El 13 de octubre de 1917, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima, se produjo la última aparición de la santísima Virgen y el denominado “Milagro del sol” .
Este día, en Fátima (Portugal) y en el resto del mundo, los fieles católicos conmemorarán los 100 años de la última de las seis apariciones de la Virgen de Fátima, también conocida como Nuestra Señora del Santo Rosario. En nuestro país también se realizarán actividades para celebrar ese acontecimiento. Fátima es quizá la aparición mariana más importante del siglo XX. La más profética y la que lanzó el inicio de una intervención más cercana de la Virgen María en la tierra, de la que son herederas las otras grandes apariciones que le siguieron, como La Señora de Todos los Pueblos, las de Akita, Garabandal, Medjugorje y Salta.
Las apariciones de la Virgen de Fátima se anunciaron un año antes mediante tres apariciones de un ángel, que preparó a los pequeños pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía, testigos de estos hechos, para que se convirtieran en mensajeros de la Madre de Dios, considerada la virgen más famosa de las aprobadas por la Santa Sede en el siglo XX.
Según escrituras, en tiempos de la Primera Guerra Mundial, la pastorcita Lucía dos Santos dijo haber experimentado las visitas sobrenaturales de la Virgen María en 1915, dos años antes de las famosas apariciones.
En 1917, Lucía y dos de sus primos, Francisco y Jacinta Marto, estaban trabajando como pastores en los rebaños de sus familias en un pequeño pueblo de Fátima llamado Cova de Iría, y el 13 de mayo de ese año los tres niños presenciaron una aparición de la Virgen María, que les dijo, entre otras cosas, que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13 a la misma hora.
María también reveló a los niños, en la segunda aparición, que Francisco y Jacinta morirían pronto y que Lucía sobreviviría para dar testimonio de las apariciones.
En la tercera aparición de la Virgen, el 13 de julio de 1917, a Lucía se le reveló el secreto de Fátima. Según los informes, se puso pálida, gritó de miedo y llamó a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno y la visión terminó. Los niños volvieron a ver a la Virgen el 13 de septiembre de ese mismo año; esta fue la cuarta aparición.
UN SIGLO DE LA SEXTA APARICIÓN
En la sexta y última aparición, el 13 de octubre de 1917, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima (Portugal) se produjo el denominado “Milagro del sol”, en el que, luego de la aparición de la Virgen María a los tres pastorcitos, se pudo ver que el sol tembló en una especie de “danza”, según relataron
“Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor, que soy la Señora del Rosario, que continúen rezando el rosario todos los días. ¡No ofendan más a Nuestro Señor, que está ya muy ofendido!”. MENSAJE DE LA VIRGEN
“Agradezco a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud”. AGRADECIMIENTO PAPA FRANCISCO, EL 13 DE OCTUBRE DE 1917 DEL PAPA JUAN PABLO II “No podía dejar de venir aquí para venerar a la Virgen Madre y para confiarle a sus hijos”.
DURANTE EL CENTENARIO DE LAS APARICIONES
los que estaban ahí.
En esta última aparición, la Madre de Dios pidió que hicieran en ese lugar una capilla en su honor y se presentó como la “Señora del Rosario”.
Una pandemia de gripe española barrió Europa en 1918 y mató a cerca de 20 millones de personas. Entre ellos se encontraban Francisco y Jacinta, que contrajeron la enfermedad y fallecieron en 1919 y 1920 respectivamente. Por su parte, Lucía entró en el convento de las Hermanas Doroteas.
El 13 de octubre de 1930, el obispo de Leiria (ahora Leiria-fátima) proclamó las apariciones de Fátima como auténticas.
MEMORIAS DE SOR LUCÍA
Sor Lucía escribió el secreto de Fátima 18 años después de las apariciones. Entre 1935 y 1941, bajo las órdenes de sus superiores, Sor Lucía escribió cuatro memorias de los acontecimientos de Fátima. En la tercera memoria –publicada en 1941– escribió las dos primeras partes del secreto y explicó que había una tercera parte que el cielo aún no le permitía revelar.
En la cuarta memoria añadió una frase al final de la segunda parte del secreto: “En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc”. Esta frase fue la base de mucha especulación. Se dijo que la tercera parte del secreto se refería a una gran apostasía.
Tras la publicación de la tercera y cuarta memoria, el mundo puso atención al secreto de Fátima y las tres partes del mensaje, incluyendo la petición de la Virgen para que Rusia se consagre a su Inmaculado Corazón a través del papa y de los obispos del mundo.
El 31 de octubre de 1942, Pío XII consagró no solo a Rusia, sino a todo el mundo al Inmaculado Corazón de María. Lo que faltó, sin embargo, fue la participación de los obispos del mundo.
En 1943, el obispo de Leiria ordenó a Sor Lucía poner el tercer secreto de Fátima por escrito, pero ella no se sentía en libertad de hacerlo hasta 1944. Fue puesto en un sobre lacrado en el que Sor Lucía escribió que no debía abrirse hasta 1960.
El secreto se mantuvo con el obispo de Leiria hasta 1957, cuando fue solicitado (junto con copias de otros escritos de la Sor Lucía) por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Según el cardenal Tarcisio Bertone, el secreto fue leído por Juan XXIII y Pablo VI.
“Juan Pablo II, por su parte, pidió el sobre que contiene la tercera parte del ‘secreto’ tras el intento de asesinato que sufrió el 13 de mayo 1981”.
Después de leer el secreto, el Santo Padre se dio cuenta de la conexión entre el intento de asesinato y Fátima: “Fue la mano de una madre que guio la trayectoria de la bala”, detalló. Fue este papa quien decidió publicarlo en 2000.