Trabajan en fortalecer el conocimiento sobre tsunamis
Desde 2014, el MARN fortaleció la red sísmica e instaló mareógrafos para mejorar el monitoreo de las amenazas marinas, con el apoyo de técnicos de Japón.
“Una prioridad es la comunicación. Es decir, que el sismo esté bien localizado, bien determinados sus parámetros, los cuatro que son: magnitud, profundidad, buzamiento y mecanismo focal”. RODOLFO TORRES, SISMÓLOGO DEL MARN
“Es importantísimo que la población, sobre todo jóvenes, entienda. Es una cuestión generacional. Necesitamos que la generación joven que no vivió ese tsunami sepa qué puede ocurrir uno”. FRANCISCO GAVIDIA, VICEOCEANÓGRAFO MARN
Cómo educar y sensibilizar a la población, principalmente la que habita en la línea costera, sobre la amenaza de tsunamis y cómo actuar ante estos fenómenos es parte del apoyo que recibe el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) de la Cooperación de Japón en el programa Fortalecimiento de Capacidades, que se ejecuta de 2015 a 2018. El especialista en tsunamis Shigeo Mori apoya a los técnicos del MARN en identificar los parámetros de los sismos tsunamigénicos (los que pueden generar un tsunami) y en compartir la experiencia de Japón. De hecho, el último que enfrentó el país asiático fue el del 11 de marzo de 2011.
“Las condiciones de generación de tsunamis no son tan diferentes. El Salvador ha tenido ya muchos eventos de tsunamis, pero Japón ha tenido muchísimos más eventos, y la relación o diferencia principal está en los aspectos que cada uno de estos tsunamis genera cada vez que ocurren”, indicó Mori.
Señaló que como la línea costera salvadoreña es mucho más pequeña que la de Japón, es necesario mantener un sistema de comunicación con el resto de países centroamericanos. Pueden generarse frente a la costa o puede ser un evento global. Por lo que es importante contar con una red de monitoreo sísmico, que se pueda ubicar el epicentro, tener herramientas de comunicación para emitir las alertas respectivas a instituciones y observadores locales, a efecto de poder evacuar de ser necesario.
En Japón, la Agencia Meteorológica (JMA) informa cuando ocurre un sismo luego de 30 segundos a un minuto, si tiene posibilidad de tsunami emite la alerta en un lapso de tres a cinco minutos y se transmite por medios de comunicación masivos. Un aspecto importante es la respuesta de las población, pues quienes tienen una experiencia previa evacúan de inmediato. En el caso de personas que desconozcan estos fenómenos, puede ser más difícil. Ahí radica la importancia de la educación en todo nivel.
En el caso de El Salvador, se cuenta con poca experiencia aunque han ocurrido al menos 23 desde 1850. El último fue el 26 de agosto de 2012, que inundó 40 kilómetros de línea costera con olas de hasta seis metros, pero impactó en una zona deshabitada de la Isla de Méndez, donde el agua penetró 300 metros.
Un sismo que genere un tsunami no necesariamente es brusco. “El historial que tenemos es bien poco. Puede ser también que hayan ocurrido tsunamis, pero ante la falta de instrumentación la gente haya hablado de marejada y que realmente haya correspondido a un tsunami”, dijo Rodolfo Torres, sismólogo del Observatorio Ambiental del MARN.
Desde 2014, se fortaleció la red de monitoreo y ahora cuenta con cámaras y mareógrafos en Acajutla, La Libertad y La Unión.
“La población cuando tú le dices tsunami se imagina 26 de diciembre de 2004 en Indonesia, se imagina una pared de 20 metros avanzando sobre la línea costera. Cuando les decimos un tsunami puede ser menos de un metro y es tsunami, ocasionar una afectación menor, la gente no lo percibe”, dijo Francisco Gavidia, oceanógrafo del MARN.