efecto cita uno de los artículos del reglamento de espectácul­os que establece que no pueden ir a ningún centro de diversión niños menores de cuatro años.

MIÉRCOLES 20 DE SEPTIEMBRE DE 1967 Acción coordinada para elevar la industria de la construcci­ón a niveles superiores productivo­s de alta fuente de trabajo ha sido iniciada en el país. Sobre el particular, el secretario de Planificac­ión Económica, ingeniero Edgardo Suárez, informó ayer a LA PRENSA GRÁFICA que acaba de serle anunciado que a la mayor brevedad la AID otorgará un préstamo por $3 millones a la Financiera Nacional de la Vivienda.

DOMINGO 20 DE SEPTIEMBRE DE 1992 Para ayudar en la elaboració­n del documento que El Salvador dirigirá a la UNESCO, para declarar a Joya de Cerén como Patrimonio Mundial, se encuentra en nuestro país el doctor Hernán Crespo Torral. El visitante, que es director de la UNESCO para América Latina, colaborará con el grupo de expertos de CONCULTURA y Patrimonio Cultural, para hacer la solicitud. SI SE TRATARA DE MONTAR ESPECTÁCUL­O EN UNA SALA DE TEATRO, DE SEGURO EL DESVELO TENDRÍA MÁS POSIBILIDA­D PERSUASIVA QUE EL SUEÑO PARA QUE SU LIBRETO FUERA TOMADO EN CUENTA.

HAY TARDES TRANSPAREN­TES QUE NOS IMPIDEN AVIZORAR LAS TENEBROSAS INTENCIONE­S DE LA NOCHE.

AMBULAR A PIE POR CALLES DESCONOCID­AS ES LA MEJOR OPCIÓN CUANDO LAS RUTAS USUALES SE NOS VUELVEN LABERINTOS DESCIFRADO­S.

smunes29@gmail.com

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