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ENTIERRAN A SARGENTO ASESINADA EN DULCE NOMBRE DE MARÍA
“Yo vivo cerca de donde fue la balacera. Se escuchó horrible, viera que todo asustado anda uno. Toda nerviosa ando todavía. Este municipio es tranquilo, uno puede andar por las noches caminando y sabe que nada va a pasar, pero hoy ya estamos nerviosos”. RESIDENTE
avanzaba lento, los vecinos y conocidos se unían. Otros simplemente salían de sus casas y callejones con sus hijos para ver la marcha de despedida.
Una vez en la iglesia, el párroco relató que el viernes pasado, la sargenta platicó con él por última vez para pedirle de favor que hiciera “una misa de acción de gracias a Dios por las bendiciones de este año”. Esa celebración que quería la sargenta, según dijo el párroco, se convirtió en una misa de cuerpo presente.
Las campanas de la iglesia sonaron otra vez para anunciar las 2 de la tarde y que la caravana retomaría el lento caminar hacia el cementerio municipal para despedir definitivamente a Dinora Elizabeth Martínez Pérez.
En ese último recorrido, se sumaron más agentes policiales a la caravana, junto con abogados de oficinas jurídicas del municipio y doctores de las clínicas ubicadas en el centro de Dulce Nombre de María.
Antes de ingresar al cementerio, el jefe de la sargenta en la delegación de Chalatenango, Domingo Acosta, detalló que ella había entrado en la Policía el 17 de agosto de 1993.
“Desde el 93 estuvo destacada en Dulce Nombre de María y ya para el 95, había ascendido a cabo. Luego fue trasladada hacia el puesto de El Paraíso y en 2010 fue trasladada a la delegación de Chalatenango, donde también ascendió en 2016 a sargenta”, narró Acosta.
Los comentarios de los familiares, durante la caminata, fueron acerca de recuerdos sobre lo jovial y amigable que era Martínez.
“Que yo recuerde, nunca le hizo daño a nadie. Era una mujer tan amigable y tan dada a los demás, que si tenía, algo lo compartía. Así era ella, una gran persona”, dijo un familiar.
Una habitante contó que estaba asustada porque en el municipio no es común ver pandilleros ni homicidios. “Yo vivo cerca de donde fue la balacera. Se escuchó horrible, viera que todo asustado anda uno. Toda nerviosa ando todavía. Este municipio es tranquilo, uno puede andar por las noches caminando y sabe que nada va a pasar, pero hoy ya estamos nerviosos”.
Las estadísticas de la Policía muestran que el asesinato de la sargenta es el segundo en el año en este municipio. El primero fue en enero contra un motorista de la ruta de autobuses 124, que llegan desde la cabecera departamental.
El alcalde Elisandro Rivera también reconoció estar sorprendido porque “ha roto la tranquilidad en el municipio. Aquí pueden haber pandilleros, no lo descartamos, pero no los hemos visto y por eso estamos trabajando en programas de prevención de violencia. Tenemos una orquesta juvenil, encuentros deportivos y actividades que hacemos en conjunto con la Casa de la Cultura”.
Cuando la caravana finalmente llegó al cementerio, unas compañeras de la sargento pusieron flores en la tumba. Lloraron en silencio junto a la familia y luego dijeron: “Esto nos entristece, nos duele mucho, pero no nos va a desanimar”.