Un nuevo acuerdo de paz
HPOR ALFREDO ATANACIO CADER Empresario ace algunos días participé en uno de los eventos más interesantes en los que he estado estos últimos años. Se trataba de una biblioteca humana, que se dio en el marco de Foro Paz, una iniciativa de la Fundación De Sola. En esta biblioteca humana, como se puede predecir por el nombre, los libros eran personas; y el catálogo de libros era extenso: había militantes de ARENA y del FMLN, homosexuales, exguerrilleros, exconvictos, deportados, empresarios, etc. Yo participé como lector. Con esta dinámica, lo que se buscaba era poder romper con nuestros estereotipos y prejuicios hacia ciertos grupos de personas. La experiencia fue enriquecedora. Me hizo reflexionar en la falta que nos hace como sociedad reconciliarnos entre nosotros, comenzar a centrarnos en todo lo que nos une como salvadoreños y no en lo que nos separa. Pensar en las ideas en las que coincidimos. Nos hace falta un nuevo acuerdo de paz; y el primer paso para lograrlo es dejar de encasillar a todos los que piensan diferente a nosotros. Generalmente, encasillamos a las personas de ciertos grupos con quienes no simpatizamos y automáticamente descalificamos todo lo que viene de ellos; y en lugar de tratar de entender la manera de pensar de los demás, lo que hacemos es discutir y crear conflictos donde no necesariamente los hay. Pero esto lo podemos cambiar, si antes de opinar o discutir nos ponemos a pensar si lo que vamos a decir (o escribir) construye un mejor país o si lo que estamos haciendo destruye a una persona. En mi caso, me he propuesto no pensar automáticamente lo peor de los políticos. Reconozco que muchas veces lo hago. Sin embargo, me he podido dar cuenta de que hay gente buena en todos los partidos. Está en nuestras manos que estos políticos buenos sean quienes dirijan nuestro país. Suena difícil, pero a través del voto lo podemos lograr. Como salvadoreños no podemos seguir divididos. Ahora más que nunca es necesario hacer nuestra parte como sociedad civil para encaminar a nuestro país hacia la paz. Necesitamos un nuevo acuerdo de paz. Pero esta vez, los actores no serán las fuerzas armadas, el Gobierno ni una guerrilla. Esta vez, tendremos que ser nosotros mismos. Han pasado ya 25 años desde la firma de los Acuerdos de Paz y muchos de los que ahora tienen ya edad para votar nacieron en un país en “paz”. Ya pasó el doble de años de lo que duró esa guerra civil, aunque eso que se logró con el fin del conflicto armado no se ha traducido en una paz social. Hemos cometido el error de pensar que todo se arreglaría como por arte de magia al firmar los acuerdos en 1992 y que no tendríamos que volver a luchar por lograr vivir en un país en paz. Sin embargo, estamos muy equivocados, si seguimos pensando que las cosas son así. Comencemos a hacer nuestra parte, a lograr este nuevo acuerdo de paz entre nosotros. No perdamos el tiempo, El Salvador nos necesita ya.